martes, 17 de diciembre de 2013

La colección Várez Fisa en el Museo del Prado

Con fecha de hoy, en el Museo del Prado la reina doña Sofía inaugura oficialmente la Sala Várez Fisa, que recoge la donación Várez Fisa, compuesta por obras de arte español que van desde 1200 a 1500. Esta colección aporta al Museo del Prado piezas ausentes en sus salas. A partir de ahora la visita sea una experiencia distinta.

Una de las razones por las que la familia Várez Fisa ha querido hacer esta donación es el interés que el Museo ha puesto últimamente en exhibir su colección de pintura española medieval y renacentista, ya que desde el 2010 se exhibe en los espacios recuperados en el Palacio de Villanueva. Ésta es una de las donaciones privadas más importantes desde la que hizo Francisco Cambó en 1941. José Luis Várez Fisa (Barcelona, 1928), ingeniero y empresario, es un gran coleccionista que a lo largo de su vida ha reunido un importante número de piezas de distintas técnicas, épocas y estilos.

En la nueva sala se exhiben las doce piezas donadas por José Luis Várez Fisa y su esposa María Milagros Benegas el pasado enero, junto con otras cuatro procedentes también de la colección de la familia Várez Fisa que permanecerán en el museo en condición de depósito.

Domina en la nueva sala la presencia del artesonado construido en 1400 para el sotocoro de la iglesia de Santa Marina de Valencia de Don Juan (León).



Con once metros y medio de largo y más de seis de ancho, la instalación de esta pieza ha sido una operación muy compleja. Esta obra se convertirá en seña de identidad de la nueva sala.

Preside la sala el "Retablo de la Virgen" (1435/40) del maestro de Torralba (uno de los artistas del gótico internacional activos en Aragón a principios del siglo XV); tiene el valor además de encontrarse prácticamente completo y en buen estado de conservación). Está flanqueado por el "Retablo de San Juan Bautista", en madera tallada y policromada del último cuarto del siglo XIII (de los inicios del gótico, debe valorarse por su rareza y su buen estado de conservación), y el "Retablo de San Cristóbal", recibido en donación de la misma familia en 1970.

Resalta sobremanera el panel central del retablo del altar mayor de la Iglesia de Santa María de Tobed (Zaragoza), "La Virgen de Tobed" (1359-1362), excepcional ejemplo de la pintura italo-gótica catalana atribuida a Jaume Serra, en la que a su calidad artística se une su importancia histórica porque por primera vez se hace una proclama de propaganda política por parte del donante Enrique de Trastámara, que se presenta como rey de Castilla cuando aún no lo era, y que también reinaría en la corona de Aragón desde 1412. Se trata del primero de los numerosos retratos reales de las colecciones del Prado.

También se muestra "San Andrés negándose a adorar al ídolo", tabla adquirida por el Estado para el Prado de Lluís Borrassà. Otras piezas que se pueden contemplar en esta sala son "San Antonio Abad", de Joan Reixach; "San Gregorio Magno y san Jerónimo" y "San Ambrosio y san Agustín" de Pedro Berruguete; "Cristo de Piedad entre los profetas David y Jeremías", de Diego de la Cruz. Asmismo, "El Lavatorio" del maestro de Sant Esteve de Andorra; "La Oración en el huerto" de Paolo de San Leocadio; "Nacimiento de Cristo con un donante" de Fernando Llanos y "La Virgen con el Niño" de Juan de Flandes.

Destaca el extraordinario estado de conservación de las obras, ya que solo ha sido necesario restaurar la escultura en alabastro "La Virgen entronizada con el Niño", idéntica a la que se conserva en la cartuja de Miraflores; es una contribución importante de Gil de Siloé, uno de los grandes escultores europeos del siglo XV. .

Entre las obras cedidas en depósito destaca "Tríptico del Nacimiento de Jesús" conocido como el Tríptico de Zarzoso, que será todo un descubrimiento para los especialistas.

He aquí la lista de obras de la colección Várez Fisa:

1.Frontal con escenas de la infancia de Cristo.



Pintor castellano (La Rioja). Temple sobre tabla, 104,7 x 134,2 x 10 cm. Primer tercio del siglo XIII.

2.Frontal de Solanllong (Ripoll). Maestro de Lluça. Témpera sobre tabla, 102 x 108,3 x 7,5 cm. 1200 - 1210

3.Retablo de San Juan Bautista. Anónimo. Madera tallada y policromada, 249,3 x 198 x 12,3 cm.



Último cuarto del siglo XIII, León.

4.Artesonado en madera tallada y policromada. Anónimo. Tabla, 11,5 x 6,3 cm. Mediados del siglo XIV, León

5.Virgen de Tobed.



Jaume Serra. Témpera sobre tabla, 161,4 x 117,8 x 14 cm. 1359

6.Retablo de la Virgen.



Maestro de Torralba. Temple sobre tabla, 366 x 279,3 x 12 cm. Primera mitad del siglo XV

7.San Antonio Abad.



Joan Reixach. Temple sobre tabla, 105 x 77,4 x 5,8 cm. 1440 - 1450

8. San Gregorio el Grande y San Jerónimo. Pedro Berruguete. Banco de un retablo, tabla, 61 x 74 x 6,7 cm. 1495 - 1500

9. San Ambrosio y San Agustín. Pedro Berruguete. Banco de un retablo, tabla, 60,7 x 74,5 x 6,5 cm. 1495 - 1500

10.Cristo de Piedad con David y Jeremías.



Diego de la Cruz. Óleo sobre tabla, 60,5 x 93,5 x 4,5 cm. 1500

11.El Lavatorio. Maestro de San Esteve de Andorra. Pintura mural traspasada a lienzo, 241,5 x 201,5 x 8,7 cm. 1216 - 1220

12.Virgen Entronizada con el Niño.



Gil de Siloé. Alabastro con restos de policromía y dorado, 82 x 50 x 38 cm. Siglo XV.






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miércoles, 11 de diciembre de 2013

Nelson, derrotado en Cartagena por Gastón

El 19 de diciembre de 1796 el famoso marino Nelson navegaba con dos fragatas, la "Minerve" y la "Blanche", cerca de Cartagena cuando se encontró con dos fragatas españolas, la “Matilde”, mandada por Gastón de Iriarte, y la “Santa Sabina”, mandada por Jacobo Stuart.

Se estableció un combate entre la “Santa Sabina” y la “Minerve”, donde iba Nelson. Pese a la superioridad artillera de la fragata británica, por más de 5 a 3, el combate se prolongó durante tres horas y media, debiéndose rendir la española, con dos muertos y 48 heridos, el palo de mesana abatido y los otros dos a punto de caer, contra siete muertos y 33 heridos de la británica, pero con más suerte en la arboladura. Estas cifras y la duración del combate muestran el valor y la pericia de los españoles en el combate. Nelson puso la "Santa Sabina" a las órdenes de su amigo Hardy, con otro teniente y cuarenta hombres. En su nave, impresionado al saber que el comandante enemigo era nada menos que un Stuart, descendiente de los reyes de Escocia y de Inglaterra, lo trató con consideración, devolviéndole la espada.

Sin embargo, a las cuatro y media de la madrugada apareció la “Matilde”, que había conseguido despegarse de la “Blanche” y acudía en auxilio de su compañera, pese a ser un barco muy inferior a los dos británicos; con ello, se reanudó el combate. A la media hora de fuego, y reincorporada a Nelson la “Blanche”, se divisaron las fragatas españolas “Ceres” y “Perla”, seguidas a distancia por el gran navío de tres puentes “Príncipe de Asturias”. Entonces, Nelson comprendió que sólo le quedaba retirarse a toda vela. La “Santa Sabina” fue recuperada, cayendo prisioneros Hardy, el otro oficial y los cuarenta marineros británicos. Mientras, las otras dos fragatas perseguían a las de Nelson, causándolas otras diez u once bajas, pero los ingleses pudieron finalmente huir.

El prisionero Stuart fue puesto en libertad y canjeado por Hardy y los demás prisioneros ingleses. En el canje, Nelson escribió a Gastón: “Permito que don Jacobo vuelva a su lado con mi admiración por su valeroso comportamiento; le fue imposible prolongar la defensa. Yo he perdido muchos hombres pero en mástiles fui el más afortunado; de otra forma, habría tenido el gusto de conocerle”. Marinos españoles y británicos habían aprendido a respetarse y valorarse mutuamente.

Aquella fue una honrosa derrota naval de Nelson, que hay que sumar a la que habitualmente se menciona cuando se habla de una derrota del gran marino británico, la de su fallido intento contra Tenerife en 1797, que le costó su brazo derecho.










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domingo, 8 de diciembre de 2013

La Inmaculada Concepción y los Tercios españoles


El 7 de diciembre de 1585 el Tercio Viejo de Zamora, a las órdenes del Maestre de Campo Don Francisco de Bobadilla, combatía por España en Flandes.

La isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal, era el reducto defendido por el Tercio Viejo. Bloqueados por completo por la escuadra del Almirante Holak, cinco mil hombres guarnecían la isla, “cinco mil españoles que eran a la vez cinco mil infantes y cinco mil caballos ligeros y cinco mil gastadores y cinco mil demonios”, como dijera de ellos un almirante francés.

Sometido a la artillería de la escuadra, a la de un fuerte holandés y a la de posiciones herejes situadas en las riberas del Mosa, el tercio estaba totalmente cercado por las aguas, sin escapatoria posible. El bloqueo se estrecha cada día más; ya no quedan víveres ni pertrechos de guerra ni ropas secas, sólo frío y agua, barro y desesperanza.

Alejandro Farnesio, el gobernador de los Países Bajos, envía unos refuerzos que nunca llegan. Los maestres Carlos Mansfeld y Juan del Águila tratan, en vano, de socorrer a los sitiados; no hay esperanza de auxilio.

Consciente de la penosa situación de los españoles, Holak propone a los sitiados una rendición honrosa. La respuesta de Bobadilla es inmediata: “Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. ¡Ya hablaremos de capitulación después de muertos!”. Entonces Holak recurrió a un método muy utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio.



Entre tanta calamidad, un soldado del Tercio cavaba una trinchera, “más para tumba que para guarecerse”, cuando tropezó con una tabla flamenca en la que estaba pintada, en vivos colores, la Inmaculada Concepción. Comenzó el soldado a gritar y acudieron sus compañeros que, colocando la imagen sobre la bandera española, a modo de improvisado altar, cayeron todos de rodillas entonando la Salve.

El Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal cierta de protección divina, arengó a sus tropas a seguir resistiendo: “¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota pero la Virgen Inmaculada viene a salvarnos”. Al atardecer, la escuadra de Holak, la artillería del fuerte y las tropas herejes en la margen del Mosa se preparaban para dar al día siguiente el golpe final a los cercados españoles.

Fue entonces cuando ocurrió los impensable: un viento huracanado e intensamente frío se desató helando las aguas del Mosa. De madrugada los españoles comprobaron con asombro que era posible caminar por la superficie del río. Sin perder un momento, cogieron las armas y se lanzaron hacia la flota holandesa, resueltos a quitarse el frío con sangre y fuego. Cayeron como demonios sobre los buques holandeses, dando cuchilladas, pistoletazos y estocadas a todo cuanto se movía, dispuestos a cobrarse con creces las molestias del horrible asedio.



En el fuerte holandés así como entre las tropas herejes de las márgenes del Mosa empezó a cundir el pánico, al percatarse de lo que estaba sucediendo a su flota, que resultó totalmente derrotada, capturando el tercio una decena de naves (las que no se destruyeron), así como numeroso armamento, artillería y prisioneros.

Al amanecer, sin perder un minuto, Bobadilla dispuso el tercio en formación de combate y marchó sobre el fuerte holandés. Los soldados del tercio aún tenían rabia contenida que desahogar contra los artilleros y arcabuceros que les habían estado masacrando desde allí. Aquella mañana la Furia Española parecía no tener medida ni final.

En cuanto el fuerte cayó, que fue en un santiamén, todas las tropas holandesas de las márgenes del Mosa huyeron precipitadamente. En la desbandada tras la derrota, el comandante hereje maldecía a Dios llamándolo español; afirmaba que “Dios se había hecho español” al obrar tan gran milagro para derrotarle.

Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia, y posteriormente de toda la infantería española, patronazgo que perdura hasta nuestros días.

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El fenómeno meteorológico que aconteció el 8 de diciembre de 1585 en la isla de Bommel ha sido objeto de estudio e investigación por historiadores y meteorólogos holandeses, por lo inusual del fenómeno. El Instituto de Meteorología holandés hizo un estudio de fenómeno y concluyó que la concatenación de circunstancias que produjeron que el agua alrededor de la isla de Bommel se helase en una sola noche fue un fenómeno por completo inusual y nunca visto en esas tierras.







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lunes, 2 de diciembre de 2013

Arce en Cáceres

El investigador sevillano José Luis Romero Torres ha documentado una imagen del Señor atado a la columna en la localidad extremeña de Cáceres. Se trata de la primera talla de Jesús atado a la Columna que se talló en Sevilla y que fue ejecutada por el flamenco José de Arce, autor del Señor de las Penas de la Hermandad de la Estrella.

Tradicionalmente, se pensaba que esta imagen era obra del escultor sevillano Pedro Roldán o su círculo aunque, sobre esta atribución, no existía soporte documental alguno.

Durante el pasado verano, Romero Torres descubrió en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla el contrato original de compra y hechura del Señor de la Columna, fechado el 22 de junio de 1655. Según el contrato, debería estar terminado en tres meses, las medidas eran dos varas de alto y vino a costar 133 pesos de plata de a 8 reales cada uno. Curiosamente, en el documento de la compra se especificaba que “habrá de hacerse un cajón para su traslado a Cáceres”.

Esta imagen fue adquirida en la capital hispalense por el alférez cacereño Francisco Carrasco en ese mismo año de 1655.

Rasgos
José Luis Romero Torres, gran conocedor de la obra de Arce acudió a Cáceres en 2006 atraído por una fotografía del Señor que vio por Internet. Y es que esta talla posee los rasgos propios de la obra de Arce: formas blandas, ausencia de patetismo, complexión fuerte y musculatura desarrollada, pelo voluminoso y un tipo de barba no rayada ni peinada, sino voluminosa también, aunque ya no se aprecia debido a intervenciones desafortunadas sobre la imagen.

El tamaño de la columna responde a una cuestión de época: hasta el Barroco, las columnas de las imágenes de esta iconografía eran altas, en el siglo XVII tornaron a bajas y a partir de la Ilustración alternaron. Curiosamente, es una de las poquísimas imágenes de Jesús atado a la columna con una de las manos hacia arriba - en realidad el único conocido-.

El Señor de la Columna pertenece a la cofradía de la Santa y Vera Cruz, aunque desde 1913 se encuentra en el templo del Espíritu Santo y desde 1995 procesiona con la cofradía del Humilladero, en virtud de un acuerdo de cesión firmado hasta el 2033.

José de Arce
El escultor flamenco José de Arce trae a la escuela sevillana los ecos del barroco europeo, nórdico e italiano, recreándose en el arte de figuras como Rubens o Bernini. En Sevilla pose al Señor de las Penas, de la Hermandad de la Estrella, a un San Isidoro en la Catedral de Sevilla, las sobrecogedoras imágenes de los Evangelistas de las gradas altas de la Parroquia del Sagrario o el Nazareno de Santiponce, recientemente atribuido