En El Viso de Los Pedroches (Córdoba), entre el río Zújar y la sierra de las Mangadas, aparecieron tres estelas cuarcíticas, adscribibles al grupo del Suroeste.
El Viso ILa estela de El Viso I es rectangular y mide 71 cm. de altura, 68 de anchura y 20-25 de grosor.
Presenta un guerrero con espada cruzada en la cintura, una lanza de punta ancha y un espejo; destaca un gran escudo compuesto por tres anillos con escotaduras en V; encima hay un carro de doble tiro con dos caballos
El Viso II
Se conserva en en el Museo Arqueológico de Córdoba.
El Viso IV
La estela de El Viso IV (otros la numeran como III) es trapezoidal y mide 1,20 m. de altura, 0,90 m. en la base y 0,30 m de grosor máximo. Presenta, de izquierda a derecha, una figura humana solitaria, una lanza de gran tamaño, un guerrero con espada a la cintura y un escudo de tres circunferencias concéntricas con escotaduras en V;
debajo, un espejo y un carro de dos ruedas tirado por dos caballos. Se conserva en el Museo Arqueológico de Badajoz.
Ambas estelas (II y IV) pueden fecharse, según Bendala, entre el siglo IX y el VIII, a. de C.
El Viso III
La estela de El Viso III (otros la numeran como II) mide 90 cm. de alto, 78 de ancho, y 40 de grosor. Su parte superior está dañada por las roturas que le produjo el arado del tractor al topar con ella. Se encontró a unos 1.500 m., al este de la estela I. Puede fecharse como más reciente que las otras dos. Se publicó en 1982. Pesenta a tres personajes alineados componiendo una escena.
El personaje central, quizás femenino, parece presentar diadema. A los lados, dos guerreros, con espadas al cinto, corresponden a la iconografía del Valle del Zújar. Hay dos escudos redondos de tres círculos concéntricos, sin escotaduras: uno al lado izquierdo casi sobre el primer guerrero; otro en el lado derecho casi bajo el segundo. Los pies esbozados indican que hacia el personaje de la derecha se dirigen los otros dos. Galán sugiere que se trata de la marcha de una dama principal hacia su boda.
Esa figura de posible dama es intrerpretada por algún autor como la representación de un carro de guerra, interpretación que personalmente, humildemente, descarto.
Esta pieza se conserva en el Museo Arqueológico de Córdoba.
Conclusiones
Las estelas nos dicen que la metalurgia (armas de bronce y joyas de oro) marca el status de los personajes. Esto es así a pesar de que bronce y oro no se asocian en depósitos ni conjuntos cerrados; o sea que conviven en el mismo espacio pero no se mezclan. Las estelas, de esta manera, reflejan la influencia de los pueblos mediterráneos en las concepciones de los indígenas, aproximándolos al pensamiento heroico desarrollado en el Oriente Medio y el Egeo durante la Primera Edad del Hierro, coincidente con el Bronce Final Hispano.
En especial, atendiendo a la última que hemos visto, probamos que las estelas no son siempre monumentos individuales sino que pueden tener representaciones colectivas o de escenas. Aquí se ilustra cómo las estelas pueden ser, en su aparente tosquedad, monumentos complejos, vinculados a grupos sociales indígenas organizados y jerarquizados, donde los intercambios forman parte del juego social.
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