domingo, 8 de febrero de 2009

Exposición de Juan de Roelas

En Sevilla se ha organizado una exposición de pintura sobre Juan de Roelas, que termina dentro de una semana. El mal tiempo me ha impedido acercarme antes a verla, pero, como no me la quiero perder, este finde me he decidido.



He quedado con R, más que amigo; lo he llamado porque es viejo aficionado a la pintura. Nos veremos junto a la Capilla del Cachorro y del Patrocinio; mientras espero, tarareo para mis adentros alguna letra de soleá de Triana ("La tarde del Viernes Santo/ está de luto Triana./ La Virgen del Patrocinio/ lleva el calvario en su cara./ Dale agua al costalero,/ mocita samaritana,/ que los ángeles del Cielo/ lo harán contigo mañana"). Llega en moto y la deja sobre la acera.

Nos encaminamos al Museo de Bellas Artes y conforme nos acercamos se me avivan los recuerdos. Comemos en la Peña Hípica donde cené algunas veces con B. Al salir le llamo la atención a R sobre el edificio debido a Aníbal González, uno de los pocos modernistas que hay en Sevilla.

A la sombra de Murillo, empezamos a hablar de Juan de Roelas. Se trata de un pintor nacido en Flandes en tiempos de Felipe II; se fue a Italia para dominar su oficio y vino a Valladolid, antes de asentarse definitivamente en Sevilla, de donde sólo salió para un estancia transitoria en Madrid. Murió y está enterrado en el pueblo de Olivares. Fue maestro de Zurbarán y se le considera el padre de la pintura barroca sevillana.

Entramos en la sala de la exposición, que se encuentra dividida en dos sectores y, entre ambos, acoge veintiocho cuadros.

Del propio Museo de Bellas Artes de Sevilla figuran cuatro obras ("El martirio de San Serapio",





"Níño Jesús Salvador", "Jesús camino del Calvario" y "Santa Ana enseñando a leer a la Virgen").




De la Catedral de Sevilla han venido dos ("Virgen de la Merced" y "La Gloria")



y uno de cada una de las siguientes otras instituciones de la ciudad:

a) Palacio Arzobispal ("Lactación de San Bernardo",



en que aparece el nombre del pintor sobre el lomo de un libro),

b) Reales Alcázares ("Virgen con el Niño"),

c) iglesia de San Pedro ("La Liberación de San Pedro"),

d) iglesia de la Compañía ("San Ignacio de Loyola ante la Inmaculada y la Trinidad") y

e) Casa Cuna ("La Sagrada Familia", propiedad de la Diputación Provincial).

De fuera de la ciudad hay importantes aportaciones. El Convento de Santa Isabel de Marchena aporta un cuadro ("Sagrada Parentela"). De la provincia de Cádiz, Sanlúcar de Barrameda envía dos ("La Dolorosa" y "San Juan", de la Parroquia de la O) y de la provincia de Huelva la Diputación Provincial envía otros dos ("Presentación de la Virgen en el Templo" y "Anunciación", depositados en el Palacio Episcopal).

De fuera de Andalucía, Madrid envía un cuadro ("La resurrección de Santa Leocadia", del Hospital del Niño Jesús), que fue robado hace dos años y medio y que los ladrones cortaron en trizas verticales luego arrojadas a un basurero, como se publicó en el diario "El Mundo".

De Valladolid, la Parroquia de San Miguel y San Julián aporta la serie de seis santas inglesas ("Santa Walburga", "Santa Edith", "Santa Margarita de Escocia", "Santa Edilberga", "Santa Milburga" y "Santa Helena") y el Museo Nacional de Escultura aporta uno ("Alegoría de la Inmaculada Concepción").

Desde Bilbao, su Museo de Bellas Artes envía dos cuadros ("La predicación de San Andrés" y "Vocación de San Andrés y San Pedro").

Finalmente en esta sala Canarias aporta, de las dos obras de su Catedra, una ("La Virgen con el Niño y Santos y el presbítero Cairazo"), que, mediante documentación recientemente encontrada, es lo último atribuido a Roelas.

El recorrido de la exposición se prolonga con los cuadros que se han mantenido en su sitio habitual de la Sala principal del Museo; son: "La venida del Espíritu Santo"



y "Martirio de San Andrés".



En la pintura de Roelas me resulta muy destacado el hecho de que predominan las gamas cálidas; es raro el cuadro donde no hay amplias zonas con colores rojos, naranjas y amarillos en diferentes tonos. Otro dato estilístico es que en la mayoría de los cuadros (todos, de temática religiosa) está presente una "línea de rompimiento de gloria", ya apuntada anteriormente (por ejemplo, en El Greco con "El entierro del Conde de Orgaz") aunque fue nuestro pintor quien la generalizó.

Contemplados estos treinta roelas, nos acercamos a los murillos, para observar la reciente adquisición en subasta, "Santa Justa y Rufina".

Parece que la duquesa de Medina-Sidonia posee unos veinte cuadros de Roelas pero se ha negado a aportar alguno a la exposición, aunque le habían ofrecido limpieza e incluso restauración gratuitas de los que aportara. También falta el cuadro del Museo de Berlín.

¿Les cuento algo? Al salir, me di cuenta de que no había visto por ningún lado, en ningún cuadro, el detalle que figura reproducido en el programa de mano. Le pregunto a conserjes, guías, porteros, taquillera y encargada de librería y ninguno sabe a qué cuadro pertenece.



Como la exposición comprende también obras situadas en tres templos de la ciudad, salimos del Museo y, por la calle Alfonso XII, nos dirigimos a la iglesia de la Anunciación, antigua Capilla de la Universidad, en donde se encuentra un margnífico retablo con pinturas, algunas de las cuales son de Roelas; es la primera vez que la visito.

El retablo se compone de cuerpo y ático con tres calles. Los dos cuadros laterales del ático representan a San Juan Evangelista y a San Juan Bautista mientras el cuadro central del cuerpo es la "Circuncisión de Cristo" (que es donde aparece el buscado detalle del programa de mano). Flanquea por la calle de la Epístola la "Adoración de los Pastores" (en donde el Niño Jesús se representa completamente desnudo, lo cual fue criticado por el suegro de Velázquez).

Los otros cuadros del retablo no corresponden a Roelas.



Sin embargo, la pintura de la puerta del Tabernáculo, que representa al Niño Jesús, sí es del autor protagonista de la exposición. Se trata de un trabajo idéntico al que ya vimos en el Museo.



Tras completar la visita por la iglesia, que resulta ser un emporio de arte, salimos y cuando propongo acercarnos a la Parroquia de San Isidoro nos damos cuenta de que la hora no es la adecuada y lo dejamos para otro día.

La cuarta sede de los roelas es la Catedral, a donde espero ir en marzo para ver una vez más la pintura de "Santiago en la batalla de Clavijo".

Ahora toca despedirse.

Conforme voy acercándome al coche vuelvo a pasar por la Capilla del Cachorro y entro. Mi sorpresa es que las imágenes están bajadas al suelo; me impresionan un poco y luego decido hacer una foto, que se la pasaré a MS, capillita sevillano sin ser de Sevilla.





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