domingo, 5 de diciembre de 2021

Variedades de aceitunas

España es el primer país del mundo en el cultivo del olivar. Debería ser una obligación de sus habitantes conocer algo de esta principal producción, que además va en clara expansión. Las aceitunas, fruto del olivar, son diferentes según las distintas regiones. Hablemos de esas variedades cultivadas en España, distinguiendo algo entre los diversos tipos de aceites. El aceite es nuestro oro líquido, medicina pura y joya de la gastronomía.

Arbequina

Es propia de la provincia de Lérida.

Se usa tanto para mesa como para aceite. Su aceite es delicado, dulce (sin amargor) con sensación almendrada y a veces con cierto picante. 

Cornicabra

También se conoce como cornezuelo, corniche y osnal. Es propia de la provincia de Toledo.

Su aceite de cosecha temprana es potente; en boca resulta picante, amargo y con astringencia. El maduro es aromático y más suave.

Empeltre

También se conoce como aragonesa y mallorquina. Es propia de Aragón y Baleares.

Se usa tanto para mesa como para aceite. Como aderezo es menos apreciada que la manzanilla y la hojiblanca. Su aceite es de sabor suave y dulce con toque afrutado.

Gordal

Es propia de la provincia de Sevilla.

Se usa para mesa solamente. Su pulpa es proporcionalmente mayor que la de otras variedades. Su rendimiento en aceite es muy bajo y el jugo que resulta es muy inestable.

Hojiblanca

También se conoce como lucentina. Es propia de la provincia de Málaga.

Se usa tanto para mesa como para aceite. Su aceite de cosecha temprana en boca suele tener un picante tardío y creciente y astringencia, a veces con algo de amargor. El maduro mantiene el picante pero no amargor ni astringencia, dejando sensación aterciopelada en la boca.

Lechín

También se conoce como zorzaleña. Es propia de la provincia de Cádiz.

Se usa tanto para mesa como para aceite. Su aceite presenta un perfil equilibrado, casi sin picor y amargor, pero apenas tiene resistencia a la oxidación, por lo que normalmente se mezcla con picual u hojiblanca.

Manzanilla

Es propia de la provincia de Cáceres.

Se usa tanto para mesa como para aceite (aunque con rendimiento bajo: se necesitan 14 kilos de aceituna para obtener 1 litro). Su aceite temprano es denso, poco amargo, ligeramente picante y con baja astringencia. Su aceite maduro es dulce y almendrado.

Picual

También se conoce como marteña. Es propia de la provincia de Jaén.

Su aceite tiene mucho cuerpo (por su alto contenido de ácido oleico). Si es de cosecha temprana presenta un picor y un amargor altos (por su contenido de polifenoles). El picual maduro tiene el picor y el amargor menos intensos, igual que la astringencia.

Picudo

También se conoce como carrasqueña. Es propia de la provincia de Córdoba.


 Su aceite es muy aromático y equilibrado. Si es verde en boca denota cierto amargor, pero baja intensidad en picante y astringencia. Como maduro tiende a utilizarse para mezclar con aceites hojiblancos. 

Villalonga

Es propia de la Comunidad Valenciana.

Su aceite es ligeramente amargo y picante, con sabor frutado persistente en boca.

Podemos parar. Hay más variedades (alameña, alfafara, aloreña, arroniz, blanqueta, campanil, castellana, changlot real, chorrúa, escarabajuela, farga, loaime, lucia, machona, morisca, morruda, negral, nevadilla de Alhama, palomar, redondilla, royal de Cazorla, serrana, sevillenca, verdial); fuera de España existen otras variedades. También podríamos señalar más diferencias entre unas y otras (forma y tamaño del árbol, resistencia a las enfermedades, forma de la hoja y del fruto, productividad, resistencia al desprendimiento, composición de los ácidos grasos, rendimiento, notas olfativas, temperaturas de descomposición...), pero por ahora es suficiente.

Bien, después de este breve repaso confiemos en que los españoles conozcan algo más de su común patrimonio natural.



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lunes, 25 de octubre de 2021

Una Vanessa en el Generalife

Paseando por la Alhambra de Granada, he tenido la suerte de encontrarme con una mariposa, que aceptó gentilmente la aproximación de mi cámara fotográfica para que pudiera sacarle torpemente una imagen; digo torpemente porque la belleza del natural no he sido capaz de aprehenderla en la foto.


Se trata de un ejemplar de la especie Vanessa atalanta (de la familia Nynphalidae). La podemos describir diciendo que sus alas anteriores tienen unas manchas blancas cerca del ápice y una línea roja gruesa sobre fondo oscuro (marrón a un lado y negro al otro). Las alas posteriores, oscuras también, tienen en su margen un borde rojo ancho con manchitas oscuras y unas manchas azules, casi imperceptibles, en la esquina interna.

Este lepidóptero tenía un tamaño de casi cinco centímetros de envergadura, lo que es mucho pues el tamaño medio ronda los treinta milímetros. Su hábitat suelen ser los prados, las zonas de matorral, los claros de bosques y las zonas ajardinadas; efectivamente la encontré al poco de entrar en el recinto de los Jardines del Generalife (no tenía mal gusto la señorita).

Es una de las especies de mariposas más extendidas del mundo. Puede encontrarse hasta en unas altitudes de 2.000 metros, a lo largo de todo el Hemisferio Norte y puede migrar hasta el Círculo Polar Ártico. Se ve por toda la Península Ibérica, Canarias y Azores, de tal manera que mi descubrimiento granadino no fue ninguna cosa excepcional.

Tiene dos generaciones, una en abril - junio y otra en julio - septiembre, normalmente. Es quizás la mariposa que perdura más, hasta muy cerca del invierno; de hecho, era ya la segunda mitad de octubre cuando descubrí la que pude fotografiar.




La Vanessa, como otras especies de mariposas, utiliza técnicas de camuflaje para salvarse de sus depredadores, que suelen ser aves principalmente. Para ello han desarrollado sistemas de coloración que las vuelven casi invisibles en hábitats variables. Cuando se posa en el suelo, si está en una zona árida,  pliega sus alas para que aparezca el reverso, con sus colores ceniza y ocres que semejan a ese suelo. Si está en un hábitat de flores y vegetación se posa con sus alas abiertas y muestra la parte superior, con colores marrones, rojos, negros y blancos.

Cuando sorprendí a la mariposa (en realidad yo fui el sorprendido) tenía las alas desplegadas y la pude disfrutar en todo su esplendor durante un tiempo suficiente, que me regaló. En éstas llegó otro viandante y, avaricioso, quiso fotografiarla muy de cerca pero ella cerró en ese momento sus alas dejándonos ver sólo la terrosa apariencia de revés o ventral e inmediatamente voló y desapareció. De todas maneras, gracias, Vanesita.



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miércoles, 4 de agosto de 2021

Datación de las pinturas neandertales de Ardales

La revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) ha publicado los resultados de una investigación sobre la cueva de Ardales (Málaga) en la que han participado científicos de la Universidad de Cádiz, de la Universidad de Barcelona, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de la Universidad de Burdeos y del Neanderthal Museum de Alemania.

Esta cueva tiene un arte parietal paleolítico de los más importantes del sur de Europa y se han contabilizado ya más de mil representaciones gráficas, tanto abstractas como figurativas. En su interior se han encontrado además herramientas para el procesamiento de colorantes y fragmentos de pigmentos. En la investigación han participado, entre otros, los catedráticos José Ramos (Prehistoria) y Salvador Domínguez-Bella (Cristalografía y Mineralogía) y el científico Pedro Cantalejo, de la Universidad de Cádiz; y los investigadores África Pitarch Martí y Joao Zilhao, de la Universidad de Barcelona.

Los más escépticos habían puesto en duda, en 2018, que las marcas rojas de la superficie de una estalagmita localizada en medio de una gran sala (Sala de las Estrellas) en la caverna de Ardales sean de origen humano, manteniendo que podría tratarse de depósitos naturales. Ahora los investigadores han comprobado, en este nuevo estudio, que fueron hechas con un pigmento a base de ocre y aplicado de una forma intencionada, con lo que han corroborado su origen humano y mantienen que esas marcas no tienen un origen natural. Ese ocre (óxido de hierro básicamente) no existe en el resto de la cueva. Por tanto, son probablemente las pinturas rupestres conocidas más antiguas del mundo, ya que fueron realizadas hace unos 65.000 años (al menos, 64.800 años). Los investigadores han comprobado además que los neandertales habrían accedido en varias ocasiones a esa cueva para marcar simbólicamente y de una forma intencionada y reiterada la estalagmita. Aunque los trazos más antiguos son de hace unos 65.000 años, hay otros en otras columnas de la misma estalagmita que son más recientes, todo eso en un rango de unos 20.000 años y siempre por neandertales. El ocre que utilizaron para hacer esas pinturas lo habrían recolectado en el exterior de la cueva. La localización y la distribución de las marcas, así como el tamaño y morfología de los cristales que componen esos residuos rojos en la estalagmita descartan que se trate de depósitos de origen natural, según los investigadores.

Los principales centros de investigación que han intervenido en el trabajo han destacado que uno de los retos principales de la arqueología es determinar en qué momento aparecieron los símbolos y qué implicaciones tuvo su uso en el comportamientos humano. La investigación supone la constatación de que las poblaciones neandertales eran sociedades perfectamente organizadas, en sus aspectos sociales, económicos y simbólicos, según ha explicado el catedrático José Ramos.

Joao Zilhao ha observado, por su parte, que los datos de la cueva de Ardales y otras cuevas ibéricas con arte parietal realizado hace más de 65.000 años revelan que el mundo subterráneo tuvo un papel fundamental en los sistemas simbólicos de las comunidades neandertales. La acción de marcar repetidamente con pigmento rojo formaciones tan imponentes como la cúpula de Ardales sugiere que sus autores querían resaltar y perpetuar la importancia de ese emplazamiento a través de narraciones transmitidas entre generaciones. Es posible que “la imagen no tenga función o significado hasta que no está en el sitio; la función no la da la imagen, la da el lugar

Las pinturas más antiguas encontradas hasta ahora son las de tres cuevas españolas. Las cronologías de hasta 64.800 años corresponden a una mano en Maltravieso (Cáceres), a un conjunto de trazos lineales formando un símbolo similar a una escalera en La Pasiega (Cantabria) y a un grupo de estalagmitas coloreadas en Ardales (Málaga). Otro ejemplo es el de la cueva de El Castillo (Cantabria), donde se ha obtenido una edad mínima de 40.800 años para un disco rojo. Por contra, en pinturas analizadas en las islas de Borneo y Sulawesi (Indonesia) se han obtenido y datado unas edades mínimas de 39.900 y 43.900 años respectivamente.

La datación de los tres enclaves españoles ha desatado un debate muy intenso en la comunidad científica, porque sugiere que las pinturas habrían sido realizadas al menos 20.000 años antes de la llegada de los hombres modernos al continente europeo, lo que apunta a una autoría neandertal. No obstante, para Roberto Ontañón, director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, aún hay mucho que investigar y descubrir sobre los detalles de estas pinturas antes de descartar la hipótesis alternativa: que los autores fueran sapiens que llegaron mucho antes por el estrecho de Gibraltar y no los neandertales.

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lunes, 21 de junio de 2021

Eratóstenes midió la circunferencia terrestre

El griego Eratóstenes, que vivió en el siglo II aC, observó que el 21 de junio el Sol al caer sobre los objetos no produce sombra en la ciudad egipcia de Asuán, antigua Siena, (lo que indica que está sobre el Trópico de Cáncer). Ese mismo día en Alejandría sí hay sombra. Lo explicó como consecuencia de la esfericidad de la Tierra.


Midió la distancia entre Asuán y Alejandría y resultó ser de 5.000 estadios egipcios. El estadio egipcio equivale a 157,5 metros aproximadamente. Partió del supuesto de que Asuán y Alejandría están en el mismo meridiano (aunque hoy sabemos que distan 3º) y que el Sol está tan lejos que sus rayos se pueden considerar paralelos. Puso en cada sitio una estaca vertical o gnomon un 21 de junio y se procedió a medir la sombra proyectada por el sol en las dos ciudades.

Halló que la diferencia entre el cenit de Alejandría y el de Asuán era un arco de 7º 12', equivalente a una cincuenteava parte del círculo completo. Entonces multiplicó 5.000 estadios por 50 y el resultado fue que el perímetro de la Tierra mide 250.000 estadios o 39.614 kilómetros. Hoy sabemos que la Tierra mide 40.075 km. Se equivocó en menos de un 1%, porcentaje debido a pequeñas anomalías que no podían conocerse entonces.



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viernes, 28 de mayo de 2021

El lince: los mejores datos en veinte años

El Grupo de Trabajo del Lince, coordinado por el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), ha presentado su informe de 2020, que recoge el mejor balance en veinte años del estado de la población de la especie, que ha alcanzado en España y Portugal la cifra récord de 1.111 ejemplares. Tengamos en cuenta que en 2002 se contabilizaron menos de 100 ejemplares.

La ministra Teresa Ribera, ha señalado que es «una de las mayores alegrías, pues el lince ibérico es una especia sensible, emblemática y en peligro de extinción. Para poder alcanzar esta cifra tan positiva hemos combinado lo mejor en esfuerzos administrativos y conocimiento. Se han superado las previsiones iniciales y otros desafíos enormemente importantes, como enfermedades no conocidas».


El grupo constata que el pasado año fue muy bueno para la evolución de la especie, con un incremento poblacional del 30% respecto al censo de 2019. Esta curva demográfica permite ser optimista y aleja al gran felino ibérico del riesgo crítico de desaparición. Sin embargo, los expertos piden prudencia e insisten en la necesidad de mantener los esfuerzos y los programas en marcha, dado que la especie no está fuera de peligro.

Una gran mayoría de los ejemplares (el 87,5%) se distribuyen en distintas zonas del cuadrante suroccidental de España, especialmente en los cinco núcleos de Andalucía, que acogen a más de la mitad de la población española, seguidos de Castilla-La Mancha -con un tercio de los linces- y Extremadura, con 141 ejemplares. En Portugal habitan 140 linces en el área del Valle del Guadiana.

En total existen 14 núcleos con presencia estable de linces en la Península Ibérica, siendo los más importantes los localizados en el entorno de Sierra Morena -con 603 linces-, los Montes de Toledo (145), el Valle del Guadiana (140) y el área de Matachel en Extremadura (131).

En 2020 se contabilizaron 414 nacimientos de 239 hembras reproductoras. La productividad global fue de 1,7 cachorros nacidos por hembra . Tanto el número total de linces como el número de hembras reproductoras y el número de cachorros nacidos muestran una tendencia positiva desde el inicio de los programas coordinados de actuación, en 2002.

Para alcanzar estas cifras positivas han tenido un papel clave la gestión del hábitat, la protección ante amenazas existentes en el medio natural y el programa de conservación ex situ. Esto último engloba los trabajos de cría en cautividad y la reintroducción de ejemplares; es fruto de las actuaciones coordinadas en el marco del Memorando de Entendimiento para la aplicación de la Estrategia de Conservación del Lince ibérico en España, suscrito entre el MITECO y las comunidades autónomas de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. Portugal también participa activamente en este programa.

Las primeras sueltas de linces al medio natural de individuos nacidos en comenzaron en 2011. Desde entonces hasta 2021 se han reintroducido 305 ejemplares. La supervivencia y aclimatación de estos ejemplares en todas las áreas de liberación seleccionadas es elevada.

El MITECO, a través del Organismo Autónomo Parques Nacionales, contribuye activamente con sus propios fondos a este programa de conservación ex situ, manteniendo y gestionando dos de los cuatro centros de cría existentes: Zarza de Granadilla (Extremadura) y El Acebuche (Andalucía). Los restantes centros de cría son gestionados por Andalucía (Centro de cría de La Olivilla) y por Portugal (Centro Nacional de Reprodução de Lince Ibérico o Centro de Silves).

viernes, 23 de abril de 2021

Los Comuneros en Villalar, hace 500 años

 Hoy se cumplen cinco siglos. El 23 de abril de 1521 el movimiento insurreccional de los comuneros sufrió la derrota definitiva en Villalar (Valladolid). No vamos a extendernos ni en las causas ni en las consecuencias de aquel acontecimiento. Vamos a centrarnos sólo en lo que ocurrió aquel día.

Las tropas comuneras, dirigidas por Juan de Padilla, se encontraban en Torrelobatón desde hacía dos meses y se componían, según Joseph Pérez, de 6.000 hombres (7.000, según otros autores), entre los cuales había 400 o 500 lanzas y 1.000 escopeteros.

Las tropas fieles a Carlos I, dirigidas por el almirante Fadrique Enríquez y el condestable Íñigo de Velasco, se componían de 3.000 infantes, 600 lanzas (1.800, según otros), 2 cañones, 2 culebrinas y 5 piezas ligeras de artillería. Estaban concentradas en Peñaflor, a once kilómetros de Torrelobatón.

La batalla se produjo con ocasión del traslado de las tropas comuneras, que decidieron salir de Torrelobatón en dirección a Toro (Zamora). Habían partido de madrugada y era día de lluvia; marchaban por el curso del río Hornija. El almirante y el condestable iban en persecución. Al llegar a Vega de Valdetronco Padilla quiso acampar para afrontar allí a los perseguidores, pues el lugar le ofrecía situación ventajosa, pero los otros dirigentes se opusieron a esa idea.

Siguieron adelante y, pasado Marzales, a dos kilómetros antes de llegar a Villalar los partidarios de Carlos, que marchaban a gran velocidad, les dieron alcance. Aunque los de Padilla querían combatir dentro del pueblo, el enfrentamiento tuvo lugar en el Puente de Fierro, que cruza el arroyo de los Molinos metros antes de que éste desemboque en el Hornija. Hubo huidas en las filas comuneras y el ataque de la caballería real fue tan rápido que no permitió a los contrarios el despliegue.

Iniciado el combate, Juan de Padilla derribó de su caballo a Pedro de Bazán y a otros hombres fieles a Carlos. Poco después fue herido en una pierna por Alonso de la Cueva, al que tuvo que entregar la espada y un guantelete en signo de rendición. Juan de Ulloa se acercó e informado de que era Juan de Padilla le dio una cuchillada en la cara, lo que pareció muy feo a todos. 

Los comuneros, que estaban cansados de la marcha precipitada y de andar sobre el barro, fueron presa fácil y pagaron con mil muertos (quinientos, según otros). Los demás jefes también fueron apresados, junto a unos miles de sus hombres; Maldonado incluso había sido abandonado por todos los suyos. Tras la derrota, de aquellos que pudieron huir unos fueron hacia Toro, perseguidos por el conde de Haro (hijo del condestable), otros atravesaron por Fermoselle hasta Portugal y un pequeño resto marchó a Toledo.

Los jefes comuneros, el toledano Juan de Padilla, el segoviano Juan Bravo y el salmantino Francisco Maldonado fueron conducidos al castillo de Villalba (situado entre Villalar y Pedrosa) para pasar la noche. El almirante y otros quisieron salvarles la vida pero el 24 de abril fueron juzgados en Villalar.

El tribunal, de tres jueces, estaba formado por el alcalde doctor Cornejo, el licenciado Alcalá y el licenciado Salmerón, actuando de notario el escribano Luis Madera; también estaba presente el cardenal Adriano de Utrecht. Los acusado reconocieron los hechos y fueron condenados a muerte, por traición, alboroto del pueblo, usurpación de poder y otros delitos; sus bienes fueron confiscados. 

Tras confesión con un fraile, fueron sacados sobre mulas. Delante, el pregonero iba diciendo: "A estos caballeros mándanlos degollar por traidores". Juan Bravo le gritó: "Mientes; traidores, no sino celosos del bien común y defensores de la libertad del reino". Padilla le recriminó: "Señor Juan Bravo, ayer era día de pelear como caballeros y hoy, de morir como cristianos".

Fueron ejecutados inmediatamente en el patíbulo montado en la plaza del pueblo. Bravo pidió ser ajusticiado primero por no ver a su jefe morir pero ante el verdugo se resistió; Padilla murió con entereza, rezando "Señor, no hagas con nosotros según nuestros pecados". Las cabezas fueron colgadas en la picota; a finales del siglo XIX todavía se mostraba en Villalar una piedra con tres clavos en la que, se decía, habían estado clavadas las tres cabezas.

Otro jefe comunero, Pedro Maldonado (primo de Francisco), no fue ejecutado entonces sino el 16 de agosto de 1522 en Simancas.


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lunes, 15 de marzo de 2021

Huellas en Ojo Guareña

La editorial Springer reúne en una monografía 22 capítulos dedicados a la investigación y análisis de los principales rastros de huellas humanas prehistóricas conservados en el mundo, incluyendo el trabajo más reciente de los investigadores del CENIEH sobre un rastro de más 1200 huellas humanas en la arcilla a más de un kilómetro de profundidad en la Cueva Palomera (Burgos).

En el año 1969 cinco espeleólogos del grupo Edelweiss que inspeccionaban las galerías en el sistema kárstico de Ojo Guareña, en Burgos llegaron hasta una sala en las profundidades de la cueva y, a pesar de lo largo y dificultoso que había sido el recorrido, por un momento pensaron que otro grupo se les había adelantado: el suelo estaba lleno de pisadas. Cuando se acercaron a observarlas de cerca se dieron cuenta de lo que tenían delante. Eliseo Rubio acercó su luz al suelo y exclamó sobresaltado:¡huellas de pies! ¡Pies descalzos! No podía dar crédito a sus ojos. A lo largo de las dos galerías había centenares de pisadas de pies de diferentes tamaños, en sentido de ida y vuelta, en un recorrido de unos 300 metros. Parecían muy antiguas.

Cincuenta años después, aquel rastro de más de 1.200 huellas en la profundidad de la cueva sigue albergando un misterio que el equipo de la investigadora Ana Isabel Ortega está empezando a desentrañar. El estudio de estas pisadas, en un lugar de muy difícil acceso, se ha visto muy limitado porque se trata de huellas “frescas” sobre la arcilla. Si se pisan desparecen. De hecho, en algunas zonas aún se pueden observar las pisadas de las botas de los primeros espeleólogos, aunque por fortuna la protección del lugar lo ha mantenido a salvo del deterioro y la espera del desarrollo de técnicas de análisis no invasivas ha dado sus frutos. Ortega pudo llegar hasta este lugar a más de 1,2 kilómetros de distancia de la entrada de la cueva y realizar el primer escaneo mediante láser óptico y fotogrametría de las huellas. Desde entonces, ha estado documentando su morfología y su disposición para recomponer su historia y saber quiénes dejaron aquellas marcas en el barro.

Las huellas se encuentran en dos galerías muy amplias, de más de cien metros de longitud y unos diez metros de anchura. En total, han podido reconstruir hasta 18 rastros individuales de pisadas de un grupo de entre diez y doce individuos, La superposición de las huellas de regreso indica que avanzaron hasta el fondo de la galería y regresaron sobre sus pasos. Parece que era un grupo que estaba explorando. En la Galería 1, algunos se separan hacia las paredes para ver qué hay. En una zona se ve un gran barullo de huellas, donde la mayoría se quedó esperando y solo uno o dos entraron a indagar. En la Galería 2 hay otra historia parecida; los autores de las huellas entraron hasta el fondo y, al ver que no había salida, regresaron sobre sus pasos. Aquí, en el ensanche que sale a la derecha, están las huellas de un individuo que se desvió del grupo y se quedó en la esquina; claramente se acerca a ver lo que hay. Parece que es una exploración.

La disposición de las pisadas apunta a que se trató de una sola incursión en cada galería y ahora los científicos pretenden confirmar, mediante análisis morfológico comparativo, si las marcas de las dos galerías son del mismo grupo o si fueron dos exploraciones diferentes. En el último análisis se han estudiado 39 huellas de 7 rastros distintos, dos de ida y cinco de salida. Se estima que su altura era de entre 175 y 179 cm y que pesaban entre los 76 y los 99 kilos. Parece que todos eran personas adultas, quizá hombres, y se cree que había uno que cargaba con un peso, pues presenta un pie torcido y un patrón singular en las zancadas. Quizá llevaba un objeto encima o tal vez un crío, no se sabe. Por estos datos, lo que está claro es que eran individuos muy robustos.

Las dataciones indican que las pisadas tienen una antigüedad de entre 4.200 y 4.600 años, aunque en la cueva hay señales humanas de hace hasta 19.000 años. El hecho de que las huellas estén frescas sobre la arcilla húmeda les da un aura especial: parece que el grupo acaba de pasar por allí. Los autores de las pisadas utilizaban antorchas para alumbrarse y dejaron por las galerías fragmentos de carbones que han sido muy útiles para las dataciones. Para llegar hasta las salas de las huellas, curiosamente hay que ascender desde una zona inferior de la cueva donde se encuentran marcas en las paredes, tizonazos con las antorchas, que son todavía más antiguos. Los investigadores creen que los individuos que llegaron hasta la galerías superiores treparon por una zona donde los anteriores no se habían aventurado, subiendo la ruta ascendente entre grandes bloques por las que todavía hoy cuesta avanzar.

Los autores de las pisadas pertenecían a la población de esta zona en el Calcolítico. Son los que hacen los dólmenes del exterior. Estaban buscando ampliar su territorio, adentrándose en lugares singulares. Penetrar en las profundidades estaba asociado a un significado simbólico, relacionado con el inframundo. 

La conclusión del trabajo es que durante miles de años los primeros seres humanos husmearon por todo este complejo sistema de cuevas, que ha cambiado muy poco desde entonces, y penetraron en las profundidades de la roca en busca de lo desconocido. Entraron descalzos y se metieron a través de un caos de bloques tremendo. Entraron, vieron y se marcharon; y luego, durante otros 4000 años, nadie volvió a entrar.


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jueves, 4 de marzo de 2021

Epílogo a Heterodoxos

Vamos a recoger en resumen el Epílogo de "Historia de los heterodoxos españoles", de Marcelino Menéndez y Pelayo.

No parecíamos destinados a formar una gran nación. 

Sin unidad, sucumbimos ante Roma, lidiando cada cual heroicamente por su cuenta, pero mostrándose impasible ante la ruina de la ciudad limítrofe. 

Fuera de algunos rasgos de feroz independencia, el carácter español sólo se acentúa bajo la dominación romana. España debe su primer elemento de unidad al romanismo. 

Pero faltaba otra unidad más profunda: la unidad de la creencia. Sin un mismo Dios ¿qué pueblo habrá grande y fuerte? Esta unidad se la dio a España el Cristianismo.


La Iglesia nos educó. Por ella fuimos nación. ¿Quién contará todos los beneficios de vida social que a esa unidad debimos? 

El sentimiento de patria es moderno; no hay patria en aquellos siglos, no la hay hasta el Renacimiento; pero hay una fe, un bautismo. Dios nos conservó la victoria, y premió el esfuerzo perseverante dándonos el destino de completar el planeta. 

¡Dichosa edad aquélla! España era o se creía el pueblo de Dios. Le estaba guardado el hacer sonar la palabra de Cristo en las más bárbaras gentilidades. España, evangelizadora de la mitad del orbe; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra. El día en que acabe de perderse España volverá al cantonalismo de Taifas. 

A este término vamos caminando apresuradamente. Dos siglos de producir artificialmente la revolución han conseguido no renovar el modo de ser nacional sino pervertirle. Cuanto hacemos es remedo de lo que en otras partes vemos aclamado. Seguimos, aunque a remolque, el movimiento general. 

¿Será cierto que la masa de nuestro pueblo está sana y que sólo la hez es la que sale a la superficie? No suelen venir dos siglos de oro sobre una misma nación; pero mientras sus elementos esenciales permanezcan aún puede esperarse su regeneración. El cielo apresure tan felices días. 

Y, entre tanto, dígale toda la verdad el que se sienta con alientos para ello. Dura ley es y todo el que escriba conforme al dictado de su conciencia ha de pasar por ella, aunque vuelva los ojos con amor a aquellos serenos templos de la antigua sabiduría, cantados por Lucrecio. ¡Edita doctrina sapientum templa serena! 

7 de junio de 1882.

sábado, 30 de enero de 2021

El PIB en 2020 cayó un 11%

Es el mayor hundimiento del PIB registrado en tiempos de paz. Según el avance de datos de Contabilidad Nacional publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 29 de enero de 2021, sufrió un hundimiento del 11% en 2020. El dato es el peor de toda la serie contemporánea del INE y es necesario remontarse a la Guerra Civil para encontrar uno peor. España ha sufrido el mayor colapso económico de su historia por la propagación de la pandemia que ha obligado a los distintos gobiernos a adoptar una serie de medidas restrictivas para frenar el avance.

 

Hasta ahora, el mayor descenso anual de la economía española se había registrado en 2009, en plena crisis financiera, con un retroceso del 3,8%. 2020 ha sido el peor año para el Producto Interior Bruto (PIB) desde el inicio de la serie, en 1970. Es, además, la primera contracción anual del PIB desde el año 2013, cuando bajó un 1,4%.

Esto es, la economía española ha revertido cinco años de recuperación. Se certifica así el fin de la esperanza en una recuperación en V. España tiene por delante un camino largo y plagado de obstáculos para volver a los niveles de producción previos a la crisis.

En esta caída destacan especialmente tres sectores. El primero de ellos es la hostelería, el transporte y el comercio, que está todavía un 20,4% por debajo de los niveles previos a la crisis. El segundo es el del ocio y la cultura, cuya producción es casi un tercio inferior a la existente antes de la crisis (-31,5%). El tercero es el de la construcción, que está un 18,2% por debajo de los niveles precrisis. 

Por el contrario, los mejores datos se concentran en tres sectores. El primero es el de la agricultura, que en el cierre de 2019 vivió un año muy malo de cosechas y en este ejercicio ha conseguido producir un 8,7% más. El segundo es el de la banca, que ha elevado su producción un 5,4%. Y, por último, el de la educación, que ha crecido un 3,4% por encima de los niveles de 2019.

El INE mide los empleos en puestos equivalentes a tiempo completo (definidos como el número de horas trabajadas entre la jornada media realizada en puestos de trabajo a tiempo completo) y calcula que han descendido un 5,4% en el año, lo que equivale a la pérdida de un millón de empleos.

A precios corrientes, el PIB de 2020 se situó en 1.119.976 millones de euros, un 10% menos que en 2019. En todo caso, el INE explica que el volumen de información adelantada en el avance de datos de este viernes ha sido menor que en ocasiones anteriores.

Este hecho hace prever que las futuras revisiones de los resultados hoy publicados puedan ser de una magnitud mayor que la habitual.


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sábado, 16 de enero de 2021

Nazismo, marxismo y ecologismo

 Fernando Serra, en mayo de 2003, publicó en "La Ilustración Liberal" el siguiente artículo:

Friedrich A. Hayek asegura en Camino de servidumbre que es falso ese tópico simplista que presenta a los fascismos, y al nacionalsocialismo especialmente, como una reacción capitalista, radical y violenta, frente al avance del socialismo quedando por tanto ambas ideologías en los extremos opuestos.

Hayek explica que, muy al contrario, el nacionalsocialismo fue el resultado de una interpretación del marxismo que quiso depurar a esta ideología de los pocos elementos liberales que aún tenía, cierta tolerancia de la democracia y especialmente el internacionalismo, porque serían rémoras para el triunfo de esta doctrina. Los precursores del nazismo, todos socialistas, llegan a la conclusión de que solamente se alcanzará el nuevo orden social si el proletariado abandona el internacionalismo pacifista y los enfrentamientos sociales dentro de la nación, supeditando por tanto la lucha de clases al propósito nacionalista frente a la amenaza exterior.

A la vista de lo que sucede en el País Vasco no debería ser difícil estar de acuerdo con esta interpretación y darse cuenta de que, efectivamente, el marxismo y el nacionalsocialismo parten de idénticos principios, comparten el convencimiento de estar en posesión de la verdad absoluta -el marxismo incluso pretende elevar esta verdad a la categoría de ciencia-, persiguen también la "salvación" de la humanidad y no dudan por último en aniquilar a los grupos que se opongan, sociales unos y raciales otros. Llegar a reconocer que el socialismo marxista y el nacionalsocialismo son iguales en sus puntos de partida y casi idénticos en sus métodos requiere un esfuerzo que resulta especialmente doloroso a los que nos hemos reconocido alguna vez partícipes de la primera de estas doctrinas. Este esfuerzo se ha centrando, por lo menos en mi caso, en ir descubriendo acontecimientos históricos y analogías cada vez más sorprendentes.

Una de las primeras fue comprobar que los ideólogos del nazismo tuvieron una altura intelectual similar a los marxistas ortodoxos y que, por ejemplo, Werner Sombart, el más prestigioso marxista tras la muerte de los fundadores, terminó elaborando el programa económico del Tercer Reich. También descubrí que la doctrina hitleriana se va configurando por las aportaciones de los intelectuales que tras el final de la Primera Guerra Mundial formaron el llamado movimiento nacional bolchevique y que tiene como denominador común el considerar al liberalismo como el enemigo principal del pueblo alemán. Además, como destaca Jean-François Revel, en los escritos de Marx y Engels se pueden encontrar los "argumentos" que justificarían las prácticas más siniestras del nazismo, el genocidio, el racismo y el antisemitismo.

Con estos antecedentes no se puede sostener esa vieja cantinela de los simpatizantes del marxismo, y de la izquierda en general, que defienden la pureza y las buenas intenciones de esta doctrina diciendo que los crímenes y los genocidios perpetrados por el socialismo real han sido desviaciones o malas interpretaciones de una buena teoría. Murray N. Rothbard asegura, tras analizar los conceptos y los argumentos de la economía marxista, que con estas premisas teóricas resulta evidente la absoluta miseria y horror a los que llegó la práctica del comunismo, es decir, que el error de la teoría es coherente con el horror del resultado.

Pero lo que no se podía pensar, yo al menos, es que el nazismo fuera precursor de una doctrina que ha calado como pocas en el actual conglomerado ideológico de la izquierda. Me estoy refiriendo al ecologismo radical desarrollado en el Tercer Reich, que no se limita a ser una mera formulación teórica de algún pesador nacionalsocialista sino que se concreta en una legislación bien precisa y elaborada. Efectivamente, el régimen de Hitler fue el primero en proyectar leyes en favor de los animales, contra la caza y en defensa del entorno natural, y lo hizo por voluntad personal de su máximo dirigente. Pero lo más sorprendente es que esta labor teórica y legislativa tiene una orientación doctrinal exactamente igual a la que defienden los movimientos ecologistas modernos y radicales, la llamada ecología profunda que condiciona la protección del medio ambiente a las transformaciones socialistas y, especialmente, a la abolición de la propiedad privada. Un claro exponente de esta posición es Barry Commoner, candidato del Partido Verde norteamericano a la presidencia de su país, quien asegura que la teoría marxista del incremento de la tasa de explotación se ha visto refrendada por la sobreexplotación que sufre la Tierra.

Las leyes nacionalsocialistas se elaboraron en los tres primeros años del régimen, la primera es de 1933 y se denomina Ley de Protección de los Animales, un año después se aprueba la Ley del Reich de la Caza y en 1935 entra en vigor la Ley de Protección de la Naturaleza. Lo más interesante es analizar los componentes teóricos de este cuerpo legislativo como hace Luc Ferry en su libro El Nuevo Orden Ecológico (Tusquets Editores, 1994) al estudiar las obras de los ideólogos que redactaron las leyes: Giese y Kahler en El Derecho alemán de la protección de los animales, y Walther Schoenichen en la Protección de la naturaleza como tarea cultural popular e internacional.

Ferry define tres categorías o niveles del ecologismo; el primero sería el menos dogmático y más humanista, el ecologismo democrático, en el que el hombre es el centro y sólo él debe ser considerado sujeto de derecho. Esta concepción se inscribiría dentro de la tradición liberal y, según ella, los animales y la naturaleza quedarían al servicio del hombre por lo que agredir a alguno de ellos es condenable porque supone atentar contra derechos del hombre, el de propiedad fundamentalmente. Por ello, las leyes protectoras que se basan en esta visión suelen considerar que es falta o delito el maltrato de los animales si se trata de los domésticos, o en espectáculos públicos porque en este caso se atenta contra la dignidad del hombre.

Las otras dos categorías del ecologismo rompen con la concepción "antropocentrista" de la primera y, en la segunda, los animales son reconocidos como sujetos de derecho, alcanzando este reconocimiento la naturaleza o incluso la totalidad del universo en la tercera categoría. Hoy en día, el segundo nivel, el que sirve de fundamento para el movimiento de "liberación animal", está más extendido en el mundo anglosajón, mientras que el ecologismo "ecocéntrico" o "biocéntrico", la llamada ecología profunda, domina en los movimientos alternativos y antiglobalizadores de Estados Unidos y Alemania.

Pues bien, esta misma justificación ideológica es la que impera en el ecologismo nacionalsocialista porque, a diferencia de la legislación proteccionista europea de tipo humanista que ya existía en los años treinta, el régimen hitleriano "reconoce que el animal debe ser protegido en cuanto tal", como textualmente dice la ley de 1933. Un claro precursor del ecologismo profundo es el ideólogo nazi Schoenichen cuando asegura que no basta con "defender el derecho de las tierras cultivadas, sino que hay que reivindicar el derecho de la naturaleza salvaje".

Otro tema común de los ecologistas nazis y marxistas es la búsqueda del paraíso perdido por culpa de la industrialización y del desarrollo capitalista, que encierra un odio también común al liberalismo, a la sociedad industrial y a la cultura occidental. Pero mientras que los ideólogos nacionalsocialistas recogen la tradición del romanticismo alemán al reivindicar una sociedad preindustrial, Marx coloca su paraíso perdido mucho más atrás, en esa falacia del comunismo primitivo que nunca existió.




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