domingo, 20 de diciembre de 2020

Las inscripciones lusitanas

Se trata de siete inscripciones. Vamos a presentarlas siguiendo el orden cronológico de su descubrimiento.

1. ARROYO DE LA LUZ I y II

Se trata de dos inscripciones sobre pizarra (posiblemente formando una estela) encontradas en el siglo XVIII y después perdidas, pero cuyas copias parecen merecer confianza. S.B. Boxoyo las vio y describió en 1793 y la primera edición es de Juan Francisco de Masdeu (Historia de España, XIX, 1800, p. 630). Debieron perderse en el siglo XIX. 

La primera inscripción se encontró en Arroyo de la Luz y dice, según Masdeu,:

Ambatus / scripsi / Carlae PRAISOM / SECIAS ERBA MVITIE / AS ARIMO PRAESO/NDO SINGEIEYO / INI AVA ind VEA / VN ind AEDAGA/ROM TEVCAE COM / ind NVRIM ISS / VDE EC RVRSE[- - -]CO / AMPILVA / ind

“...y la segunda en una dehesa de esta misma villa, donde quedan ruinas de antigua población”; se trata de la dehesa de Sansueña. Dice:

Loemina ind ENV / PETANIM ind AR/IMOM SINTAMO / M ind TEVCOM / SINTAMO

Gómez Moreno (que parece tenía copias de esta inscripción) fundió en un solo texto ambas inscripciones alterando el orden en que Masdeu las había numerado y, aunque es un texto oscuro sobre cuyo contenido no es fácil arriesgar una hipótesis, lo dio como sigue:

AMBATVS SCRIPSI CARLAE PRAISOM SECIAS. ERBA. MVITIE AS. ARIMO. PRAESO NDO. SINGEIETO INI. AVA. INDI. VEA M. INDI. (.)EDAGA ROM. TEVCAECOM INDI. NVRIM. INDI VDE(A)EC(OM?).RVRSEAICO AMPILVA INDI LOEMINA. INDI ENV PETANIM. INDI AR IMOM. SINTAMO M. INDI TEVCOM SINTAMO(M?)

 Después Hübner sustituyó LOEMINA por GOEMINA. Gómez-Moreno, siguiendo a Mommsen, sostenía que es una fijación de límites. Ha habido varias propuestas de lectura y traducción. La conjunción copulativa "indi" se repite al menos sietes veces, quizás nueve. La palabra "Carlae" está referida según unos al nombre del lugar y según otros a una divinidad.

La traducción de Witczak y Wozniak es: «(Yo), Ambatus escribí: En Carula, el pacto de amistad o de reciprocidad por un dignatario (pariente) que debe ser enviado (allí), que sea contraído (jurado) sin participación de abuela y mujeres de hermanos y novias de hijos y dueña de casa ( es decir, esposa del jefe de la familia) y sin (participación de) Rursenco Ampilua y servidumbre, y sin (participación de) Petanim, y (sin) el mayor dignatario, y (sin) el hijo mayor».

Interpretan el texto como un pacto de hospitalidad. Contiene un preámbulo en latín indicando la persona comitente, que sería un autóctono.

Sin embargo, la traducción de Blanca María Prosper es: «Promulgado en Carla: Que se reúnan en la cantidad establecida las porciones/ cosecha que sirven como regalo/ofrenda a Erba; y “ava” (¿?) y “veam” y un ....”edagarom” productivo, un campo noval y uno en uso (¿?) para Rurseaico, Ampilua y Loimina, y una terraza de cultivo (o bien: algo optativo/seleccionado) y la producción convenida y la cantidad convenida...».

Según ésta, el epígrafe de Arroyo de la Luz I-II podría contener la mención de distintas comunidades que participan de una religión pública y colectiva, lo  que exigiría que las inscripciones fueran públicas puesto que estuvieron expuestas para ser leídas y tienen letras claras y de gran tamaño. 

El carácter moderno de algunos trazos así como la introducción latina invitan a pensar que esta inscripción es de fecha posterior a AL III.

2. ARROYO DE LA LUZ III 

Fue descubierta en Arroyo de la Luz, probablemente en la década de los sesenta del siglo XX, por el constructor Marcelo Cruz, que recogió la pieza del vehículo en el que ya estaba cargada junto con otros escombros de una obra realizada en una casa destinados al vertedero.

El soporte es una piedra de pizarra y su borde superior mide 85 cm; el lado izquierdo en su parte más larga, 39 cm y el derecho, igualmente en su parte más larga, 34 cm. El grueso, irregular, oscila entre 7’5 y 8 cm.

Según Almagro Gorbea, que la estudió en el año 2000, dice:

ISACCID·RVETI · 
PVPPID·CARLAE·EN 
ETOM·INDI·NA.[ 
....CE·IOM· 
M ·


Según Blanca María Prósper, dice 

[ - - -] ISAICCID · RVETI 
PUPPID · CARLAE · ENE 
TOM · INDI · NA[ - ]
OM


Hay tres posibles traducciones según Blanca María Prosper:
“De esta manera reza lo que en/para Carla (está) introducido/establecido y no (¿?)...”;
“Por aquí corre lo que corresponde al término de Carla”;
“Aquí limita/ empieza lo que está incluido en Carla”. 

Aunque las ideas dominantes hasta hace poco sobre la cronología de la epigrafía lusitana sitúan a ésta en época imperial, F. Villar cree posible que AL III haya sido escrita en el siglo II aC., con lo que se convierte en el epígrafe más antiguo identificado en lengua lusitana, si bien según Simón Cornago es posterior a esa fecha pero siempre dentro de la época republicana (podría ser del siglo I aC.).

3. LAMAS DE MOLEDO :

Se trata de una inscripción bilingüe en latín y lusitano grabada sobre una roca. 

 La primera noticia sobre este texto apareció en la obra de Botelho Ribeiro Pereira "Diálogos morales sobre a fundación de la ciudad de Viseu", en el año 1630, que es citada por Hübner y de la que señala «cum interpretatione ineptissima». Luego lo recoge Oliveira Berardo en 1857 en su "Memoria sobre algunas inscripciones encontradas en el districto de Viseu", en la que indica que la inscripción era conocida desde hacía unos cincuenta años y que está escrita en letras romanas pero que los nombres son «completamente bárbaros».
           
Se interpreta así:

Rufinus · et / 
Tiro scrip/ 
serunt 
veaminicori / 
doenti / 
amugom / 
lamatigom / 
Crougeai Maga/ 
reaicoi petravioi t/ 
adom porgom Ioveai / 
Caielobricoi 



Imagen real.


Llamativo es el uso de un significativo número de nexos, que no son frecuentes en las otras inscripciones lusitanas y no se documentan en las inscripciones celtibéricas en alfabeto latino del siglo I aC.; por ello pueden ser relevantes para proponer una datación en época imperial.
 
El uso de la o minuta es también significativo desde el punto de vista cronológico ya que solo se hace común en época imperial. 

Estos dos elementos, nexos y o minuta, permiten fijar que la inscripción de Lamas de Moledo no puede ser anterior al siglo I dC. La fecha indicada por Hernando Balmori es el siglo II dC.

4. CABEZO DE LAS FRAGUAS

Situada en el monte de este nombre, del municipio portugués de Sabugal, distrito de Guarda, la inscripción fue revelada por Vasco Rodríguez en 1959.

OILAM. TREBOPALA.
INDI. PORCOM. LAE(/B?)BO.
COMAIAM. ICCONA. LOIM
INNA. OILAM. USSEAM.
TREBARUNE. INDI. TAUROM.
IFADEM.
REVE. tre ?


Una posible traducción es: «[Ofrecemos o sacrificamos] una ovejita a Trebopala y un cerdo a los Lares (?), una yegua (?) a Iccona, la amamantadora; una ovejita de un año (?) a Trebarune y un toro bravo (?) a Reve».

Según J. Mª. Blázquez dice: “Una oveja para Trebopala [protectora de la tribu] y un cerdo para Laebo una crinosa [yegua] para la luminosa Epona, una oveja de un año a Trebaruna y un toro semental... para Reve, Señor”.

No obstante, Antonio Tovar da la siguiente: «Una oveja para Trebopala y un cerdo para Laebo, una comaiam para Iccona Loiminna; una oveja de un año para Trebaruna y un toro semental para Reva».

Este autor cree posible relacionar 'comaiam' con carnero castrado o tal vez mocho, pero no se decide. La explicación de Iccona como forma lusitana de Epona resulta sorprendente pero dice que no hay que descartarla. Sin embargo, cree que "Reva es nombre de diosa, que significa «llanura» y parece inaceptable ver en Reve un dativo masculino", pero hoy se tiene a Reve por divinidad masculina equiparable a Júpiter.

Sin embargo, Cardim Ribeiro, una vez corregida definitivamente LAEBO por LABBO, aporta la siguiente: «(Dámoste) esta oveja, oh Trebopala, y (dámoste) este cerdo, oh Labbo! (Dámoste) esta comaia, oh Iccona Loiminna! (Dámoste) esta oveja ussea, oh Trebarune, y (dámoste) este toro consagrado, oh Reve Tre [...]». 

Cardim la explica indicando que no es una inscripción votiva, pues no expresa la idea de promesa o cumplimiento de un voto. Más bien, traduce una práctica local de determinada prescripción sacrificial y ritual que se centra en la ofrenda (sacrificio) de una serie de animales a una serie de dioses. Se trata de un acto público y de significado colectivo en una sociedad ancestralmente vinculada a tales prácticas y beneficiada por el ritual cumplimento de las mismas. El texto es una liturgia sacrificial porque es una prescripción pensada para más de una vez.


La fecha de la inscripción podría estar de acuerdo con la de Lamas de Moledo (siglo II dC.) aunque Tovar dice que posiblemente habrá que pensar en una fecha más antigua. 

Fue Tovar, precisamente, quien reconoció la importancia de esta inscripción para asentar definitivamente la tesis de que el lusitano no pertenece al grupo lingüístico celta sino al indoeuropeo (o, como mucho, podría tratarse de lengua pre-celta), aunque es difícil una delimitación rigurosa de dos zonas celtibérica y lusitana a causa de la migraciones y de las mezclas. El descubrimiento en el Riyveda del nombre 'viśpalā' da un asombroso paralelo a Trebopala y a Tencopala y confirma las remotas raíces indoeuropeas de la inscripción.

En el Museo de Guarda se conserva un molde de escayola que reproduce la inscripción.

5. ARRONCHES

[- - - - - - - -] XX • OILAM • ERBAM
HARASE • OILA • X • BROENEIAE • H
OILA • X • REVE AHARACVI • T • AV [...]
IEATE • X • BANDI HARACVI AV [....]
5 MVNITIE CARIA CANTIBIDONE •
APINVS • VENDICVS • ERIACAINV[S]
OVOVIANI [?]
ICCINVI • PANDITI • ATTEDIA • M • TR
PVMPI • CANTI • AILATIO


La traducción que da Cardim Ribeiro es: «A [divinidad femenina trifuncional] una oveja y una vaca. A [dios/a desconocido] Harase diez ovejas. A Broeneiae Haracui diez ovejas. A Reve A(uguso?) Haracui se le ofrecerían diez toros consagrados. A Bandi Haracui un auu[…]. A Munitie en Carla Cantibidone, una ? Apino, Vendico y Eriacaino, sacerdotes (…)»

Para Carneiro, dʼEncarnaçâo et alii, tendrá ligeras variantes: «Para [?] veinte [?]. Un cordero de hierba para Harase. Diez corderos para Broineia H(arácula). Diez corderos para Reva Aharácuo. Diez [?] para Banda Harácuo Au(?), para Municia Caria Cantidibone. Los ovejeros Apino, Vendico, Eriacaino. Revelarnos vuestra voluntad por medio de una señal. Grabamos esta oración de júbilo.»

6. VISEU

En la ciudad de Viseu, el mes de enero de 2009 fue encontrada un ara votiva de grandes dimensiones (101 × 43,5 × 34,5 cm). Su inscripción es como sigue:

DEIBABOR
IGO
DEIBOBOR
VISSAIEIGO
BOR
ALBINVS
CHAEREAE
F
V S L M


La traducción más aceptada es: "A las diosas y a los dioses viseigenses (de Viseo, viseiego), Albino, hijo de Chaerea, hizo el voto (o promesa) libremente, como se merecían". Viseiego es un gentilicio de igual raigambre que otros, actuales, usados en Extremadura (matiego, de Mata de Alcántara; hinojaliego, de Hinojal; talavaniego, de Talaván) o Cantabria (pasiego, de Valle del Pas).

Es el documento más antiguo en que aparece el nombre de la ciudad de Viseu. Fue encontrada con motivo del acompañamiento arqueológico de la abertura de una zanja para colocación de tuberías en la Travesía da Misericordia (en la colina de la Catedral). Es hasta ahora la única inscripción lusitana aparecida en un ambiente urbano; además, deshace la teoría de que todas estas inscripciones tienen carácter rupestre. En esta inscripción y en otras podemos ver que los antropónimos son latinos pero los teónimos tienen desinencias lusitanas; este hecho puede explicarse por un mayor conservadurismo de vocabulario religioso

El ara puede ser datada a mediados o en la segunda mitad del siglo I dC.

7.SAN CRISTÓBAL DEL MONTE

Esta inscripción fue publicada por Salinas de Frías el año 2013. Es un bloque realizado en piedra arenisca ligeramente rectangular, que se encuentra empotrado en el muro de la ermita de San Cristóbal del Monte (Topas, Salamanca). Sus dimensiones son 43 cm de alto, con una anchura de entre 15 y 19 cm. Se trata de un epígrafe votivo, mixto, en latín y en lengua lusitana.

El texto es:

(MA) RṬI
INDIE
SEINV
LOLA


La transcripción sería la siguiente: (Ma)rṭi / indi E/sei Nụ(misius?) / lo(cum) l(ibens) a(nimo) (dedit).

Suponiendo un verbo como dedit o sacrauit, o algo semejante, el ara consagraría igualmente el espacio en que se insertaba

En la actualidad, las inscripciones del noroeste hispano que combinan elementos formulares latinos con palabras morfológicamente lusitanas son diecinueve (incluyendo tres más de las que hemos tratado) y abarcan un área más extensa que lo que se considera como territorio lusitano, entre el río Duero y el Tajo, pues llegan hasta la provincia de Lugo. Por tanto, esta inscripción mixta de San Cristóbal del Monte la traemos a modo de ejemplo.


Consideración final



todos los epígrafes escritos en esta lengua son de carácter religioso. Todas las inscripciones muestran elementos internos que se asocian al culto, como la presencia de teónimos y fórmulas votivas, y también pueden ser reconocidas como religiosas por el soporte en el que se inscriben, como los altares, o por su aparición en espacios sagrados.


La mayoría de los epígrafes lusitanos corresponden a dedicatorias votivas, en las que los dedicantes realizan un voto por el que colocan la inscripción, como marcan con el uso de la fórmula latina uotum soluit libens merito, que a veces aparece con pequeñas variaciones. Esta fórmula latina es un elemento poco frecuente en las culturas epigráficas indígenas

Los epígrafes lusitanos que no mencionan dedicatorias son, además de Arroyo de la Luz III, los de Lamas de Moledo, Arronches y Cabeço das Fráguas, que muestran una serie de animales ligados al nombre de varios dioses, lo que ha sido considerado como una ofrenda o sacrificio de éstos en honor a los dioses. La mención de sacrificios animales no se constata en prácticamente ninguna de las otras lenguas indígenas.

En los epígrafes lusitanos hay poca variedad en cuanto a los tipos de epígrafes religiosos: tan sólo se crearon dedicatorias y sacrificios.

En lusitano no hay leyes sacras Tampoco se constatan maldiciones ni delimitaciones sagradas de terrenos frecuentes en otras culturas. n lusitano no se constatan epígrafes de tipo
privado

Los lusitanos parecen corresponder a un tipo de religión colectiva y pública, según
lo que nos indica la epigrafía, pero también podríamos mencionar la gran cantidad de exvotos
anepigráficos que aparecen en fuentes, santuarios y ríos, como indica Richert (2012), que
muestran un tipo de religión más privada. Es posible que en la época anterior a Roma llevaran a
cabo una religión más personal, completamente oral, y que cuando entraron en contacto con estos
comenzaran a mostrar su devoción con epígrafes públicos, adaptados, sin duda, de la cultura
epigráfica y la religión pública romana.

los lusitanos tan sólo escribieron sobre piedra, o al menos no se conservan otros materiales inscritos

otra particularidad que presenta la epigrafía lusitana es la escasa diversidad en el uso de soportes. Aquellos que se pueden catalogar en una tipología concreta se engloban tan solo en dos categorías (Fig.4): epigrafía rupestre, como en Lamas de Moledo, Cabeço das Fráguas, Arronches y Fonte do Ídolho, o altares, de los que se constatan once ejemplares.

el escaso uso de los altares en el resto del Mediterráneo Occidental contrasta con el predominio de este soporte en la lengua lusitana

una de las particularidades de la epigrafía lusitana
es la combinación constante de la lengua local con la latina. Salvo los epígrafes de Cabeço das
Fráguas, Arroyo de la Luz III y Arronches, que muestran textos completamente en lengua lusitana,
el resto mezclan ambas lenguas. En algunas de ellas parte del texto está en lusitano y hay una
introducción en latín, como en Lamas de Moledo y Arroyo de la Luz I, mientras que en otras el
texto está casi por completo en latín, pero hay desinencias flexivas lusitanas en los teónimos. Este
fenómeno no es común en el resto de culturas, donde los epígrafes bilingües y mixtos no son
predominantes en sus corpora, sino algo excepcional, como demuestran los recientes estudios de
Estarán (2016). Según la clasificación de esta investigadora, se dieron distintos tipos de epígrafes
bilingües y mixtos, siendo los segundos los predominantes en el Occidente Mediterráneo.

El sistema de escritura de los epígrafes lusitanos es únicamente latino, sin duda fruto de la conquista romana de la Península Ibérica. No escriben antes de la llegada de los romanos, y por lo tanto, cuando empiezan a escribir lo hacen usando su alfabeto. A diferencia de la mayor parte de culturas aquí tratadas, los lusitanos no crearon su propio sistema de escritura, por lo que no hay inscripciones en otro alfabeto que no sea el latino

os lusitanos son, con los galos, los únicos que no crearon su sistema de escritura, aunque fueron los únicos que tan sólo adoptan un sistema de escritura, el alfabeto latino

La época en la que los lusitanos crean sus epígrafes también difiere de la fecha en la que los crearon el resto de estas culturas. La cronología de las inscripciones ronda los siglos I y II d.C., aunque alguna podría ser de finales del s. I a.C.31 Además de la fecha, el empleo de soportes típicamente romanos, el alfabeto latino, las fórmulas votivas y la presencia de dedicantes de nombres latinizados, marcan que estos epígrafes se crearon cuando la zona estaba plenamente romanizada.

Los teónimos que aparecen en estos epígrafes son todos lusitanos, como Trebopala, Trebaruna, Reve, Crouga o Bandua, a excepción quizá de Iove en Lamas de Moledo que podría ser la divinidad Júpiter

El tipo de dedicante que aparece en las inscripciones lusitanas es semejante al del resto de epígrafes en las lenguas aquí tratadas. De los 22 epígrafes lusitanos, 18 muestran antropónimos, a los que podría sumarse el altar de Freixo de Numão, que lo tuvo, pero está perdido, siendo los nombres de aquellos que realizaron las ofrendas. El resto de epígrafes, en menor número, no presentan antropónimos, como el de Cabeço das Fráguas o el de Arroyomolinos de la Vera.

En el caso de que aparezcan antropónimos, el número de dedicantes de las inscripciones lusitanas suele ser uno, aunque hay algunas que muestran dos o más nombres, como las de Lamas de Moledo o Arronches, e incluso algunos podrían estar dedicados por una comunidad

En las inscripciones lusitanas predominan los dedicantes masculinos, aunque hay cuatro epígrafes realizados por mujeres: Lugo, Mosteiro da Ribeira, Proença-a-Velha y Guiães.

.Sobre el tipo de dedicantes, los lusitanos muestran nombres indígenas, como Ambatus en Arroyo de la Luz I-II o Caburia Caturonia en Idanha-a-Nova, y también romanizados, como el Caius Iulius Hispanus del altar de Liñarán, que presenta los tria nomina. Además, el padre del dedicante de la inscripción de Viseu presenta un nombre de origen griego, que quizá fuese esclavo.

En los epígrafes lusitanos suelen aparecer los nombres de los dedicantes, pero no se refleja ni su origo ni si ostentan cargos públicos.

En ocasiones se ha planteado la posibilidad de que haya sacerdotes/harúspices entre los dedicantes lusitanos en los epígrafes de Lamas de Moledo y Arroyo de la Luz I-II (Marco y Alfayé, 2008; Simón Cornago, e.p.), aunque la presencia de cargos sacerdotales no es común en las inscripciones indígenas.

Pese a que el corpus de inscripciones lusitanas es muy poco numeroso, ya que apenas cuenta con una veintena de epígrafes, sus diferencias con el resto del Occidente Mediterráneo son notorias. Sin duda, como se ha apreciado, la epigrafía lusitana está intrínsecamente ligada a la romanización, tomando de Roma la costumbre de escribir, el alfabeto, la combinación de su lengua con la propia en las inscripciones o el uso de los altares como soportes. La lusitana es la única cultura que dedicó todos sus epígrafes al ámbito religioso, empleando la lengua latina para el resto de inscripciones que llevasen a cabo en la zona. Podríamos plantearnos si, una vez que los lusitanos adoptaron el sistema de escritura y lengua latina, el hecho de que estén usando su forma de declinar o su morfología para los teónimos podría estar marcando un conservadurismo propio de la religión, o quizá un elemento de resistencia, al menos en el ámbito sagrado, donde podrían haber preferido dirigirse a sus dioses en la lengua tradicional (Alfayé y Marco, 2008; Beltrán Lloris 2011).

Recopilando, las inscripciones lusitanas son únicas en la creación monotemática de textos religiosos, en la mención en más de una ocasión de sacrificios y ofrendas animales, en el uso frecuente de la fórmula latina uotum soluit libens merito, en la falta de otro tipo de epígrafes religiosos, como las leges sacrae, las láminas votivas, las maldiciones o las delimitaciones de espacios sagrados. También son las únicas que, unido al punto anterior, no crean epígrafes sacros de tipo privado, sino que serían todos expuestos para ser leídos por quienes pasasen por delante y, en relación al soporte, son las únicas que tan solo crearon epígrafes sobre piedra y con una variedad tipológica extremadamente limitada. Sobre su lengua veíamos que es la única cultura en la que predominan aplastantemente los epígrafes mixtos sobre los que aparecen completamente en lengua indígena, un fenómeno que no se repite en ninguna otra lengua. Además, el uso exclusivo del alfabeto latino es otro punto particular, ya que el resto usan más de un sistema de escritura, a excepción del ibérico, aunque esta lengua se empleó en diferentes signarios indígenas.
Finalmente, y ligándolo con el primer punto, la cronología de la epigrafía lusitana marca una indudable influencia de la romanización en su desarrollo. Es la última en desarrollarse, en torno a la época imperial, mientras que el resto de lenguas aquí estudiadas habrían comenzado antes a ser escritas. En conclusión, si nos basamos en los elementos que comparte o no con el resto de culturas epigráficas aquí analizadas, podemos destacar que la epigrafía lusitana muestra numerosas características que la hacen única.






Siendo el lusitano una lengua diferente del celtibérico, tenemos tres posibilidades de situar el dialecto indoeuropeo del oeste de la Península.
La primera opción sería entenderlo como una supervivencia, con evolución independiente, de ese «proto-europeo», cuya existencia ha supuesto Krahe, en un estado de evolución del indoeuropeo occidental en el que itálico, céltico, germánico, etc., no estaban todavía diferenciados. Esto significaría la existencia en la Península de una rama indoeuropea arcaica, con desarrollo propio quizá durante mil años, hasta su aparición en
nuestras inscripciones.
En segundo lugar podría tratarse de céltico, pero con caracteres arcaicos que no se encuentran en ningún otro dialecto conocido de esta familia. Esta posibilidad se distingue sólo teóricamente de la anterior, porque una lengua céltica que no haya adquirido
algunos de sus rasgos característicos, como la pérdida de p, sería anterior a su definición como tal, lo que lleva al «antiguo europeo» de Krahe.
Finalmente, se trataría de un dialecto indoeuropeo ya diferenciado, distinto del céltico, introducido en Hispania por poblaciones a las que es arriesgado dar un nombre
(porque ha habido demasiadas reconstrucciones fantasiosas de la protohistoria de Europa
97 como para no asumir en esta materia la mayor cautela). Es posible que el antiguo
nombre de los ligures pueda servir para indicar una relación especial de los caracteres
lingüísticos de los documentos lusitanos con las poblaciones de las regiones alpinas, como
pone de manifiesto, por otra parte, la toponimia; U. Schmoll 98 volvió a dar valor al
término de ligur propuesto para el dialecto indoeuropeo del Oeste por Gómez-Moreno
en 1921. Esta hipótesis nos lleva a admitir una posibilidad según la cual los invasores
indoeuropeos de Hispania habrían [-251→252-] tenido lenguas diferentes, lo mismo que ya, a veces, hemos propuesto anteriormente algunos desarrollos que parecen coincidir
con el «ilirio». El progreso de las excavaciones arqueológicas podrá ayudarnos a hacer una elección
entre las soluciones que se nos ofrecen, y a esclarecer el origen de los lusitanos.
Aparte de la mención problemática de los lusitanos en el poema de Avieno 100, no
poseemos realmente datos históricos anteriores al siglo II, y debemos limitarnos a conjeturas
101. De un lado los lusitanos representan un tipo muy primitivo de civilización;
las lanzas de bronce que utilizaban según Estrabón (III 3, 6, p. 154) parecen indicar que
tienen su raíz en esa antigua cultura que algunos arqueólogos llaman «cultura del bronce
atlántico»; pero de otro lado Diodoro (V 34, 5) describe sus venablos en hierro y sus
«cascos y espadas parecidos a los de los celtíberos» 102.
Los elementos célticos innegables que existieron en Lusitania, por ejemplo la
forma tarboum o el nombre de Viriatus, debían estar completamente asimilados por un
pueblo de fuerte personalidad, que luchó contra los Romanos durante medio siglo (contando
desde el primer choque que los detuvo en sus incursiones contra la Bética pacificada),
se hizo aliado principal de Sertorio y atacó repetidas veces a pueblos más ricos y
más civilizados de Andalucía.

Localizado en el centro de la región montañosa situada entre el Duero y el Tajo
aparece entonces un pueblo histórico que habla un dialecto indoeuropeo propio, el lusitano,
con una personalidad distinta de los celtíberos del este de la meseta. Los elementos
indoeuropeos del lusitano parecen más arcaicos y conservadores que los del celtibérico.
Sin embargo, la relación entre los dos elementos principales de la Hispania indoeuropea
104 [-252→253-] puede ser comparable a la que existía entre los galos del valle del
Ródano y los pueblos ligures de los Alpes, de los que Tito Livio dice que eran haud
sane multum lingua moribusque abhorrentes XXI 32, 10); podemos suponer que sus
dialectos eran mutuamente inteligibles, o poco menos. Hacia estos dos polos, el lusitano
y el celtíbero, se orientan los otros pueblos de la Hispania indoeuropea; sabemos que los
Celtici de Andalucía eran parientes lingüísticos de los celtíberos; los gallegos de la Bracarensis
están muy cerca de los Lusitanos; para la atribución de los otros pueblos a uno
u otro grupo nos faltan fundamentos suficientes. Pero si los rasgos del celtibérico no pueden explicarse sin suponer una etapa de desarrollo común con los antecesores de los celtas históricos del continente y de las islas, las características del lusitano se refieren a una oleada independiente, lo que excluye la hipótesis de una única invasión indoeuropea in Hispania,


La región de la que provienen las inscripciones lusitanas se caracteriza por ser ágrafa hasta la conquista romana, como también sucede en el noroeste, zonas en las que las inscripciones más antiguas son epígrafes romanos relacionados con la conquista (bronces de Alcántara y Bembibre), inscripciones en honor al emperador y su familia o relativas a la reorganización del territorio: termini y miliarios. En esta zona no hay una escritura local como en otras regiones hispanas, tal y como sucede en el ámbito ibérico o en la Celtiberia, donde se emplean los signarios paleohispánicos. De hecho, la casi totalidad de textos recuperados en el occidente peninsular están escritos en latín, aunque sean dedicatorias a dioses indígenas o epitafios erigidos para y por individuos con onomástica vernácula. Las únicas excepciones son los escasos epígrafes en lengua lusitana, que están escritos en alfabeto latino e incluso están encabezados, como en Arroyo de la Luz y Lamas de Moledo, por frases latinas. Es posible que los ejemplares más meridionales, Arronches y el nuevo ejemplar de Arroyo de la Luz, que presentan el uso de la P abierta, puedan remontarse al siglo I a. C., pero los epígrafes de Viseu y Lamas de Moledo son claramente de época imperial. Es evidente el casi completo predominio del latín como lengua escrita en esta parte de Hispania, que solo se rompe en unos pocos textos que tienen en común su carácter cultual.




Por prudencia debemos dudar en identificar a los lusitanos del siglo II a.C. con los habitantes de una parte del país cinco siglos antes.








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viernes, 11 de diciembre de 2020

¿Herencia o donación?

Dejar en herencia los bienes o realizar donaciones en vida es el dilema al que muchas personas se enfrentan cuando llegan a cierta edad y disponen de un patrimonio que quieren distribuir entre sus herederos. ¿Cuál de las dos opciones es más ventajosa?

planificar la transmisión del patrimonio, tanto de bienes inmuebles como del importe de cuentas bancarias, puede suponer un notable ahorro de impuestos. La donación en vida es un recurso menos usado por los contribuyentes. Sin embargo, al permitir adelantar la transmisión de patrimonio puede ser una forma útil de esquivar la subida fiscal que está por venir en lugar de esperar a recibir el patrimonio mediante herencia tras el fallecimiento, que se puede producir una vez ya haya entrado en vigor la temida “armonización”.

Las razones que llevan a renunciar a las herencias son las posibles deudas del causante y la carga fiscal del impuesto de sucesiones”. Este impuesto además “varía mucho en función del grado de parentesco y no es paritario en todas las comunidades autónomas”, a lo que hay que sumar la plusvalía municipal. “Esto suele traducirse en una cantidad elevada a la que se tiene que hacer frente, por lo que muchas personas se plantean donar en vida sus bienes para ahorrarse estos impuestos”.

Diferencia entre herencia y donación

Elegir entre herencia o donación tiene sentido en los casos en los que se pretenda adjudicar únicamente ciertas partes del patrimonio, pues la donación tendrá como límite máximo el propio sustento del donante. Una donación consiste en la cesión gratuita y voluntaria de un bien a otra persona, que no deberá pagar por ella más que los impuestos correspondientes. La donación se realiza en vida y surte efecto de forma prácticamente inmediata,

La donación es un acto en el que una persona transfiere la propiedad de un bien a otra persona, mientras que el testamento es un acto por el cual una persona deja por escrito cómo quiere que se repartan sus bienes una vez haya fallecido. La donación se hace efectiva en vida, mientras que en el testamento hay que esperar a que la persona fallezca

Así, un rasgo de este dilema es el tiempo que habrán de esperar los receptores para recibir el patrimonio, porque la herencia solo es posible tras el fallecimiento del testador. La herencia puede ser adecuada para los casos en los que los herederos no tienen prisa; es decir, no se realiza para ayudar a superar una mala situación económica a los hijos. La ventaja económica se produce para el causante, ya que en vida no deberá hacerse cargo de ningún impuesto por la realización de esta transmisión patrimonial, mientras que en una donación sí existen impuestos que se deben abonar al momento.

La donación es el método más adecuado si lo que se pretende es proporcionar de manera inmediata una ayuda económica o un bien inmueble al beneficiario. Es vital estar muy seguro de que el objeto de la donación no se va a necesitar en el futuro, porque lo que se dona, en principio, se pierde, así que se habrá de valorar la posibilidad de continuar viviendo el resto de los días sin lo donado. La donación sólo es reversible en supuestos excepcionales que se detallan en los artículos 647 y 648 del Código Civil (incumplimiento de condiciones, comisión de delito contra el donante, imputación al donante de delito y negación de alimentos).

También es útil la donación si lo que se pretende es beneficiar a unos herederos más que a otros. El principal motivo es que la herencia requiere la firma y el consentimiento de todos, mientras que la donación es libre.

En las donaciones de bienes inmuebles es necesario dejar constancia en escritura pública expresándose en ella individualmente los bienes donados y el valor de las cargas que deba satisfacer el donatario. La donación de cosa mueble podrá hacerse verbalmente o por escrito pero la forma verbal requiere la entrega simultánea de la cosa donada.

En la donación es posible imponer ciertos límites, que podrían desaparecer al cabo de un tiempo o si se cumplen ciertas condiciones. Por ejemplo, muy común es realizar la donación de una vivienda, conservando el usufructo; de esa manera, los padres aseguran la herencia de sus hijos, pero pueden continuar viviendo en su casa hasta su fallecimiento. También es frecuente imponer como condición para recibir un bien inmueble en concepto de donación el cuidado de personas mayores. Otra de las condiciones que se puede imponer consiste en impedir la venta del bien inmueble donado; así, se transfiere la propiedad, con el límite de no poder ponerla a la venta en vida del donante.

El testamento es el documento que establece quiénes son los herederos y qué parte del patrimonio le corresponde a cada uno; el testamento se podrá modificar cuantas veces quiera el testador y solo será válida la última versión. Si no existe testamente se aplicará será la figura jurídica de la herencia legítima, que se refiere a los herederos forzosos (los hijos y descendientes; los padres y ascendientes si no existen los primeros; el cónyuge supérstite).

Puede ocurrir que los destinatarios de una donación sean a la vez los herederos forzosos. En ese caso la donación se considerará parte de la herencia legítima; es como una entrega a cuenta de lo que les corresponderá más adelante. Al realizar una donación no se podrá perjudicar a la legítima del resto de herederos forzosos.

Es posible renunciar a lo heredado o a lo donado. Concretamente, a la herencia podremos renunciar y la donación la podremos no aceptar, aunque es difícil que suceda en el último caso porque lo habitual es que ambas partes se hayan puesto de acuerdo para iniciar el trámite de la donación.

Cuando los herederos no tengan claro si el valor de lo que va a recibir es inferior a las deudas, la mejor opción es aceptar la herencia a beneficio de inventario. De esta forma, responderá a las deudas hasta el límite del valor de lo que haya heredado. También existe el derecho a deliberar, que es la facultad que tiene el heredero para examinar la herencia antes de decidir si la acepta o la rechaza.

Vamos con los impuestos

En las implicaciones fiscales que cada trámite conlleva existen diferentes de una comunidad autónoma a otra, porque son impuestos transferidos a las comunidades autónomas. El Impuesto de Sucesiones y Donaciones afecta tanto a las sucesiones (herencias), como a las donaciones. Debe aplicarse en todos los casos, pero cada comunidad autónoma es libre de imponerle la reducción o bonificación que quiera. Algunos de los factores que determinan esa reducción son la edad del receptor, el valor del bien y la utilidad que se le va a dar.

Si son bienes inmuebles los recibidos por herencia o donación tendremos que hacer frente al Impuesto de Plusvalía, que se refiere al incremento que experimenta nuestro patrimonio como resultado de una de estas operaciones. Al tratarse de un impuesto municipal, su cuantía es también enormemente variable. Además, en este caso entran en juego también el valor del inmueble y la ciudad o, incluso, el barrio en el que se encuentra.

El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) debe tenerse en cuenta la hora de elegir herencia o donación porque en el caso de la primera no se aplica. Una donación es tenida en cuenta en este sentido como una venta, si hablamos de un bien inmueble. Se considera que con la donación se ha podido obtener un beneficio económico o se habrá podido incrementar sensiblemente el patrimonio. El importe a pagar se calcula poniendo en relación el valor del bien en el momento de su compra y el que tiene cuando se produce la donación. Si esta relación es positiva, se aplicará un impuesto que, por tramos, podría llegar a significar el 20 % del valor del bien. Este es, sin duda, un punto que puede resultar un obstáculo para decantarse por la donación en lugar de por la herencia.

En el caso particular de una herencia, existe una ley estatal que fija una reducción del 95 % en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. En particular, este descuento es aplicable solo para cónyuges e hijos. Eso sí, como condición indispensable, debe tratarse de la transmisión de una vivienda habitual, y su valor debe ser de, como máximo, de 122.606 euros.

Conclusión

No se puede establecer de manera general cuál de los trámites es más ventajoso. Elegir entre herencia o donación dependerá de las circunstancias personales.

Las donaciones tienen sus límites: No son un sustitutivo del testamento y pueden, si no se han hecho bien o conforme a ley, terminar revirtiendo en la herencia, aunque son convenientes en caso de querer adjudicar cierta parte del patrimonio, una cantidad de dinero o un inmueble sin perjudicar la legitima de los herederos forzosos y es necesario que el donante hubiese dispuesto que no se adicionase su valor a su herencia.

La herencia de la vivienda habitual suele estar exenta en el 95% de su valor, con un límite de 122.606 euros por heredero. Sin embargo, en el caso de otros bienes inmuebles (garaje, segunda vivienda, el local de su negocio), la donación puede suponer una notable rebaja en el importe a pagar por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, así como en el Impuesto de Patrimonio para aquellas personas que estén sujetas al mismo. Además, la tributación de la donación de un inmueble no es igual en todas las comunidades. Las comunidades más beneficiadas por acogerse a la donación en vida son: Cantabria, Madrid, Murcia, Andalucía, País Vasco, Navarra, Castilla-La Mancha y Canarias.

También es un instrumento conveniente cuando se quiere beneficiar a unos herederos por encima de otros. Hay que tener en cuenta que la donación es irreversible, aunque su valor puede tener entrada en la herencia, mientras que el testamento se puede modificar en cualquier momento. No son conceptos excluyentes. De hecho, una donación en vida puede computar como parte de la legítima herencia, si se desea.

El número de renuncias de herencias ha descendido un 6% en 2020, dato en contra de lo que podría indicar la crisis económica, pero las estadísticas son engañosas y no son valorables, ya que las tramitaciones de herencia se dilatan mucho en el tiempo y habrá que esperar al cierre de 2021 para conocer el dato real.



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martes, 8 de diciembre de 2020

Santa Ana y la Inmaculada Concepción

Un día de la Inmaculada Concepción es fecha oportuna para reparar en una obrita del boloñés Bartolomeo Cesi, que vivió a caballo de los siglos XVI y XVII.

Se trata de un dibujo, a pluma y lápiz con aguada, titulado "Santa Ana y la Inmaculada Concepción". Se conserva en el Museo del Prado pero no está expuesto.

En él se ve a Santa Ana como una anciana arrodillada en el interior de un templo. 
Sobre su cabeza, una aparición celestial le revela que concebirá a María, representada como una niña con vestido vaporoso sobre una media luna. María está flanqueada por unos ángeles que portan los símbolos de su santidad y de su pureza.
 
Al fondo, entre las columnas, están representadas dos escenas de la historia de la concepción de María.

A la izquierda aparece la anunciación a San Joaquín, casado con Santa Ana desde hacía veinte años y sin haber tenido descendencia; el Arcángel Gabriel se le aparece en el desierto, en una cabaña de pastores a la que el anciano se había retirado y le anuncia que su esposa iba a concebir un hijo. 

A la derecha está representado el encuentro de San Joaquín y Santa Ana en la Puerta Dorada, a las afueras de Jerusalén, tras el anuncio del Arcángel al santo y la orden de que se reuniera con ella en la puerta de la ciudad. 


En la parte superior vemos las figuras de Dios Padre y el Espíritu Santo. 

Las tres partes están separadas por líneas de rompimiento de gloria, formadas por cadenas de nubes. 

La escena del Abrazo en la Puerta Dorada podemos verla, usada como motivo central, en una tabla gótica pintada por Gonzalo Díaz en 1505. 


Se conserva en la iglesia de Santa María de Gracia, en Espera (Cádiz). Preside la capilla bautismal y anteriormente estuvo en la ermita del castillo de esta misma localidad.






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viernes, 6 de noviembre de 2020

Viñas en Jerez: paseo por el pago Cantarranas

 Queda el lector invitado a hace un paseo por las viñas de Jerez. Vamos a elegir un pago con nombre particular, el Pago Cantarranas, situado al oeste de la ciudad, entre las dos carreteras que llevan a Sanlúcar, la vieja y la nueva. Elegimos como punto de partida la iglesia de Santiago, por poner un lugar bien localizable tanto por el paseante local como por el foráneo.


Tomamos la calle Taxdirt, también conocida como calle de la Sangre, y subimos hasta la capilla del Calvario, que nos queda a la derecha, y el Parque Zoológico, que nos queda a la izquierda. Seguimos recto y dejamos también a la izquierda el hospital San Juan Grande, para bajar hasta la antigua carretera de circunvalación (hoy avenida Reina Sofía), la cual atravesaremos. Seguimos por la carretera vieja de Sanlúcar y también atravesamos la actual autovía de circunvalación. Una vez que dejamos a la derecha los grandes silos de la cooperativa de San Dionisio vemos cómo a la izquierda sale un camino de tierra, que tomamos; nos sirve de referencia un cartel a su comienzo que anuncia "Bodega Luis Pérez". Hasta aquí hemos podido venir andando o en coche; en este segundo caso dejaremos nuestro vehículo al comienzo del camino, el cual se conoce como Hijuela del Cañón.


Empezamos a andar y nos metemos en una zona llana. Cuando llevamos unos trescientos metros cruzamos el Arroyo de la Loba; éste es lo único que queda del antes amplio canal de Guadabajaque, por donde se quiso hacer en tiempos de Felipe II una obra que comunicara, a través de la marisma de Tabajete, los ríos Guadalete y Guadalquivir para que los barcos que llevaban piedras de la Sierra de San Cristóbal a Sevilla no tuvieran que salir al mar. Vemos a la izquierda de nuestra ruta la laguna de Las Salinillas, que suele estar seca gran parte del año pero siempre presenta dos o tres puntos u ojuelos donde mana una pizca de agua salada y cuando llueve se inunda con rapidez. Detrás de ella hay un cerro que le sirve de respaldo abrupto.


Pronto el camino empieza a ascender suavemente y cuando vamos dejando este cerro a nuestra espalda podemos girar nuestra vista para contemplar, en lo alto de él, el cortijo de Las Salinillas y, al fondo, las primeras líneas de edificaciones de Jerez de la Frontera. Todo este fundo está dedicado a cultivos de secano.


En ese punto del camino vemos a la derecha un arranque de camino que va a diversas viñas que se extienden sobre el Cerro Corchuelo. Seguimos de frente y, a continuación de ese arranque caminero, tenemos la viña y la casa de Rancho de Tetuán; ésta, construida en la línea tradicional de las casas de viña, se encuentra ya arruinada.


Al avanzar un poco tenemos a la derecha otra casa de viña que muestra también una construcción tradicional pero que, por contra, se conserva bien e incluso ha sido ampliada con una planta superior en una parte lateral; esto rompe la línea constructiva que marcan sus tres arcos aunque al menos indica que se trata de una edificación en uso y con perspectiva de ser mantenida en buen estado. Lo que no se mantiene es la viña, la cual ha sido arrancada para dedicar el terreno a cultivos de secano alternantes (trigo, girasol, algodón y quizás remolacha).


La hijuela del Cañón, que traemos desde la carretera vieja de Sanlúcar, llega a su fin cuando alcanza la Hijuela de Rompeserones, que viene de Jerez, de donde ha salido por la barriada Picadueñas. En ese punto de contacto se encuentra, a la izquierda de la hijuela, el Rancho de La Pavera, con casa de dos plantas y sus cipreses de bienvenida, en medio de una finca que fue viña pero que ahora presenta una plantación joven de olivos. Tomamos hacia la derecha para seguir por Rompeserones, aprovechando que la pista está asfaltada y parece una carreterita como la de tantos pueblos de sierra; ahora el caminar es comodísimo y sentimos alivio a pesar de que se trata del tramo con más pendiente en nuestro recorrido.


A la derecha del camino vemos un pozo con su arco de hierro para la garrucha. En tiempos debió de ser un recurso muy útil a la hora de dar de beber a toda la gente que habitaba en estos campos. Hoy ya no, porque casi nadie vive en ellos; el coche nos lleva y trae en minutos a la ciudad, donde hay agua corriente y clorada. Es muy probable que en nuestra marcha más de un conejo salte de entre la maleza de junto al camino y corra hacia su hura o hacia el laberinto del viñedo para esconderse de nuestra vista.


Seguimos el ascenso asfaltado y empezamos a ver arriba a la derecha las instalaciones de Bodega Luis Pérez. A distancia, la imagen nos lleva a pensar cómo serían las villas romanas de hace dos mil años que por estos mismos lares existieron; no serían muy diferentes, con sus cipreses alineados, sus patios centrales y sus columnas de mármol, a modo de enmarque para la actividad agrícola, incluida principalmente la producción de vino, del vino ceretano como el que citaba Columela, orgulloso de sus propios viñedos.


Al poco vemos a la izquierda la entrada, bien arreglada, del olivar La Cotorra. Su nombre no se debe al ave que los piratas solían llevar sobre su hombro y que habla tanto como ella misma. Cotorro y cotorra son términos toponímicos que indican, al igual que cerro, otero o colina, una elevación de altura variable sobre un entorno llano; términos sinónimos son cabezo y cabeza. Ahora que estamos ante un olivar debemos recordar que el olivo fue históricamente un cultivo propio de Jerez y en la Edad Media había más olivares que viñas; fueron las razzias musulmanas, tras la conquista por Alfonso X, lo que acabó con el cultivo olivarero porque quemaban los olivos durante los asedios y después de eso la vid empezó a ocupar el papel preponderante.


Cuando el camino llega a su cota más alta ya estamos frente a la entrada de la finca Vistahermosa. Este nombre propio aparece repetido por la zona, siempre referido a fincas que ocupan una elevación que permite panorámicas amplias. Aquí está la bodega Luis Pérez, de instalación reciente y que encabeza una viña donde se ha arrancado una gran parte de sus cepas palomino para plantar variedades como sirah, merlot, petit verdot y tintilla de Rota, de las que se saca vino de mesa, con marcas que han alcanzado pronto un reconocimiento, como Samaruco y Garum (¿no habíamos hablado de la relación del lugar con las producciones romanas?). Las instalaciones están disponibles para que particulares y empresas puedan usarlas en sus celebraciones; por ejemplo, la dirigente política Inés Arrimadas celebró en ellas su boda.


Una vez llegados aquí el camino cambia, porque termina el asfaltado; se ve que fue echado por la bodega para facilitar las visitas. Ahora caminaremos cuesta abajo pero el suelo es irregular, con surcos hondos y mucha maleza. A cada paso encontramos agujeros superficiales que son las puertas de vivares de conejos. Estamos siguiendo un camino público rural, que es competencia del Ayuntamiento, y ese es el problema, porque la Administración tiene dejados de la mano de Dios estos elementos que son de todos y que serían más aprovechados, y disfrutados, si recibieran atención de sus responsables.


Al poco nos sorprende la imagen, a la izquierda, de una parcela amplia con una instalación de placas solares, protegida por una valla alta con cámaras de seguridad cada ciertos tramos. Conforme descendemos vemos una panorámica sintética de los que son estos espacios campestres hoy día, puesto que confluyen tres tipos de aprovechamiento rural, placas, olivos y viñas, reunidos en la palma de una mano.


Llegamos a un cruce. De frente, según venimos, tenemos la cañada de Cantarranas. A la izquierda tenemos el camino que nos llevaría a la barriada de Polila, la cual se sitúa en la proximidad de la nueva autovía que va de Jerez a Sanlúcar; ese itinerario, que hoy no vamos a seguir, es parte de la misma cañada de Cantarranas. Podríamos decir, por tanto, que aquí acaba la hijuela de Rompeserones. A la derecha ha habido siempre un camino público que completaba la cruz (del cruce) y que ahora no vemos; este camino llevaba a conectar con la hijuela de Añina a través de la vaguada que intermedia en el cerro del Corchuelo y el cerro de La Solana. Parece que ha sido absorbido en el tramo inicial por la finca de al lado, si bien se ha sustituido por un nuevo trazado que rodea a ésta. Nosotros seguiremos de frente y nos metemos en la cañada de Cantarranas.


A la derecha dejamos una finca que se titula Viña de la Salud, pero que ahora está plantada de olivos, a pesar de titularse viña. Tiene un caserío que siempre se conoció como Casa de Cantarranas. Se trata de la finca que ha absorbido el camino antes referido, el cual arranca desde la portada, en donde dos cipreses hacen guardia. Avanzamos por la cañada de Cantarranas y a continuación de la viña (ya olivar) de la Salud está una viña de verdad; vemos que entre el olivar y esta viña baja un esbozo de camino (que constituye el rodeo citado), el cual presenta una cadena para cortar el paso de vehículos desde la cañada.


Enseguida vemos a nuestra derecha un terreno que fue hasta hace poco una viña y presenta en la proximidad del camino un edificio en ruinas. Sólo los árboles que la acompañan mantienen su prestancia. Se trata de una típica casa de viña pero ya abandonada, como su cultivo secular, y camino de ser pronto sólo un montón de escombros; es un patrimonio que desaparece. En el Marco del jerez se han arrancado muchas viñas; cuando España entró en la Comunidad Económica Europea había más de veinte mil hectáreas con viñas sometidas al Consejo Regulador pero el acuerdo de entrada exigía arrancar más de nueve mil y ahora, tras sucesivas restricciones, lo que queda apenas supera las seis mil hectáreas. Cuando se arranca una viña se arranca un estilo de vida. 


A nuestra izquierda tenemos un amplio espacio de bien plantadas viñas, pertenecientes al Pago de Añina, una de las mejores zonas para la producción del jerez superior. Destaca, a una distancia, una construcción grande entre algunos árboles. Se trata de la Viña Las Conchas; allí hay una nave de molturación, detrás del caserío. Esa explotación pertenecía junto con todas las viñas de alrededor que vemos a la empresa bodeguera Williams and Humbert, pero hace unos años el viñedo fue vendido, por partes, a particulares y la empresa sólo se reservó la edificación, donde recibe la uva de estas mismas viñas para convertirlas en mosto. Esa marca comercial hoy pertenece a Bodegas Internacionales.


Poco más adelante, y pegada al borde derecho de nuestro camino, encontramos una casita nueva de autoconstrucción, con estilo indefinido pero cuidada y además presumiendo de tener como adorno, entre sus árboles, uno que florece en otoño. Sus propietarios la usan y disfrutan asiduamente todo el año, de manera que marca un claro contraste con la casa que vimos anteriormente, de estilo tradicional pero arruinada por abandono.


Esta casita está provista de un pozo, no sabemos si antiguo o de construcción reciente, que, aparte de su garrucha, está coronado por un brocal hecho con la parte superior de una tinaja grande de barro, de las que se usaban antes para almacenar el vino, y que tan frecuentes son aún hoy en las bodegas manchegas; el reciclaje siempre es imaginativo. Suponemos que en las bodegas jerezanas estas tinajas tampoco deberían ser extrañas antes de que se generalizara el uso de botas por la implantación del sistema de soleras y criaderas.


A continuación nos encontramos con la casa de la viña Solana Chica, con pozo tradicional y huertecillo para completar el menú casero, sin que falten las higueras. Unos juegos infantiles en el patio nos indican que es una viña muy disfrutada por sus propietarios. Ello no impide que cinco o seis perdices en bando levanten el vuelo delante de nuestras narices y pasen a la otra parte del camino; no son las primeras que vemos en nuestro paseo de hoy ni tampoco van a ser las últimas.


Unos pasos más adelante, y siempre a nuestra derecha, pasamos junto a la casa de la viña La Solana. Alguien puede pensar que debe haber un error en la nomenclatura de estas dos últimas fincas puesto que están situadas en la falda de un cerro que mira hacia poniente, por donde se pone el sol. Ciertamente se llama solana el lado de un monte que mira al punto por donde el sol sale todas las mañanas y el lado contrario se llama umbría; sin embargo, resulta que el nombre propio que estamos cuestionando se debe simplemente a que estas viñas están enclavadas en el Cerro de la Solana, el cual constituye, junto con el Cerro Corchuelo, el núcleo del Pago Cantarranas, que con nuestro itinerario estamos rodeando. 


Al poco, nuestro camino nos lleva a un punto en que se nos permite divisar una amplia panorámica. Venimos dejando a nuestra izquierda un anchuroso espacio del ya citado Pago de Añina. En él hemos destacado el caserío de la viña La Conchas, en la parte alta, y ahora citaremos también una mancha cerrada de árboles a su derecha y a la misma altura, mancha que oculta una de las casas de viñas más cuidadas en el Marco, la conocida como Rancho del Paraíso. Pues bien, en este punto, a nuestro frente se nos abre a lo lejos el Pago de Macharnudo, otro pago del jerez superior que también se destaca por sus tierras albarizas. En la línea de horizonte podemos destacar, de izquierda a derecha, los árboles del Castillo de Macharnudo y luego los del Cerro Haurie que rodean a un monumento al Corazón de Jesús en la cota más alta de la zona de producción del Jerez-Xerez-Sherry. Más a la derecha vemos la torre de Cerro Nuevo, que es la casa-viña del poeta José María Pemán atribuida al arquitecto francés Garnier, y, luego, las naves blancas de Cerro Viejo, pertenecientes a Bodegas Sandeman. Vamos a aclarar mentalmente la división de los espacios: de una parte, el pago de Cantarranas está separado del pago de Añina por la cañada de Cantarranas; de otra parte, el pago de Añina y el pago de Cantarranas están separados del pago de Macharnudo por la carretera vieja de Sanlúcar. 


Sin dejar de observar ese horizonte amplio hemos llegado a la altura de una portada que, con dos machones elegantes y robustos, abre a nuestra izquierda paso para un carril recto que sube a lo alto y lleva a la Casa del Caribe. Fijándonos en el nombre de este viñedo y casa nos viene a la memoria la viña y casa de La Panameña; estos nombres, y otros, ¿no serán reminiscencias de asentamientos de indianos por aquí? Hace casi cuatro siglos hubo en Jerez un personaje, llamado Francisco Ponce de León, que tenía su palacio en la Cruz Vieja y le apodaban "El Caribe", quizás por una estancia en tal mar. Dejando ello a un lado, reparamos en que por delante de los machones de la entrada han colocado una puerta de barrotes metálicos que corta el acceso previo, de manera que desde nuestro sendero es imposible acceder a la Hijuela de Añina que aquí conecta con la Cañada de Cantarranas (otra agresión más al dominio público). No menor asunto es que la citada cañada que traemos se ha convertido en un sendero de pocos metros de ancho, lejos de las dimensiones que la ley le adjudica a las vías pecuarias con categoría de cañadas, que son los setenta y cinco metros. Entre las fincas de un lado y las del otro se la han ido comiendo y comiendo. Las vías pecuarias no son competencia de los ayuntamientos sino de las Comunidades Autónomas. ¿A qué espera la Junta de Andalucía para empezar a recuperar tanto dominio público usurpado? Recordemos que es su deber y que el demanio no prescribe.


Avanzamos y llegamos hasta una bifurcación. Si tomáramos la senda de la izquierda estaríamos continuando por la cañada de Cantarranas y, tras recorrer unos setecientos metros, llegaríamos a la carretera vieja de Sanlúcar. Sin embargo, nosotros en esta ocasión vamos a coger el ramal de la derecha, que es la Hijuela de Añina, la misma que ha venido superpuesta a la cañada de Cantarranas desde la entrada del Caribe.


La senda dirige nuestros pasos mirando ya hacia la ciudad de Jerez. A ambos lados hay hileras de chumberas con signos más que evidentes de que están condenadas por la plaga de la cochinilla del carmín (dactylopius opuntiae). Este insecto está terminando con una especie vegetal que, aunque procedente de América, se ha convertido en un elemento representativo del paisaje de muchas zonas de España, y en especial de Andalucía, y produce los higos chumbos que en tiempos pasados han quitado hambres, sin desmerecer su función como señalizadora de lindes y como alimento del ganado. Es una paradoja que la misma cochinilla que en tiempos fue considerada oro rojo, por su poder colorante, ahora sea la mayor enemiga del cultivo con que se la alimentaba; se puede combatir con un insecto depredador específico llamado Cryptolaemus montrouzieri pero lo que es absurdo es que a fecha de hoy la chumbera siga siendo considerada oficialmente especie invasora y por ello no se combata su plaga. Bien, tras recorrer unos cuantos metros, a la derecha arranca un camino que remonta una cuesta y es el mismo que, por el otro lado, llega hasta la casa de Cantarranas en la Viña de la Salud.


Algo más adelante tenemos la Casa de La Tonelera, situada en un altozano y que presenta una doble hilera de palmeras bordeando la pista que a ella lleva desde la entrada mientras dibuja un elegante ascenso en curva. Junto a esa misma entrada hay un pozo tradicional que completa la imagen.


Al llegar a la puerta de entrada a dicha finca tenemos dos posibilidades. Una es tomar un ramal que parte a la izquierda y va recto hasta la carretera vieja de Sanlúcar; por él tendremos al frente la vista de la Viña de La Constancia


La otra posibilidad es marchar recto, tal como venimos, con lo cual estaremos siguiendo el trazado de la hijuela de Añina; esta es la decisión que tomamos, aunque supone que durante unos doscientos metros tendremos que andar sobre suelo labrado porque, otra vez, el propietario de una finca limítrofe invade camino público para obtener algo de superficie donde sembrar cinco o seis granos de trigo más. Pasada la fachada de esta parcela invasora (ésta sí es invasora) se hace perceptible de nuevo el camino.


Ahora estamos caminando junto a la Viña La Cartera, propiedad de Bodegas Estévez. Ya nos habremos dado cuenta de que en la zona abundan las viñas con nombres referidos a alguna cualidad de mujer. En principio, el edificio que dejamos a la derecha, cerca de la entrada, es una nave de labor pero la casa de la viña desde aquí no se ve porque está más atrás y más arriba, casi coronando el cerro Corchuelo; a ella se llega también por el camino que, habíamos dicho, arrancaba antes del Rancho de Tetuán.


El camino empieza a converger con la carretera vieja de Sanlúcar y al poco desemboca en ella, con lo cual volvemos al asfalto. Ahora caminaremos por el lado izquierdo, con cuidado y atención al tráfico, en el último tramo de nuestra ruta. A la derecha dejamos la Venta El Paseo, llamada antes Venta Luisa, y pasamos junto a unas construcciones destinadas a segunda vivienda y levantadas, suponemos que ilegalmente, en terrenos de vía pecuaria. En unos minutos llegamos al inicio de la hijuela del Cañón, donde habíamos dejado el coche, si habíamos venido en él, con lo que habremos cerrado un itinerario circular de poco más de seis kilómetros y medio; si no habíamos traído coche seguiremos andando hasta entrar en Jerez por donde habíamos salido.
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martes, 3 de noviembre de 2020

Una leona ibérica en La Rambla

La Campiña Sur cordobesa ha ofrecido una nueva pieza de estudio arqueológico, una leona de piedra, presumiblemente de la época íbera, que ha sido hallada en un olivar de La Rambla.


Fue un agricultor quien, cuando trabajaba en sus tierras, descubrió esta pieza que se encuentra en perfecto estado de conservación. Se trata de una leona de grandes dimensiones en el momento en el que se dispone a devorar a un óvido con el fin de alimentarse. El olivar en el que fue hallada se encuentra en término municipal de La Rambla, muy cerca del de San Sebastián de los Ballesteros.


Tras ser avisados, agentes del Seprona se desplazaron hasta el lugar del hallazgo y trasladaron la pieza a Córdoba, donde se hizo cargo la Consejería de Cultura.

"¡Pero esto qué es!" Estas fueron las primeras palabras de Gonzalo Crespo, agricultor de San Sebastián de los Ballesteros y descubridor de la pieza arqueológica. "De primeras creía que era una piedra", recuerda sorprendido. La encontró mientras realizaba un surco para retener el agua y era la primera vez que realizaba esta labor en el olivar familiar, ya que no es habitual en este tipo de terreno. "Ha sido suerte, porque se hizo solo una zanja" de apenas 10 centímetros de anchura y el hallazgo se produjo a tan solo 50 o 60 centímetros de profundidad. Acto seguido al descubrimiento, llamó a Guardia Civil y miembros del Seprona se presentaron junto a otros técnicos de la Delegación de Cultura de la Junta. "Todos se mostraron muy sorprendidos ante el buen estado que tiene", afirma Gonzalo Crespo, que se muestra orgulloso de poder contribuir de alguna manera a descubrir un poco más de la historia de la zona.

El descubrimiento de la leona íbera sigue sacudiendo las redes sociales. Una de las últimas aportaciones más llamativas ha sido la de Arkeotexturas, empresa cordobesa de servicios arqueológicos. En su perfil de Facebook, Arkeotexturas esboza una «hipótesis», que «deberá confirmarse por los estudios que se van a hacer sobre la pieza», sobre el papel que pudo jugar la leona íbera. Su responsable, el arqueólogo Rafael Valera, asegura que «entre las posibles estructuras que estarían decoradas con esta pieza escultórica, me he decantado por los pilares estela de influencia griega, por ser uno de los modelos más extendidos y con una singularidad-monumentalidad menor. En arqueología virtual, lo ideal es optar por las soluciones más sencillas».


El modelo que ha creado «se basa en los monumentos localizados en el Levante y Sureste peninsular; de este modo la escultura hallada sería un tótem protector la persona a la que dedicaría el monumento, príncipe, jefe o guerrero». «El relieve que decora el cuerpo principal lo he tomado del pilar estela de los jinetes, procedente de Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla, Murcia), y sería la representación de esa persona a la que se dedicaría el monumento», explica Valera en el perfil de Facebook de Arkeotexturas.


Al fondo, explica, ha querido «representar otro elemento de la cultura ibérica que se documentó en esta zona». «Se trata del edificio de culto de El Convento o Cerro del Sastre, entre Montemayor y La Rambla, excavado por Carmen Gómez Lara. Este edificio conservado, aunque sin uso patrimonial en la actualidad, es también un ejemplo excepcional de la cultura prerromana en el sur de la provincia de Córdoba», asegura Valera.


Ante las diferentes teorías que van surgiendo sobre la función que tuvo la leona íbera de La Rambla, Alejandro Ibáñez, arqueólogo provincial de la Junta, ha asegurado que «no tengo ninguna hipótesis sobre el uso que pudo tener. El mundo ibérico es el gran desconocido. De él, por ejemplo, no conocemos su escritura». Ibáñez sostiene que este tipo de esculturas pueden ser «monumentos funerarios, hitos territoriales, etcétera. Pudo ser cualquier cosa. Ahora mismo, no lo sabemos. Son todo hipótesis, porque el mundo ibérico es el gran desconocido». Y ha recordado que se hará un estudio de los suelos donde se halló la leona de La Rambla, de forma que «reconoceremos el terreno para ver si hay alguna estructura por debajo».


Recordó que en Córdoba han aparecido a lo largo del tiempo «veintiséis ó veingisietge leones ibéricos de este tipo». «La Campiña cordobesa es muy rica en este tipo de piezas. Están repartidas por los Museos de Córdoba, Santaella, Nueva Carteya o Arqueológico Nacional», ha apuntado.


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