Un equipo de investigadores ha descubierto una ciudad romana bajo tierra en perfecto estado de conservación en el municipio de Driebes (Guadalajara). Al parecer, se trataría de Caraca, una villa datada entre los siglos IV a. C. y II d.C., de la que se tenía constancia pero se desconocía su ubicación.
Los trabajos empezaron en octubre y, gracias a la utilización de tecnología como el georradar, han concluido que bajo tierra, apenas a 70 centímetros, hay una ciudad con sus calles, el foro, termas, viviendas y templos que podría ocupar 12 hectáreas. Incluso se ha encontrado un acueducto, que por su tamaño ha permitido documentar que en esta ciudad vivían alrededor de 2.000 personas.
Se baraja que bajo las ruinas de la ermita ubicada en el cerro de la Virgen de la Muela, donde se iniciaron las prospecciones, hay un templo que formaría parte de una ciudad romana de importantes dimensiones, que "se cree es de origen carpetano de entre los siglos IV antes de Cristo y II después de Cristo", ha apuntado Javier Fernández, el arqueólogo y codirector de la prospección.
"Toda la vida se ha dicho que tenía que haber algo de esto aquí, pero nunca pensamos que esto", ha señalado el alcalde del municipio, Pedro Rincón, quien al igual que los responsables de la investigación no había imaginado la envergadura del yacimiento de Driebes, al sur de la provincia de Guadalajara.
Javier y el profesor Emilio Gamo conocían la existencia de importantes vestigios romanos en la provincia de Guadalajara, en concreto en la zona de Driebes, y decidieron iniciar una prospección hace unos meses con el apoyo económico del Gobierno regional, el Ayuntamiento de Yebes y los Amigos del Museo de Guadalajara. "En tan solo una hectárea que hemos podido rastrear con el georradar, ya hemos podido determinar importantes hallazgos", ha subrayado Fernández. Para el arqueólogo, es "sorprende que en pleno siglo XXI no lo hayan descubierto antes. El resultado de la prospección es muy superior al que esperábamos".
Ya se está poniendo en marcha la segunda fase del proyecto que contempla la excavación del terreno para confirmar lo encontrado con el georradar. Esperan poder empezar los trabajos en seis meses, con la vista puesta en recuperar la zona y convertirlo en un yacimiento visitable al estilo de Recópolis, también en la provincia.
Los primeros indicios de la riqueza arqueológica del terreno llegaron con las obras del canal de Estremera. En 1945 se descubrió el llamado 'tesoro de Driebes', un lote de piezas de orfebrería del siglo III a.C. con un peso de 13,8 kilos que incluía pesos, lingotes, sortijas, fíbulas y monedas y que actualmente está expuesto en el Museo Arqueológico Nacional. A partir de entonces llevaron a cabo un proyecto de romanización de la provincia y vieron que la zona está plagada de materiales romanos en superficie, fundamentalmente cerámica y fragmentos de estuco.
El georradar 3D ha confirmado su teoría y se ha confirmado la presencia de una ciudad romana con urbanismo propio, en la que se observan con claridad espacios públicos, como un foro porticado, las avenidas principales, termas o un mercado. Lo más llamativo es la presencia de un acueducto de características similares al de Segóbrica (Cuenca), que debía medir unos tres kilómetros y de los que se han localizado 112 metros de canalización de hormigón romano conservado.
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