Ya es oficial. Tenemos recesión.
Según el último boletín del Banco de España, en los últimos tres meses de 2008 el Producto Interior Bruto (PIB) ha bajado un 1,1%.
Se trata de la segunda caída trimestral consecutiva del PIB, por lo que ya ha llegado la recesión temida (pero esperada, como escribí en los párrafos finales del post Crisis y autonomías de este blog).
En el tramo completo de 2008 la economía española ha crecido un 1,1% (coincidencia numérica puramente casual con la bajada trimestral), lo que significa 0,8 puntos menos que en 2007. Este descenso en el PIB ha conllevado un descenso en el empleo del 3%.
Nótese que la dinámica (subidas y bajadas) del PIB está directamente relacionada pero no de forma estrictamente proporcional con la dinámica del empleo. A mayor crecimiento del PIB más empleo y a menor, menos. Ahora bien, es casi un principio de economía el hecho de que sólo a partir de un crecimiento del 3% en el PIB se crea empleo; por debajo de ese porcentaje no hay creación de nuevos puestos de trabajo. Eso es en primer lugar; en segundo lugar tenemos que, a partir del 3%, el empleo crece a un ritmo más lento que el crecimiento porcentual del PIB, mientras que si el PIB decrece, lo hace a un ritmo más lento (por ejemplo, el 0,8% de 2008) que la correspondiente destrucción de empleo que provoca (por ejemplo, el 3% de 2008).
La crisis que llevamos arrastrando al menos dos años ha desembocado en esta recesión, que es la coronación de la gravedad de aquélla. Parece innecesario decir que una recesión es algo más grave que una crisis, pero no. No es innecesario desde el momento en que allá por el mes de marzo de 2008, en campaña de elecciones generales, un político con altísimas reponsabilidades públicas, negaba la crisis y pretendía tranquilizar al personal con estas palabras: "no hay crisis, si acaso hay una ligera recesión"; y se quedaba tan pancho. ¿Qué significarían para ese señor crisis y recesión?
Ahora la cuestión no es si saldremos pronto de la recesión. Desgraciadamente, caminamos hacia la depresión.
¿Qué es depresión? Las diferentes definiciones de “depresión”, como término económico, coinciden en que se trata de un periodo prolongado de estancamiento de los principales indicadores de actividad económica.
De la misma manera que se dice que hay recesión cuando se produce un descenso en el PIB durante dos trimestres consecutivos, la depresión aparece cuando la caída dura consecutivamente más de un año.
Desde el punto de vista del desempleo, síntoma más alarmante, podemos decir por un lado que en recesión el paro supera el 10% de la población activa y puede llegar al 20%. Por otro lado en depresión supera el 20% y puede llegar al 30%. Durante la Gran Depresión, tras el crack del 29, el paro superó el 30% en Estados Unidos.
Ahora estamos casi en el 15% de desempleo. Dios quiera que no superemos el 20%.
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