lunes, 14 de julio de 2008

La Fiesta del Árbol más antigua

La Fiesta del Árbol más antigua del mundo volvió a celebrarse un año más ayer, en Villanueva de la Sierra, pero sin el título de Interés Turístico Regional que su Ayuntamiento lleva años solicitando públicamente. El Consistorio va a poner en orden la documentación que acredita la antigüedad para hacer una petición formal de la denominación a la Junta de Extremadura. El objetivo es que se reconozca a los vecinos el mérito de llevar 201 años festejando esta cita que evidencia el respeto hacia la naturaleza y que tuvo su primera edición en el año 1805.

De esos dos siglos de culto al medio ambiente queda constancia en el monolito que fue descubierto este domingo de Carnaval frente a la casa consistorial. «Si quieres que tus hijos aprendan a respetar al árbol debes tú comenzar por respetarlo y mostrarlo como un amigo leal. Respeta el medio ambiente» es la leyenda que se ha inscrito en la placa atornillada al pedestal de granito sobre el que se ha instalado un árbol de hierro; la pieza se ha elaborado en unos talleres salmantinos de La Fragosa y en ella destacan los números 1805 y 2005 que marcan el bicentenario de esta celebración.

Invitados de honor fueron el Presidente de la Diputación Provincial de Cáceres y los directores generales de Infraestructuras Agrarias y Promoción Cultural, que pusieron su grano de arena echando mano de la pala con la que plantaron cinco nuevos ejemplares de álamo negrillo y plátano en la zona de Los Lagares. Fue un acto simbólico que deja pública constancia del esfuerzo que los serranos realizan a lo largo de todo el año por conservar su masa forestal. De hecho, la media anual de especies plantadas viene a ser de unos 60 ejemplares, que en buena medida llegan desde los viveros de la Junta de Extremadura y la Diputación.

La abundancia de especies en los parajes que circundan el pueblo hace que vecinos del entorno, como los de Aceituna o Montehermoso, pidan árboles, cada vez que los necesitan, a Villanueva de la Sierra, donde nadie se queda sin plantar un árbol.

A Villanueva de la Sierra le intentaron arrebatar la antigüedad de esta celebración los catalanes, los castellano-leoneses e incluso los americanos, que aseguraban que sus fiestas del árbol eran las veteranas. El asunto quedó resuelto definitivamente en el año 1971 cuando la corporación municipal de la localidad en pleno, acompañada por Ángel Paule Rubio, director del colegio del pueblo, y el párroco, viajó hasta Barcelona con los documentos en la maleta para dejar constancia de que la veteranía cacereña.

Los archivos municipales permitieron demostrar que si los Estados Unidos tenían la fiesta desde 1872 y Cataluña desde 1905, Villanueva la tenía desde 1805. Esa primacía les ha sido reconocida incluso por las instituciones barcelonesas; de ahí la invitación cursada a la representación del pueblo al vigésimo quinto aniversario de la Fundación del Patronato de Repoblación Forestal, en el que quedó claro que el cura Vacas Roxo fue quien instituyó la Fiesta del Árbol Forestal, mientra que al tenor Francisco Viña Dordal le correspondía la titularidad de la Fiesta del Árbol Frutal.

La idea de la celebración se le ocurrió a don Ramón Vacas Roxo en 1805, cuando, acompañado de los maestros y niños de la escuela del pueblo, decidió plantar árboles en la fiesta del martes de Carnaval, "persuadido de lo importante que tiene el arbolado por la salubridad, higiene, ornato, carácter, ambiente y costumbres". Esta motivación, propia de un ilustrado, es acompañada en una tradición local anacrónica por la del deseo de conmemorar la libertad, tras la destrucción de los montes de la zona por las batallas protagonizadas en las tropas locales y las de Napoleón Bonaparte.

Lo cierto es que el sacerdote convocó por oficio a «clérigos, maestros, autoridades, pueblo, vista la importancia que tiene el árbol para la salubridad del clima y quiso darle aire de fiesta», como recoge Ángel Paule, licenciado en Geografía e Historia, en uno de sus trabajos sobre el festejo.

La fiesta se ha venido celebrando con más o menos boato desde sus orígenes, pero nunca se ha olvidado. El anhelo de los vecinos es que la declaración de Interés Turístico Regional se tramite lo antes posible. Entonces se celebrará por todo lo alto.









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