En abril de 2016, unas máquinas destaparon en el parque Zaudín de Tomares (Sevilla) 19 ánforas romanas conteniendo unos 600 kilos de monedas de bronce del siglo IV, un hallazgo que los arqueólogos que han trabajado en la zona consideran único en España y quizás en el mundo. Han enfatizado que no se ha encontrado nunca tal acumulación de piezas y además tan homogéneas.
Las ánforas, nueve rotas y diez enteras, no son las usadas para el transporte de vino o grano, sino de tamaño más pequeño, y estaban en un receptáculo específico habilitado al efecto, que estaba sellado y cubierto con materiales rotos. El tesoro "fue deliberadamente ocultado en espacio subterráneo y cubierto por algunos ladrillos y material de relleno cerámico", según fuentes de la Junta de Andalucía.
Las monedas, probablemente hechas en Oriente, están en flor de cuño, es decir, que no han circulado y por tanto no tienen desgaste. Tienen en el anverso la figura de un emperador y en el reverso diversas alegorías romanas, como la abundancia. La hipótesis inicial de los investigadores es que las monedas estaban acumuladas en ese receptáculo para el pago de impuestos imperiales o para pagar las levas del Ejército. Las monedas encontradas ya han sido depositadas en el Museo Arqueológico de Sevilla, según han precisado las fuentes.
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Hace 11 años