Invito al lector que tenga la suerte de estar en
Sevilla, aunque sea por poco tiempo. Le invito a que visite la
iglesia de la Anunciación, que fue capilla de la Universidad, antes de que ésta se trasladara a la Fábrica de Tabacos.
Al entrar en la iglesia uno puede apreciar lo que es la magnificencia renacentista. La iglesia es un emporio de arte. La atención se centra enseguida en el retablo del altar mayor. Luego, la bóveda o los retablos del crucero seguirán embebiéndonos.
Llamo la atención especialmente sobre algo que a muchos visitantes les puede pasar desapercibido. Es un retablo no tan espectacular como los otros y está como en lugar de paso, el lateral de la epístola a mitad de nave. Está dedicado a
San Juan Bautista. Atención: es una obra íntegra de
Juan Martínez Montañés, el Lisipo andaluz.
Se trata de una obra que no ha estado siempre aquí. Procede del convento de Santa María del Socorro, desaparecido, y para el cual se contrató en 1610, con plazo de año y medio, pero, por el intenso trabajo en otras obras, se ejecutó en dos etapas, la primera en fechas cercanas a su contratación y la segunda entre 1618 y 1620.
La arquitectura y los relieves son obra de Martinez Montañés; no son muchos los ejemplos tan completos de nuestro artista jienense. Así, es uno de los retablos más representativos de Montañés en uno de sus tres tipos de retablos y lo podemos considerar entre lo mejor de su producción; además, está realizado por los mismos años en que hizo el de San Isidoro del Campo, en Santiponce.
El estilo es de raigambre renacentista y tiene una estructura doble; el interior es un retablo de dos cuerpos y tres calles y la parte exterior semeja un arco de triunfo. Este esquema se repite también en el retablo del brazo derecho del crucero de esta iglesia. Los otros dos tipos de retablo que trabajó Montañés son el retablo-tabernáculo (manierista más que renacentista) y el retablo mayor o monumental (casi barroco).
En total, hay nueve cuadros con relieves, distribuidos por grupos de tres en cada calle; la del medio incluye el ático sobre frontón partido.
Todos los relieves hacen alusión a la historia del Bautista desde su anuciación y nacimiento a su martirio. Ahora caigo en pensar que Montañés tuvo una especial fijación, en su labor creadora, con los tipos de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, en los que llegó a innovar y fijar modelos de composición. Indudablemente eran dos personajes queridos para él, por ser sus patronos onomásticos.
La colocación de los relieves responde al relato histórico de la vida del Bautista, yendo de arriba abajo, aunque la calle central altera el orden. Nosotros vamos a verlos, con fotos, en el orden cronológico de la vida de San Juan.
La Visitación
Representa el abrazo entre la Virgen y su prima Santa Isabel y San José y Zacarías
en presencia de otro personaje, femenino, a la derecha.
Nacimiento de San Juan Bautista
Está Santa Isabel en la cama, rodeada por Zacarías, que escribe "Juan es su nombre",
y por un grupo de mujeres, llevando una de ellas al niño pequeño.
San Juan Bautista con el Niño Jesús
Aparece el Niño Jesús junto a San Juanito, figura central,
y un ángel, con un fondo de árboles, representándose un escena de juego infantil.
San Juan Bautista con sus padres
Se ve a San Juan Bautista niño junto a Zacarias, sentado, Santa Isabel
y otros dos personajes, representando un momento de la formación de nuestro protagonista o quizás la despedida de la familia.
Predicación de San Juan Bautista
Aparece sobre unas rocas San Juan Bautista, que viste pieles y porta su habitual báculo,
predicando ante un grupo de personajes, que incluye soldados.
Bautismo de Cristo
Es el relieve principal y recoge el momento en que Jesús es bautizado en el río Jordán por San Juan Bautista, que usa concha y porta capa de color rojo jacinto,
en presencia de dos ángeles y con la paloma del Espíritu Santo en la parte superior rodeada por querubines.
La foto de este relieve me ha salido bastante regular. Creo que voy a ponerla en la Wikipedia, donde no se deben poner fotos sin calidad; además se lo merece el propio relieve montañesino.
Comparecencia de San Juan Bautista ante Herodes Antipas
Representa a San Juan Bautista admonizando, por su matrimonio ilícito, al rey Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande,
que aparece coronado y sentado en su trono, en presencia de un soldado.
San Juan Bautista en la prisión
San Juan Bautista está sentado, en una celda, encadenado pero con el semblante sereno,
en presencia de un soldado y dos personajes recostados atendiendo.
Degollación del Bautista
Representa a un soldado en acción con una espada en el momento
de degollar a San Juan Bautista en presencia de Salomé, que porta la bandeja en que presentará la cabeza como premio a su baile.
En lo alto de lo que hemos llamado estructura interna hay una inscripción que dice
"Acabóse el año de 1620 siendo Abadesa la S. D. Ana de Mendoza. El 22 de junio".
Entre la ornamentación, citaremos una cruz en el remate central y dos medallones con la cruz de San Juan Bautista en los remates laterales, así como guirnaldas de frutos y dos ángeles en los remates laterales del retablo interior.
En algunos cuadros hay figuras tan pequeñas que parecen labor de miniaturista. Todo el retablo sigue el modelo del que el mismo Montañés hizo para Lima, aunque mejorando la calidad. Digamos que el peruano sirvió como "prueba de estado".
La sesión fotográfica la estoy realizando en época navideña. En el presbiterio hay un gran Nacimiento que recibe muchas visitas. Mientras hago las fotos, el público pasa por delante pero a una mínima señal mía se paran amablemente o pasan por detrás. Estoy usando trípode, me ven afanoso y eso impone a la gente; pero, sobre todo, a mí me permite sacar mejores fotos. Estoy disfrutando de verdad.
Custodian el retablo dos esculturas exentas que representan a dos santos mártires japoneses, San Diego Kisai y San Juan De Goto, y son de autor anónimo.
Son imágenes bien tratadas e incluso no me extrañaría que pertenecieran a la mano del propio Montañés o a alguien de su taller.
De
Juan de Uceda, sevillano, son trece pinturas situadas en la predela, con el sagrario, y a lo largo de la estructura exterior; alguna hay muy deteriorada. Todas tratan temas de la vida del Bautista. Del mismo autor, que estaba recién vuelto de Lima, es también la policromía.
Acabamos. El retablo se puso aquí en 1972, año en que fue adquirido por la Dirección General de Bellas Artes para trasladarlo a este templo universitario. Era director general don Florentino Pérez Embid. Quede claro su nombre, porque fue un hombre que empezó a poner freno a la tendencia que había a vender cualquier valor de nuestro patrimonio, aunque fuera a parar al extranjero, lo que ocurría con frecuencia.
Al extranjero pudo haber ido a parar esta pieza excepcional que estamos comentando. Escalofrío me entra de pensarlo. Alegrémonos de que así no ocurriera.
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