miércoles, 24 de julio de 2024

Triángulo de Verano (en agosto)

El Triángulo del Verano es uno de los mayores reclamos de los cielos. Además, Saturno y Júpiter son visibles durante la mayor parte de las noches de agosto, y a ellos se suman Marte y Venus al alba.

El Triángulo del Verano está formado por tres estrellas brillantes. Si levantamos la mirada al cénit, directamente sobre nuestras cabezas, enseguida repararemos en Vega, la estrella más brillante de la constelación de Lira. Sigamos ahora con la mirada hacia el sur y nos encontraremos con Altair, la más brillante de la constelación de Águila. Finalmente, si movemos la mirada un poco hacia el este tenemos a Deneb, la más brillante de Cisne. Vega, Altair y Deneb son pues los vértices de este gran triángulo. Si extendemos el brazo con el puño cerrado, el lado del Triángulo que va de Deneb a Vega tiene una dimensión aparente de un puño, mientras que el lado Deneb-Altair es de dos puños.

El Triángulo del Verano no es una constelación. Como hemos visto, cada una de sus estrellas está en una constelación diferente. Estas figuras formadas por agrupaciones de estrellas que no son constelaciones reciben el nombre de asterismos. Suelen ser figuras simples muy fáciles de identificar. Otros asterismos son el Hexágono del Invierno y el Cuadro de Pegaso.

El Triángulo del Verano se encuentra superpuesto a la Vía Láctea, siguiendo el eje mayor de la cruz del Cisne (la zona en azul claro en el gráfico de cabecera). Pero para ver la Vía Láctea necesitamos disfrutar de un cielo bien oscuro, lejos de la contaminación lumínica de la gran ciudad.

Debido a la posición actual de la Tierra, esta fastuosa banda blanquecina, formada por miríada de estrellas, se ve ahora desplegada por toda la bóveda celeste, atravesando el cielo de norte a sur. Es el plano de nuestra galaxia. En la Europa medieval pudo servir de guía a los peregrinos que se dirigían a Compostela. De ahí se deriva nuestro popular término "el Camino de Santiago". El propio nombre 'Compostela' deriva del término latino Campus Stellae(Campo de Estrellas).

Durante este mes de agosto, los planetas gigantes son visibles la mayor parte de la noche. El primero en levantarse es Saturno, que deja verse a partir de las 23h (hora oficial peninsular) por el este. El brillante Júpiter le sigue dos horas más tarde. Hay que esperar hasta las 2h para ver salir al rojizo Marte. Finalmente, a las 5:40 de la madrugada aparece Venus que se mantiene sumamente brillante hasta que la luminosidad lechosa del alba acaba camuflando a los luceros matutinos.

Esto nos deja apenas una hora para observar al peculiar cuarteto planetario en su conjunto, formando una bonita escena a lo largo de la línea imaginaria de la eclíptica. Un buen momento para disfrutar del espectáculo es en torno a las 6 horas.

Venus sigue dominando sobre los otros planetas con su intensísimo brillo. Esta luminosidad se debe a su proximidad a la Tierra, pues ahora se encuentra a 235 millones de kilómetros de distancia (recordemos que el Sol está a 150 millones de kilómetros de la Tierra) pero, según pasan los días, va alejándose de nosotros.

Según se distancia Venus se va acercando Marte, que seguirá acortando distancias hasta lograr su máximo acercamiento a la Tierra a principios de diciembre. Se encontrará entonces a tan solo 80 millones de kilómetros de distancia, y ese será el mejor momento para observarlo.

Los planetas gigantes son mucho más lejanos. El gigante de los anillos está ahora a una distancia de más de 1.300 millones de kilómetros, el doble de la que nos separa de Júpiter.

Si se dispone de un pequeño telescopio, o de unos buenos prismáticos, estos días son también los ideales para observar los anillos de Saturno, que son ahora visibles en todo su esplendor, pues el gigante gaseoso estará en oposición, con su disco plenamente iluminado, el 14 de agosto.

En el hemisferio norte estamos en el corazón del verano. Los días se van acortando, el efecto apenas se notaba en julio, pero ahora, cada día que pasa, la noche va ganando unos dos minutos al día. Podemos pues aprovechar estas noches ligeramente más largas, cálidas y agradables, para disfrutar de los tesoros que pueblan los cielos nocturnos estivales.

viernes, 19 de julio de 2024

El lince ya no está en peligro de extinción

El lince ibérico ha pasado en veinte años de tener en 2000 una población 90 ejemplares a contar en 2024 con más de 2.000 distribuidos en 14 zonas repartidas por España y Portugal. 

Ello ha permitido que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza confirme que deja de ser una especie en peligro de extinción y pase a ser una especie vulnerable. Es el resultado del programa Life LynxConnect, coordinado entre instituciones, asociaciones y expertos. 


 El programa incluye cría en cautividad, medidas de protección del ecosistema, acciones de concienciación, protección de los atropellos, actuación contra la caza furtiva y solución de los problemas de adaptación a un hábitat en el que se había distanciado del conejo, especie clave en su alimentación. 

Andalucía coordina el proyecto de recuperación, que, tras un arranque lleno de dificultades, tomó impulso en 2019. Entonces había 855 linces, de los cuales 456 se encontraban en Andalucía. Hoy en Andalucía están en libertad 755 ejemplares de lince, de los cuales 156 son hembras y 228 cachorros, lo que supone un incremento de un 20% en un año. Sigue Castilla y León, con 715. 


Una de las claves del éxito es la dispersión del lince aunque con un marco de conexión entre los ecosistemas. 

 Es la primera vez que un programa de recuperación de un felino a nivel internacional consigue dar este paso. Es un descenso de dos categorías de amenaza. El lince ha entrado en zonas donde hacía 40 años que no estaba y se han conseguido corredores biológicos para que las poblaciones se relacionen pero sigue habiendo amenazas. En 2023 se produjeron 189 fallecimientos de linces de los cuales el 76%, un total de 144, fueron provocados por atropellos.

domingo, 14 de julio de 2024

Barajas (de Gredos)

𝐁𝐚𝐫𝐚𝐣𝐚𝐬 es un pueblecito situado en la carretera que atraviesa la zona central de Gredos. Su altitud, 1.500 metros s.n.m., es la mayor de las localidades que están entre El Barco de Ávila y la Venta de Rasquilla. Esto hace que en verano la temperatura por la noche sea normalmente de diez grados y por el día no se superen los veinticuatro grados. Los dos pueblos que lo flanquean, Navarredonda de Gredos y Hoyos del Espino, tienen menor altitud.

Su iglesia parroquial está dedicada a San Benito y en su espadaña crían las cigüeñas. Tiene anejo un frontón para el juego de la pelota. Amantes de su patrimonio, los habitantes conservan el edificio del antiguo herradero así como el potro de vacas.

Por el callejero no escasean las fuentes y los pilares de piedra, con abundante agua para abrevar el ganado. Las viviendas lucen orgullosas sus paredes a base de sillares de granito; la mayoría de ellas dispone de huerto-jardín, donde no falta un ejemplar de saúco.

Si en invierno la nieve cubre el pueblo durante larga temporada, en verano los prados muestran su verde esplendor, conduciendo siempre la vista, a través de los bosques de pinos, a las alturas del Almanzor y de La Galana.

lunes, 1 de julio de 2024

El macho montés

El macho montés, poderoso y solitario, reposa en las peñas más altas durante las horas de calor. 

A veces dormita y a veces vigila. 

El peligro siempre puede acechar. 

Hacía tiempo que no existía el riesgo de ataque del lobo 

pero ya la 𝐒𝐢𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐆𝐫𝐞𝐝𝐨𝐬 es espacio sometido a la presión del cánido salvaje, 

que tiene en las cabras monteses una de sus presas favoritas.