lunes, 17 de noviembre de 2008

Ya han pasado tres años

Ya han pasado tres años. Creo que no va mal pero me gustaría saber si está terminando una etapa.

Tres años. Mucho tiempo me parece. Sin embargo, el día de hoy no me provoca la turbulencia del primer año. Creo que ni siquiera necesitaría anotar este recordatorio del aniversario, que en ocasión pasada me sirvió de alivio a la inquietud, a la preocupación.

¿Pero es así sin más? ¿Qué pasaría si no hiciera esta anotación? Pues sencillamente creo que me sentiría incómodo e injusto; injusto, porque no respondería a mi deseo. Lo que deseo es volver a disfrutar de su presencia, de su estancia a mi lado. Da mucha compañía, como dicen en el pueblo. Su capacidad de comprender, su ductilidad lo convierten en un agrado, casi continuo, que me permite pensar "en la vida he hecho al menos algo". La necesidad de sentir ese agrado va a más con el paso del tiempo.

Lo echo en falta.

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