Hoy Andrés Amorós, catedrático de Literatura y gran aficionado a los toros, ha protagonizado la Tercera de Abc con un Decólogo taurino. Haré un resumen de su artículo.
Dice Amorós que es bueno, pero peligroso, que la Fiesta suscite amores y odios en vez de indiferencia. El aficionado puede defender, con Pascal, las razones del corazón que la razón no comprende, pero el escritor puede también reclamar, con Eugenio d'Ors, los sentires de la razón a los que el corazón no alcanza.
No parece inútil resumir en unas pocas frases algunos preceptos básicos.
1- La Tauromaquia supone una adhesión libre. No todos los españoles son aficionados a los toros y sí lo son, y buenos, muchos extranjeros. La Fiesta es hoy universal, pero en todo el mundo se la ve como algo nacido en España (igual, por ejemplo, que el Renacimiento en Florencia o el jazz en Nueva Orleáns).
2 - La Fiesta forma parte del patrimonio cultural de España y de la Humanidad.
3 - La Tauromaquia sin el toro no existiría. El toro bravo es la máxima aportación española a la zootecnia universal. No es «naturaleza» sino «cultura», el fruto de un delicadísimo proceso de selección, una creación humana.
4- La Fiesta posee un valor ecológico indiscutible, al comportar la conservación de una gran extensión de dehesas que no permiten otro cultivo.
5- La Tauromaquia es Fiesta popular, en la que participan libremente aficionados de todas las ideologías, clases sociales y niveles económicos. Es falso identificarla con una tendencia política castiza, reaccionaria y antieuropea.
6- El torero es un verdadero héroe, uno de los pocos que quedan en un mundo cada vez más prosaico. Domina a una fiera, creando belleza, y afronta con dignidad la «hora de la verdad».
7- La Tauromaquia va unida a la historia de España. La Fiesta refleja las circunstancias de cada momento histórico. En ninguna parte como en los toros cabe estudiar la psicología actual del pueblo español.
8- La Fiesta supone una importante actividad económica, con cerca de 200.000 empleos directos y un volumen anual de 1.500 millones de euros. Tiene una importantísima repercusión en el turismo de innumerables ciudades y pueblos .
9- El léxico taurino impregna nuestro lenguaje coloquial porque lo utilizan también los que no son aficionados y se usa, en sentido metafórico, en todas las esferas de la vida pública. De este modo, el lenguaje taurino configura la forma de pensar de nuestro pueblo y es uno de los síntomas más claros de la actitud española ante la vida.
10- La Fiesta ha suscitado infinidad de creaciones culturales de indudable categoría. Con tales compañeros no debemos sentir vergüenza sino proclamar con orgullo nuestra condición de aficionados.
Concluye Amorós diciendo que en una fotografía de Cano se ve a dos personajes toreando, al alimón, una vaquilla. Cada uno sostiene el capote por un extremo. Uno de ellos es don José Ortega y Gasset; el otro, don Domingo Ortega. No cabe mejor símbolo de la unión de nuestra cultura con la Tauromaquia ( vean otra vez, mis queridos lectores, el post "El fotógrafo taurino" )
Federico García Lorca proclamó que la Tauromaquia es «la fiesta más culta que hay hoy en el mundo». Vivimos en «la piel de toro», en el centro del «ruedo ibérico». Y así queremos seguir viviendo.
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