martes, 8 de diciembre de 2020

Santa Ana y la Inmaculada Concepción

Un día de la Inmaculada Concepción es fecha oportuna para reparar en una obrita del boloñés Bartolomeo Cesi, que vivió a caballo de los siglos XVI y XVII.

Se trata de un dibujo, a pluma y lápiz con aguada, titulado "Santa Ana y la Inmaculada Concepción". Se conserva en el Museo del Prado pero no está expuesto.

En él se ve a Santa Ana como una anciana arrodillada en el interior de un templo. 
Sobre su cabeza, una aparición celestial le revela que concebirá a María, representada como una niña con vestido vaporoso sobre una media luna. María está flanqueada por unos ángeles que portan los símbolos de su santidad y de su pureza.
 
Al fondo, entre las columnas, están representadas dos escenas de la historia de la concepción de María.

A la izquierda aparece la anunciación a San Joaquín, casado con Santa Ana desde hacía veinte años y sin haber tenido descendencia; el Arcángel Gabriel se le aparece en el desierto, en una cabaña de pastores a la que el anciano se había retirado y le anuncia que su esposa iba a concebir un hijo. 

A la derecha está representado el encuentro de San Joaquín y Santa Ana en la Puerta Dorada, a las afueras de Jerusalén, tras el anuncio del Arcángel al santo y la orden de que se reuniera con ella en la puerta de la ciudad. 


En la parte superior vemos las figuras de Dios Padre y el Espíritu Santo. 

Las tres partes están separadas por líneas de rompimiento de gloria, formadas por cadenas de nubes. 

La escena del Abrazo en la Puerta Dorada podemos verla, usada como motivo central, en una tabla gótica pintada por Gonzalo Díaz en 1505. 


Se conserva en la iglesia de Santa María de Gracia, en Espera (Cádiz). Preside la capilla bautismal y anteriormente estuvo en la ermita del castillo de esta misma localidad.






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