En Cádiz, el 19 de marzo de 1812, en medio de la euforia, se promulgó la Constitución que previamente había sido jurada por los diputados de forma solemne en la iglesia de San Felipe Neri.
De este juramento, la prensa decía:
“Nunca se presentó a la consideración humana un espectáculo tan grandioso y más digno de una nación noble que el que ofreció el salón en que se hallaban congregadas las Cortes Generales y Extraordinarias en Cádiz el 18 de marzo de 1812. Diputados de las cuatro partes del mundo ocupaban todos los asientos del salón; personas del cuerpo diplomático en la tribuna destinada a esta clase y un concurso numeroso llenaba las demás tribunas y galerías”.
Se abrió la sesión con la lectura de dos oficios del ministro de Gracia y Justicia sobre las disposiciones de la Regencia para solemnizar la publicación de la Constitución cuando presentase a la Regencia uno de los ejemplares de aquel Código.
Seguidamente, los secretarios se colocaron en las dos tribunas del Congreso y, mientras uno leía la Constitución, el otro cotejaba la conformidad de los artículos según el ejemplar que tenía delante.
Acabada la lectura un secretario preguntó: “¿Es esta la Constitución política de la Monarquía española que las Cortes han sancionado?” Todos los presentes se pusieron en pie, en señal de que así era.
Vicente Pascual, como presidente del Congreso, dirigió un discurso del que se puede entresacar lo siguiente:
“Qué satisfacción no será la mía al verme obligado por la calidad que, aun indigno, tengo de Presidente del congreso, a poner la primera firma de esta ley, que en gran parte no es más que la renovación del patrio suelo. Y con qué placer nos debemos todos apresurarnos a terminar con este último acto el objeto más principal de nuestras tareas, sellando con nuestra propia mano la perpetua felicitación de esta nación”.
Tras de la firma del Presidente firmaron ambos ejemplares todos los diputados, que eran en total ciento ochenta y cuatro, pues veinte más se hallaban ausentes por enfermedad o licencia previa.
Después, en la iglesia del Carmen se celebró un solemne Te Deum, oficiado por el obispo de Calahorra.
Por la tarde se procedió a promulgar el texto en voz alta en cuatro puntos de la ciudad: la explanada del Palacio de la Aduana, la Plaza del Mentidero, la Plazuela de San Felipe y la Plaza de San Antonio. Para ello, se colocaron unos tablados de madera con un dosel y el retrato del rey.
¿Y dónde están, en la ciudad liberal, las iglesias de San Felipe Neri y del Carmen? En la presentación que sigue podemos verlo, así como la situación de otros lugares donde se vivieron los momentos históricos de las Cortes de Cádiz y de la Constitución de 1812.
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