lunes, 26 de enero de 2015

¿Cómo afecta la deuda griega a España?

En Grecia el partido Syriza ha ganado las elecciones. Algunos creen que su política rupturista liberará a los griegos del yugo opresor europeo. No se fijan en cómo está Argentina sólo porque amagó con no pagar la deuda.

Si Syriza se niega a repagar lo debido, la situación de los españoles empeorará; se les robará el esfuerzo de un año.

Repasemos la estadística histórica comparada. Veamos primero la evolución de la deuda pública. Según Eurostat, en 1999 la deuda pública europea (media) era el 72% del PIB europeo; la griega, el 94% de su PIB. En 2014, la europea ha subido al 92% y la griega, al 175%. ¿Y la prima de riesgo? A principios de 2007 la prima de riesgo estaba en España en los 5 puntos y en Grecia, en los 25 puntos; a principios de 2015 la prima de riesgo está en España en los 100 puntos y en Grecia, en los 950 puntos.

La cuestión no es austeridad sí o austeridad no. Eso sería no querer estudiar la cuestión de si sigue siendo viable el socialdemócrata Estado de Bienestar tal como hasta ahora se ha concebido (que llevó a que las peluqueras griegas se jubilaban a los 45 años). No obstante, adoptar reformas profundas ciertamente provocará dolor para hoy pero eficacia para mañana.

Grecia no debió entrar nunca en el euro, a donde llegó sin razones económicas, sólo políticas (con el simple argumento de que fue la cuna de la democracia en tiempos de Pericles). Si ha podido funcionar hasta ahora ha sido gracias a la ayuda que ha ido dándole el resto de socios europeos. Cuando se retiró la financiación privada acudió la pública. Europa apostó por mantener la unidad del euro, pero si no hubiese sido así Grecia estaría ya fuera del euro, con el dracma devaluado y con una insolvencia enfilada a la agonía.

En abril de 2010 Zapatero decía en el Congreso que España ganaría 110 millones anuales, porque pediríamos el dinero al BCE al 2% y lo prestaríamos al 5% a Grecia; para el presidente había garantías de reembolso mientras que para Rajoy había riesgo y finalmente los dos apoyaron la operación.

De cada 100 euros que Grecia debe, 80 se los debe a entidades financieras públicas (Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). El siguiente país en esa lista, Portugal, le sigue a distancia, con 50 euros de cada 100. España debe al BCE y al FMI 15 euros de cada 100 de su deuda (y Japón, 2). En la deuda griega no hay ningún banco privado extranjero que sea acreedor; la causa es la desconfianza secular en los gobernantes griegos. Los acreedores privados, antes de ser liberados, aceptaron una quita superior al 50%. Los gobiernos europeos que ahora imponen austeridad a Grecia son los que antes se tuvieron que tapar la nariz para ayudarle a seguir funcionando. El rescate, de todas formas, no fue impuesto sino que lo pidió el gobierno socialista que había entonces, justificándolo además en mentiras sobre los datos económicos de país.

¿Cómo se reparte geográficamente la deuda pública griega? En primer lugar, Alemania tiene 78.000 millones de euros de deuda griega. Lógicamente, en cualquier paso que los griegos quieran dar, en lo referido a la deuda, tendrán que tener en cuenta a los alemanes antes que a nadie. España está en cuarto lugar de esta cola de acreedores pues tiene 33.000 millones de euros de deuda griega (no 26.000 como se suele decir, si juntamos préstamos bilaterales, garantías al EFSF, target 2 y bonos eurosistema). Después hay una larga serie de países que tienen bastante menos dinero en juego.

La cantidad que a España debe Grecia equivale al 3% del PIB español y supera ampliamente lo gastado en recuperar la entidad Bankia. Para 2015 las previsiones son que la economía española crezca ese mismo porcentaje, después de que tuvo que soportar recortes los últimos tres años.

Si se produjera la quita de ese importe, como Syriza desea, resultaría que el esfuerzo español de un año se tiraría por el agujero negro de la deuda griega; quizás habría una compensación mediante una nueva subida de impuestos en España. Los griegos ganarían algo de optimismo a corto plazo pero a largo plazo se condenarían aún más; si salen del euro no ganarían soberanía sino que serían acechados por rusos o chinos, a los que les vendrían muy bien algunos puertos griegos, próximos al Canal de Suez.

España no gana nada en esa operación; sólo cabe que le roben. Aun así, algunos aplauden. Las damas viajeras solían enamorarse de los bandoleros de Sierra Morena sin ver que se quedaban con sus anillos.



















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