He encontrado un vídeo sobre la construcción del nuevo puente sobre el río Tajo, el llamado "Arcos de Alconétar". La construcción tuvo sus contratiempos y paralizaciones, que pude comprobar cada vez que cruzaba el Tajo aguas abajo por el puente de los alemanes:
La altura del puente en su punto más elevado es de 220 metros, una cantidad nada despreciable que le sitúa entre los primeros de España, pero lo que le distingue de cualquier otro es su montaje.
Sus dos arcos (uno por cada sentido) se elevaron al cielo divididos en dos partes cada uno y fueron descendiendo hasta juntarse. Se podía ver desde el puente del mismo río en la carretera nacional 630, en una imagen ciertamente llamativa, tanto que entre los vecinos de Hinojal, el pueblo más próximo, se hizo costumbre «ir a ver cómo va el puente». Una vez completado el primer arco surgió el problema: resonancias. Por uno u otro motivo, el caso es que la estructura se movía más de la cuenta. Y la decisión que tomaron los especialistas fue 'tunearlo', o sea, ir soldando unos deflectores (solapas metálicas) a lo largo de todo el arco. Así se conseguía 'engañar' al aire y que no se produjese el denominado 'efecto túnel de viento', causa de la vibración excesiva.
Al final, el 'puente tuneado' se impuso. Ganó él y perdió el viento; cada vez que he pasado por el nuevo puente he ido ignorante de la pelea que había trabado con Eolo, porque ha quedado en condiciones aparentemente buenas. Sin embargo, esto no fue lo que ocurrió el año 1940 con el puente de Tacoma, en Estados Unidos. Vean:
¿No es impresionante?
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Hace 11 años
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