sábado, 17 de marzo de 2018

Un granadino se parece más a un santanderino que a un sevillano

En España han confluido multitud de culturas, lenguas y tradiciones, lo que provoca diferencias entre gentes de las distintas regiiones.

Por otro lado, si atendemos a la genética también existen muchas diferencias entre la población de una misma comunidad. Los granadinos, sin ir más lejos, se parecen más a los cántabros que a los sevillanos. Así lo determina un estudio sobre diferenciación genética, que demuestra que existen más parecidos genéticos en el eje Norte-Sur, que en el Este-Oeste. El estudio se debe a un equipo internacional encabezado por Clare Bycroft, de la Universidad de Oxford y se ha publicado en marzo de 2018 en la revista Biorxiv.

Para realizar esta investigación los científicos tuvieron en cuenta el recorrido que realizaron los antepasados españoles durante sus emigraciones a las grandes ciudades españolas. Concretamente, los investigadores analizaron el genoma de 1.413 individuos nacidos en los años 40, provenientes de todas las regiones españolas, para analizar la distancia genética entre ellos. Los resultados son realmente sorprendentes y no coinciden con el relato histórico que se ha ido transmitiendo durante los últimos años. No lo son tanto, sin embargo, si atendemos a la estructura sociodemográfica, la geografía y la política de las distintas regiones a lo largo de la historia.



Tal y como podemos observar en el mapa, existen cuatro grandes ejes verticales en España: el asturleonés-extremeño-suroeste, el cántabro-castellano-manchego-sudeste, el aragonés-valenciano y el catalán-balear. Además, se observa una pequeña zona bien diferenciada en el País Vasco y Navarra.

Según este estudio, las diferencias genéticas son muy pequeñas en la dirección norte-sur, algo que arroja mucha luz sobre la historia de la Reconquista, durante la cual se movió el territorio controlado por cristianos en el norte, de forma gradual, hacia el sur de la Península Ibérica desde mediados del siglo VIII.

En 1249, casi todo el territorio ibérico estaba bajo dominio cristiano, y la Guerra de Granada marca en 1492 el final del dominio musulmán. El mapa es una clara evidencia de la migración de los cristianos del norte a las nuevas regiones cristianas durante la Reconquista.

Aunque son muchos los factores que han influido en la creación de estos cuatro ejes, lo cierto es que se trata de un estudio muy ilustrador de lo que ha ido sucediendo en España a lo largo de su historia.







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