En 2021 el lince ibérico ha alcanzado en Andalucía un récord histórico. Hay 522 ejemplares, lo que es el 38,2% del total de la Península Ibérica, que llega a 1.635 ejemplares. Es lo que dice el censo pulicado por la Junta de Andalucía dentro del Plan de Recuperación del Lince Ibérico. La población ha crecido en 16 ejemplares, lo que supone un 3,1 % más respecto a 2020.
Los 522 ejemplares están distribuidos en distintas zonas que hacen una superficie de más de 1.600 kilómetros cuadrados. El número de hembras reproductoras se mantiene la misma cifra que el año pasado, 124, mientras que en toda la Península Ibérica hay un total de 277. Los cachorros de 2022 son 174, frente a los 157 del año anterior.
Los datos del censo 2021 son esperanzadores y positivos, ya que constatan un crecimiento continuo de la población, pese a que hay zonas consolidadas que están llegando a su tope de capacidad de carga.
Por poblaciones, el área de Andújar-Cardeña-Marmolejo-Montoro sigue siendo la que alberga un mayor número de ejemplares, con 200 linces censados el año pasado. El Valle de Guarrizas, en Jaén, es la segunda área con mayor población, con 151 individuos. El Guadalmellato cordobés cuenta con 44 ejemplares. Las subpoblaciones de Andújar-Cardeña, Guarrizas, Guadalmellato y Campo de Montiel -ésta dentro de Castilla la Mancha- funcionan ya como una metapoblación (Sierra Morena Oriental), dado que se ha constatado que hay intercambio genético fluido entre ellas.
En el área de Doñana-Aljarafe los ejemplares censados alcanzan los 94 individuos. En zonas como Las Minas, Setefilla, Pegalajar y Valdecigüeñas-Río Sotillo, esta última compartiendo territorio con Extremadura, el lince se ha establecido de manera natural. Los datos del censo señalan un incremento de ejemplares en todas ellas.
El año pasado se liberaron en el medio natural andaluz cuatro ejemplares (tres en la zona de Guarrizas y uno en Las Minas, en la Sierra Norte de Sevilla). En la Península se soltaron 30 individuos, todos procedentes del programa de cría en cautividad.
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