domingo, 20 de diciembre de 2020

Las inscripciones lusitanas

Se trata de siete inscripciones. Vamos a presentarlas siguiendo el orden cronológico de su descubrimiento.

1. ARROYO DE LA LUZ I y II

Se trata de dos inscripciones sobre pizarra (posiblemente formando una estela) encontradas en el siglo XVIII y después perdidas, pero cuyas copias parecen merecer confianza. S.B. Boxoyo las vio y describió en 1793 y la primera edición es de Juan Francisco de Masdeu (Historia de España, XIX, 1800, p. 630). Debieron perderse en el siglo XIX. 

La primera inscripción se encontró en Arroyo de la Luz y dice, según Masdeu,:

Ambatus / scripsi / Carlae PRAISOM / SECIAS ERBA MVITIE / AS ARIMO PRAESO/NDO SINGEIEYO / INI AVA ind VEA / VN ind AEDAGA/ROM TEVCAE COM / ind NVRIM ISS / VDE EC RVRSE[- - -]CO / AMPILVA / ind

“...y la segunda en una dehesa de esta misma villa, donde quedan ruinas de antigua población”; se trata de la dehesa de Sansueña. Dice:

Loemina ind ENV / PETANIM ind AR/IMOM SINTAMO / M ind TEVCOM / SINTAMO

Gómez Moreno (que parece tenía copias de esta inscripción) fundió en un solo texto ambas inscripciones alterando el orden en que Masdeu las había numerado y, aunque es un texto oscuro sobre cuyo contenido no es fácil arriesgar una hipótesis, lo dio como sigue:

AMBATVS SCRIPSI CARLAE PRAISOM SECIAS. ERBA. MVITIE AS. ARIMO. PRAESO NDO. SINGEIETO INI. AVA. INDI. VEA M. INDI. (.)EDAGA ROM. TEVCAECOM INDI. NVRIM. INDI VDE(A)EC(OM?).RVRSEAICO AMPILVA INDI LOEMINA. INDI ENV PETANIM. INDI AR IMOM. SINTAMO M. INDI TEVCOM SINTAMO(M?)

 Después Hübner sustituyó LOEMINA por GOEMINA. Gómez-Moreno, siguiendo a Mommsen, sostenía que es una fijación de límites. Ha habido varias propuestas de lectura y traducción. La conjunción copulativa "indi" se repite al menos sietes veces, quizás nueve. La palabra "Carlae" está referida según unos al nombre del lugar y según otros a una divinidad.

La traducción de Witczak y Wozniak es: «(Yo), Ambatus escribí: En Carula, el pacto de amistad o de reciprocidad por un dignatario (pariente) que debe ser enviado (allí), que sea contraído (jurado) sin participación de abuela y mujeres de hermanos y novias de hijos y dueña de casa ( es decir, esposa del jefe de la familia) y sin (participación de) Rursenco Ampilua y servidumbre, y sin (participación de) Petanim, y (sin) el mayor dignatario, y (sin) el hijo mayor».

Interpretan el texto como un pacto de hospitalidad. Contiene un preámbulo en latín indicando la persona comitente, que sería un autóctono.

Sin embargo, la traducción de Blanca María Prosper es: «Promulgado en Carla: Que se reúnan en la cantidad establecida las porciones/ cosecha que sirven como regalo/ofrenda a Erba; y “ava” (¿?) y “veam” y un ....”edagarom” productivo, un campo noval y uno en uso (¿?) para Rurseaico, Ampilua y Loimina, y una terraza de cultivo (o bien: algo optativo/seleccionado) y la producción convenida y la cantidad convenida...».

Según ésta, el epígrafe de Arroyo de la Luz I-II podría contener la mención de distintas comunidades que participan de una religión pública y colectiva, lo  que exigiría que las inscripciones fueran públicas puesto que estuvieron expuestas para ser leídas y tienen letras claras y de gran tamaño. 

El carácter moderno de algunos trazos así como la introducción latina invitan a pensar que esta inscripción es de fecha posterior a AL III.

2. ARROYO DE LA LUZ III 

Fue descubierta en Arroyo de la Luz, probablemente en la década de los sesenta del siglo XX, por el constructor Marcelo Cruz, que recogió la pieza del vehículo en el que ya estaba cargada junto con otros escombros de una obra realizada en una casa destinados al vertedero.

El soporte es una piedra de pizarra y su borde superior mide 85 cm; el lado izquierdo en su parte más larga, 39 cm y el derecho, igualmente en su parte más larga, 34 cm. El grueso, irregular, oscila entre 7’5 y 8 cm.

Según Almagro Gorbea, que la estudió en el año 2000, dice:

ISACCID·RVETI · 
PVPPID·CARLAE·EN 
ETOM·INDI·NA.[ 
....CE·IOM· 
M ·


Según Blanca María Prósper, dice 

[ - - -] ISAICCID · RVETI 
PUPPID · CARLAE · ENE 
TOM · INDI · NA[ - ]
OM


Hay tres posibles traducciones según Blanca María Prosper:
“De esta manera reza lo que en/para Carla (está) introducido/establecido y no (¿?)...”;
“Por aquí corre lo que corresponde al término de Carla”;
“Aquí limita/ empieza lo que está incluido en Carla”. 

Aunque las ideas dominantes hasta hace poco sobre la cronología de la epigrafía lusitana sitúan a ésta en época imperial, F. Villar cree posible que AL III haya sido escrita en el siglo II aC., con lo que se convierte en el epígrafe más antiguo identificado en lengua lusitana, si bien según Simón Cornago es posterior a esa fecha pero siempre dentro de la época republicana (podría ser del siglo I aC.).

3. LAMAS DE MOLEDO :

Se trata de una inscripción bilingüe en latín y lusitano grabada sobre una roca. 

 La primera noticia sobre este texto apareció en la obra de Botelho Ribeiro Pereira "Diálogos morales sobre a fundación de la ciudad de Viseu", en el año 1630, que es citada por Hübner y de la que señala «cum interpretatione ineptissima». Luego lo recoge Oliveira Berardo en 1857 en su "Memoria sobre algunas inscripciones encontradas en el districto de Viseu", en la que indica que la inscripción era conocida desde hacía unos cincuenta años y que está escrita en letras romanas pero que los nombres son «completamente bárbaros».
           
Se interpreta así:

Rufinus · et / 
Tiro scrip/ 
serunt 
veaminicori / 
doenti / 
amugom / 
lamatigom / 
Crougeai Maga/ 
reaicoi petravioi t/ 
adom porgom Ioveai / 
Caielobricoi 



Imagen real.


Llamativo es el uso de un significativo número de nexos, que no son frecuentes en las otras inscripciones lusitanas y no se documentan en las inscripciones celtibéricas en alfabeto latino del siglo I aC.; por ello pueden ser relevantes para proponer una datación en época imperial.
 
El uso de la o minuta es también significativo desde el punto de vista cronológico ya que solo se hace común en época imperial. 

Estos dos elementos, nexos y o minuta, permiten fijar que la inscripción de Lamas de Moledo no puede ser anterior al siglo I dC. La fecha indicada por Hernando Balmori es el siglo II dC.

4. CABEZO DE LAS FRAGUAS

Situada en el monte de este nombre, del municipio portugués de Sabugal, distrito de Guarda, la inscripción fue revelada por Vasco Rodríguez en 1959.

OILAM. TREBOPALA.
INDI. PORCOM. LAE(/B?)BO.
COMAIAM. ICCONA. LOIM
INNA. OILAM. USSEAM.
TREBARUNE. INDI. TAUROM.
IFADEM.
REVE. tre ?


Una posible traducción es: «[Ofrecemos o sacrificamos] una ovejita a Trebopala y un cerdo a los Lares (?), una yegua (?) a Iccona, la amamantadora; una ovejita de un año (?) a Trebarune y un toro bravo (?) a Reve».

Según J. Mª. Blázquez dice: “Una oveja para Trebopala [protectora de la tribu] y un cerdo para Laebo una crinosa [yegua] para la luminosa Epona, una oveja de un año a Trebaruna y un toro semental... para Reve, Señor”.

No obstante, Antonio Tovar da la siguiente: «Una oveja para Trebopala y un cerdo para Laebo, una comaiam para Iccona Loiminna; una oveja de un año para Trebaruna y un toro semental para Reva».

Este autor cree posible relacionar 'comaiam' con carnero castrado o tal vez mocho, pero no se decide. La explicación de Iccona como forma lusitana de Epona resulta sorprendente pero dice que no hay que descartarla. Sin embargo, cree que "Reva es nombre de diosa, que significa «llanura» y parece inaceptable ver en Reve un dativo masculino", pero hoy se tiene a Reve por divinidad masculina equiparable a Júpiter.

Sin embargo, Cardim Ribeiro, una vez corregida definitivamente LAEBO por LABBO, aporta la siguiente: «(Dámoste) esta oveja, oh Trebopala, y (dámoste) este cerdo, oh Labbo! (Dámoste) esta comaia, oh Iccona Loiminna! (Dámoste) esta oveja ussea, oh Trebarune, y (dámoste) este toro consagrado, oh Reve Tre [...]». 

Cardim la explica indicando que no es una inscripción votiva, pues no expresa la idea de promesa o cumplimiento de un voto. Más bien, traduce una práctica local de determinada prescripción sacrificial y ritual que se centra en la ofrenda (sacrificio) de una serie de animales a una serie de dioses. Se trata de un acto público y de significado colectivo en una sociedad ancestralmente vinculada a tales prácticas y beneficiada por el ritual cumplimento de las mismas. El texto es una liturgia sacrificial porque es una prescripción pensada para más de una vez.


La fecha de la inscripción podría estar de acuerdo con la de Lamas de Moledo (siglo II dC.) aunque Tovar dice que posiblemente habrá que pensar en una fecha más antigua. 

Fue Tovar, precisamente, quien reconoció la importancia de esta inscripción para asentar definitivamente la tesis de que el lusitano no pertenece al grupo lingüístico celta sino al indoeuropeo (o, como mucho, podría tratarse de lengua pre-celta), aunque es difícil una delimitación rigurosa de dos zonas celtibérica y lusitana a causa de la migraciones y de las mezclas. El descubrimiento en el Riyveda del nombre 'viśpalā' da un asombroso paralelo a Trebopala y a Tencopala y confirma las remotas raíces indoeuropeas de la inscripción.

En el Museo de Guarda se conserva un molde de escayola que reproduce la inscripción.

5. ARRONCHES

[- - - - - - - -] XX • OILAM • ERBAM
HARASE • OILA • X • BROENEIAE • H
OILA • X • REVE AHARACVI • T • AV [...]
IEATE • X • BANDI HARACVI AV [....]
5 MVNITIE CARIA CANTIBIDONE •
APINVS • VENDICVS • ERIACAINV[S]
OVOVIANI [?]
ICCINVI • PANDITI • ATTEDIA • M • TR
PVMPI • CANTI • AILATIO


La traducción que da Cardim Ribeiro es: «A [divinidad femenina trifuncional] una oveja y una vaca. A [dios/a desconocido] Harase diez ovejas. A Broeneiae Haracui diez ovejas. A Reve A(uguso?) Haracui se le ofrecerían diez toros consagrados. A Bandi Haracui un auu[…]. A Munitie en Carla Cantibidone, una ? Apino, Vendico y Eriacaino, sacerdotes (…)»

Para Carneiro, dʼEncarnaçâo et alii, tendrá ligeras variantes: «Para [?] veinte [?]. Un cordero de hierba para Harase. Diez corderos para Broineia H(arácula). Diez corderos para Reva Aharácuo. Diez [?] para Banda Harácuo Au(?), para Municia Caria Cantidibone. Los ovejeros Apino, Vendico, Eriacaino. Revelarnos vuestra voluntad por medio de una señal. Grabamos esta oración de júbilo.»

6. VISEU

En la ciudad de Viseu, el mes de enero de 2009 fue encontrada un ara votiva de grandes dimensiones (101 × 43,5 × 34,5 cm). Su inscripción es como sigue:

DEIBABOR
IGO
DEIBOBOR
VISSAIEIGO
BOR
ALBINVS
CHAEREAE
F
V S L M


La traducción más aceptada es: "A las diosas y a los dioses viseigenses (de Viseo, viseiego), Albino, hijo de Chaerea, hizo el voto (o promesa) libremente, como se merecían". Viseiego es un gentilicio de igual raigambre que otros, actuales, usados en Extremadura (matiego, de Mata de Alcántara; hinojaliego, de Hinojal; talavaniego, de Talaván) o Cantabria (pasiego, de Valle del Pas).

Es el documento más antiguo en que aparece el nombre de la ciudad de Viseu. Fue encontrada con motivo del acompañamiento arqueológico de la abertura de una zanja para colocación de tuberías en la Travesía da Misericordia (en la colina de la Catedral). Es hasta ahora la única inscripción lusitana aparecida en un ambiente urbano; además, deshace la teoría de que todas estas inscripciones tienen carácter rupestre. En esta inscripción y en otras podemos ver que los antropónimos son latinos pero los teónimos tienen desinencias lusitanas; este hecho puede explicarse por un mayor conservadurismo de vocabulario religioso

El ara puede ser datada a mediados o en la segunda mitad del siglo I dC.

7.SAN CRISTÓBAL DEL MONTE

Esta inscripción fue publicada por Salinas de Frías el año 2013. Es un bloque realizado en piedra arenisca ligeramente rectangular, que se encuentra empotrado en el muro de la ermita de San Cristóbal del Monte (Topas, Salamanca). Sus dimensiones son 43 cm de alto, con una anchura de entre 15 y 19 cm. Se trata de un epígrafe votivo, mixto, en latín y en lengua lusitana.

El texto es:

(MA) RṬI
INDIE
SEINV
LOLA


La transcripción sería la siguiente: (Ma)rṭi / indi E/sei Nụ(misius?) / lo(cum) l(ibens) a(nimo) (dedit).

Suponiendo un verbo como dedit o sacrauit, o algo semejante, el ara consagraría igualmente el espacio en que se insertaba

En la actualidad, las inscripciones del noroeste hispano que combinan elementos formulares latinos con palabras morfológicamente lusitanas son diecinueve (incluyendo tres más de las que hemos tratado) y abarcan un área más extensa que lo que se considera como territorio lusitano, entre el río Duero y el Tajo, pues llegan hasta la provincia de Lugo. Por tanto, esta inscripción mixta de San Cristóbal del Monte la traemos a modo de ejemplo.


Consideración final



todos los epígrafes escritos en esta lengua son de carácter religioso. Todas las inscripciones muestran elementos internos que se asocian al culto, como la presencia de teónimos y fórmulas votivas, y también pueden ser reconocidas como religiosas por el soporte en el que se inscriben, como los altares, o por su aparición en espacios sagrados.


La mayoría de los epígrafes lusitanos corresponden a dedicatorias votivas, en las que los dedicantes realizan un voto por el que colocan la inscripción, como marcan con el uso de la fórmula latina uotum soluit libens merito, que a veces aparece con pequeñas variaciones. Esta fórmula latina es un elemento poco frecuente en las culturas epigráficas indígenas

Los epígrafes lusitanos que no mencionan dedicatorias son, además de Arroyo de la Luz III, los de Lamas de Moledo, Arronches y Cabeço das Fráguas, que muestran una serie de animales ligados al nombre de varios dioses, lo que ha sido considerado como una ofrenda o sacrificio de éstos en honor a los dioses. La mención de sacrificios animales no se constata en prácticamente ninguna de las otras lenguas indígenas.

En los epígrafes lusitanos hay poca variedad en cuanto a los tipos de epígrafes religiosos: tan sólo se crearon dedicatorias y sacrificios.

En lusitano no hay leyes sacras Tampoco se constatan maldiciones ni delimitaciones sagradas de terrenos frecuentes en otras culturas. n lusitano no se constatan epígrafes de tipo
privado

Los lusitanos parecen corresponder a un tipo de religión colectiva y pública, según
lo que nos indica la epigrafía, pero también podríamos mencionar la gran cantidad de exvotos
anepigráficos que aparecen en fuentes, santuarios y ríos, como indica Richert (2012), que
muestran un tipo de religión más privada. Es posible que en la época anterior a Roma llevaran a
cabo una religión más personal, completamente oral, y que cuando entraron en contacto con estos
comenzaran a mostrar su devoción con epígrafes públicos, adaptados, sin duda, de la cultura
epigráfica y la religión pública romana.

los lusitanos tan sólo escribieron sobre piedra, o al menos no se conservan otros materiales inscritos

otra particularidad que presenta la epigrafía lusitana es la escasa diversidad en el uso de soportes. Aquellos que se pueden catalogar en una tipología concreta se engloban tan solo en dos categorías (Fig.4): epigrafía rupestre, como en Lamas de Moledo, Cabeço das Fráguas, Arronches y Fonte do Ídolho, o altares, de los que se constatan once ejemplares.

el escaso uso de los altares en el resto del Mediterráneo Occidental contrasta con el predominio de este soporte en la lengua lusitana

una de las particularidades de la epigrafía lusitana
es la combinación constante de la lengua local con la latina. Salvo los epígrafes de Cabeço das
Fráguas, Arroyo de la Luz III y Arronches, que muestran textos completamente en lengua lusitana,
el resto mezclan ambas lenguas. En algunas de ellas parte del texto está en lusitano y hay una
introducción en latín, como en Lamas de Moledo y Arroyo de la Luz I, mientras que en otras el
texto está casi por completo en latín, pero hay desinencias flexivas lusitanas en los teónimos. Este
fenómeno no es común en el resto de culturas, donde los epígrafes bilingües y mixtos no son
predominantes en sus corpora, sino algo excepcional, como demuestran los recientes estudios de
Estarán (2016). Según la clasificación de esta investigadora, se dieron distintos tipos de epígrafes
bilingües y mixtos, siendo los segundos los predominantes en el Occidente Mediterráneo.

El sistema de escritura de los epígrafes lusitanos es únicamente latino, sin duda fruto de la conquista romana de la Península Ibérica. No escriben antes de la llegada de los romanos, y por lo tanto, cuando empiezan a escribir lo hacen usando su alfabeto. A diferencia de la mayor parte de culturas aquí tratadas, los lusitanos no crearon su propio sistema de escritura, por lo que no hay inscripciones en otro alfabeto que no sea el latino

os lusitanos son, con los galos, los únicos que no crearon su sistema de escritura, aunque fueron los únicos que tan sólo adoptan un sistema de escritura, el alfabeto latino

La época en la que los lusitanos crean sus epígrafes también difiere de la fecha en la que los crearon el resto de estas culturas. La cronología de las inscripciones ronda los siglos I y II d.C., aunque alguna podría ser de finales del s. I a.C.31 Además de la fecha, el empleo de soportes típicamente romanos, el alfabeto latino, las fórmulas votivas y la presencia de dedicantes de nombres latinizados, marcan que estos epígrafes se crearon cuando la zona estaba plenamente romanizada.

Los teónimos que aparecen en estos epígrafes son todos lusitanos, como Trebopala, Trebaruna, Reve, Crouga o Bandua, a excepción quizá de Iove en Lamas de Moledo que podría ser la divinidad Júpiter

El tipo de dedicante que aparece en las inscripciones lusitanas es semejante al del resto de epígrafes en las lenguas aquí tratadas. De los 22 epígrafes lusitanos, 18 muestran antropónimos, a los que podría sumarse el altar de Freixo de Numão, que lo tuvo, pero está perdido, siendo los nombres de aquellos que realizaron las ofrendas. El resto de epígrafes, en menor número, no presentan antropónimos, como el de Cabeço das Fráguas o el de Arroyomolinos de la Vera.

En el caso de que aparezcan antropónimos, el número de dedicantes de las inscripciones lusitanas suele ser uno, aunque hay algunas que muestran dos o más nombres, como las de Lamas de Moledo o Arronches, e incluso algunos podrían estar dedicados por una comunidad

En las inscripciones lusitanas predominan los dedicantes masculinos, aunque hay cuatro epígrafes realizados por mujeres: Lugo, Mosteiro da Ribeira, Proença-a-Velha y Guiães.

.Sobre el tipo de dedicantes, los lusitanos muestran nombres indígenas, como Ambatus en Arroyo de la Luz I-II o Caburia Caturonia en Idanha-a-Nova, y también romanizados, como el Caius Iulius Hispanus del altar de Liñarán, que presenta los tria nomina. Además, el padre del dedicante de la inscripción de Viseu presenta un nombre de origen griego, que quizá fuese esclavo.

En los epígrafes lusitanos suelen aparecer los nombres de los dedicantes, pero no se refleja ni su origo ni si ostentan cargos públicos.

En ocasiones se ha planteado la posibilidad de que haya sacerdotes/harúspices entre los dedicantes lusitanos en los epígrafes de Lamas de Moledo y Arroyo de la Luz I-II (Marco y Alfayé, 2008; Simón Cornago, e.p.), aunque la presencia de cargos sacerdotales no es común en las inscripciones indígenas.

Pese a que el corpus de inscripciones lusitanas es muy poco numeroso, ya que apenas cuenta con una veintena de epígrafes, sus diferencias con el resto del Occidente Mediterráneo son notorias. Sin duda, como se ha apreciado, la epigrafía lusitana está intrínsecamente ligada a la romanización, tomando de Roma la costumbre de escribir, el alfabeto, la combinación de su lengua con la propia en las inscripciones o el uso de los altares como soportes. La lusitana es la única cultura que dedicó todos sus epígrafes al ámbito religioso, empleando la lengua latina para el resto de inscripciones que llevasen a cabo en la zona. Podríamos plantearnos si, una vez que los lusitanos adoptaron el sistema de escritura y lengua latina, el hecho de que estén usando su forma de declinar o su morfología para los teónimos podría estar marcando un conservadurismo propio de la religión, o quizá un elemento de resistencia, al menos en el ámbito sagrado, donde podrían haber preferido dirigirse a sus dioses en la lengua tradicional (Alfayé y Marco, 2008; Beltrán Lloris 2011).

Recopilando, las inscripciones lusitanas son únicas en la creación monotemática de textos religiosos, en la mención en más de una ocasión de sacrificios y ofrendas animales, en el uso frecuente de la fórmula latina uotum soluit libens merito, en la falta de otro tipo de epígrafes religiosos, como las leges sacrae, las láminas votivas, las maldiciones o las delimitaciones de espacios sagrados. También son las únicas que, unido al punto anterior, no crean epígrafes sacros de tipo privado, sino que serían todos expuestos para ser leídos por quienes pasasen por delante y, en relación al soporte, son las únicas que tan solo crearon epígrafes sobre piedra y con una variedad tipológica extremadamente limitada. Sobre su lengua veíamos que es la única cultura en la que predominan aplastantemente los epígrafes mixtos sobre los que aparecen completamente en lengua indígena, un fenómeno que no se repite en ninguna otra lengua. Además, el uso exclusivo del alfabeto latino es otro punto particular, ya que el resto usan más de un sistema de escritura, a excepción del ibérico, aunque esta lengua se empleó en diferentes signarios indígenas.
Finalmente, y ligándolo con el primer punto, la cronología de la epigrafía lusitana marca una indudable influencia de la romanización en su desarrollo. Es la última en desarrollarse, en torno a la época imperial, mientras que el resto de lenguas aquí estudiadas habrían comenzado antes a ser escritas. En conclusión, si nos basamos en los elementos que comparte o no con el resto de culturas epigráficas aquí analizadas, podemos destacar que la epigrafía lusitana muestra numerosas características que la hacen única.






Siendo el lusitano una lengua diferente del celtibérico, tenemos tres posibilidades de situar el dialecto indoeuropeo del oeste de la Península.
La primera opción sería entenderlo como una supervivencia, con evolución independiente, de ese «proto-europeo», cuya existencia ha supuesto Krahe, en un estado de evolución del indoeuropeo occidental en el que itálico, céltico, germánico, etc., no estaban todavía diferenciados. Esto significaría la existencia en la Península de una rama indoeuropea arcaica, con desarrollo propio quizá durante mil años, hasta su aparición en
nuestras inscripciones.
En segundo lugar podría tratarse de céltico, pero con caracteres arcaicos que no se encuentran en ningún otro dialecto conocido de esta familia. Esta posibilidad se distingue sólo teóricamente de la anterior, porque una lengua céltica que no haya adquirido
algunos de sus rasgos característicos, como la pérdida de p, sería anterior a su definición como tal, lo que lleva al «antiguo europeo» de Krahe.
Finalmente, se trataría de un dialecto indoeuropeo ya diferenciado, distinto del céltico, introducido en Hispania por poblaciones a las que es arriesgado dar un nombre
(porque ha habido demasiadas reconstrucciones fantasiosas de la protohistoria de Europa
97 como para no asumir en esta materia la mayor cautela). Es posible que el antiguo
nombre de los ligures pueda servir para indicar una relación especial de los caracteres
lingüísticos de los documentos lusitanos con las poblaciones de las regiones alpinas, como
pone de manifiesto, por otra parte, la toponimia; U. Schmoll 98 volvió a dar valor al
término de ligur propuesto para el dialecto indoeuropeo del Oeste por Gómez-Moreno
en 1921. Esta hipótesis nos lleva a admitir una posibilidad según la cual los invasores
indoeuropeos de Hispania habrían [-251→252-] tenido lenguas diferentes, lo mismo que ya, a veces, hemos propuesto anteriormente algunos desarrollos que parecen coincidir
con el «ilirio». El progreso de las excavaciones arqueológicas podrá ayudarnos a hacer una elección
entre las soluciones que se nos ofrecen, y a esclarecer el origen de los lusitanos.
Aparte de la mención problemática de los lusitanos en el poema de Avieno 100, no
poseemos realmente datos históricos anteriores al siglo II, y debemos limitarnos a conjeturas
101. De un lado los lusitanos representan un tipo muy primitivo de civilización;
las lanzas de bronce que utilizaban según Estrabón (III 3, 6, p. 154) parecen indicar que
tienen su raíz en esa antigua cultura que algunos arqueólogos llaman «cultura del bronce
atlántico»; pero de otro lado Diodoro (V 34, 5) describe sus venablos en hierro y sus
«cascos y espadas parecidos a los de los celtíberos» 102.
Los elementos célticos innegables que existieron en Lusitania, por ejemplo la
forma tarboum o el nombre de Viriatus, debían estar completamente asimilados por un
pueblo de fuerte personalidad, que luchó contra los Romanos durante medio siglo (contando
desde el primer choque que los detuvo en sus incursiones contra la Bética pacificada),
se hizo aliado principal de Sertorio y atacó repetidas veces a pueblos más ricos y
más civilizados de Andalucía.

Localizado en el centro de la región montañosa situada entre el Duero y el Tajo
aparece entonces un pueblo histórico que habla un dialecto indoeuropeo propio, el lusitano,
con una personalidad distinta de los celtíberos del este de la meseta. Los elementos
indoeuropeos del lusitano parecen más arcaicos y conservadores que los del celtibérico.
Sin embargo, la relación entre los dos elementos principales de la Hispania indoeuropea
104 [-252→253-] puede ser comparable a la que existía entre los galos del valle del
Ródano y los pueblos ligures de los Alpes, de los que Tito Livio dice que eran haud
sane multum lingua moribusque abhorrentes XXI 32, 10); podemos suponer que sus
dialectos eran mutuamente inteligibles, o poco menos. Hacia estos dos polos, el lusitano
y el celtíbero, se orientan los otros pueblos de la Hispania indoeuropea; sabemos que los
Celtici de Andalucía eran parientes lingüísticos de los celtíberos; los gallegos de la Bracarensis
están muy cerca de los Lusitanos; para la atribución de los otros pueblos a uno
u otro grupo nos faltan fundamentos suficientes. Pero si los rasgos del celtibérico no pueden explicarse sin suponer una etapa de desarrollo común con los antecesores de los celtas históricos del continente y de las islas, las características del lusitano se refieren a una oleada independiente, lo que excluye la hipótesis de una única invasión indoeuropea in Hispania,


La región de la que provienen las inscripciones lusitanas se caracteriza por ser ágrafa hasta la conquista romana, como también sucede en el noroeste, zonas en las que las inscripciones más antiguas son epígrafes romanos relacionados con la conquista (bronces de Alcántara y Bembibre), inscripciones en honor al emperador y su familia o relativas a la reorganización del territorio: termini y miliarios. En esta zona no hay una escritura local como en otras regiones hispanas, tal y como sucede en el ámbito ibérico o en la Celtiberia, donde se emplean los signarios paleohispánicos. De hecho, la casi totalidad de textos recuperados en el occidente peninsular están escritos en latín, aunque sean dedicatorias a dioses indígenas o epitafios erigidos para y por individuos con onomástica vernácula. Las únicas excepciones son los escasos epígrafes en lengua lusitana, que están escritos en alfabeto latino e incluso están encabezados, como en Arroyo de la Luz y Lamas de Moledo, por frases latinas. Es posible que los ejemplares más meridionales, Arronches y el nuevo ejemplar de Arroyo de la Luz, que presentan el uso de la P abierta, puedan remontarse al siglo I a. C., pero los epígrafes de Viseu y Lamas de Moledo son claramente de época imperial. Es evidente el casi completo predominio del latín como lengua escrita en esta parte de Hispania, que solo se rompe en unos pocos textos que tienen en común su carácter cultual.




Por prudencia debemos dudar en identificar a los lusitanos del siglo II a.C. con los habitantes de una parte del país cinco siglos antes.








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