sábado, 26 de septiembre de 2020

Castillo de Jarandilla

Jarandilla es un bello pueblo de la comarca cacereña de La Vera. Parece ser que tuvo fundación musulmana. Alfonso VIII de Castilla la conquistó y la cedió a los Caballeros Templarios pero tras la desaparición de éstos pasó a pertenecer a la Comunidad de Villas y Tierras de Plasencia.  

En 1369 el rey Enrique II cedió la villa a los Álvarez de Toledo. En el siglo XV don Fernando Álvarez de Toledo (nombrado Conde de Oropesa por Isabel la Católica) realizó obras de ampliación en el castillo, dándole el aspecto con el que prácticamente ha llegado hasta nuestros días. Los Álvarez de Toledo serían a partir del reinado de Felipe III Marqueses de Jarandilla y luego entroncarían con los Duques de Alba. El castillo-palacio de los Condes de Oropesa se encuentra en una zona elevada de la localidad.

Se trata de un castillo de planta cuadrada con torres de planta circular en dos de los ángulos y otras dos de planta cuadrada, siendo una de ellas la Torre del Homenaje. Ésta carece de almenas aunque tiene una cornisa de matacanes a todo su alrededor. Abunda la piedra de sillería y el estilo es gótico final con detalles renacentistas.

Al lado de la puerta de acceso encontramos el escudo de Carlos I de España y V de Alemania, con el águila bicéfala.

La presencia de este emblema se debe a que el emperador residió en este castillo desde el 12 de noviembre de 1556 hasta el 3 de febrero de 1557, mientras se terminaban de adecuar sus habitaciones en el monasterio de Yuste, lugar elegido por el monarca para su retiro. 

En el centro del edificio hay un gran patio de planta cuadrada en torno al cual se distribuyen las dependencias. En el centro del patio está una fuente con un estanque a modo de abrevadero para cabalgaduras. Destaca el corredor porticado que encontramos en la zona norte, con arcos rebajados y una barandilla calada con figuras geométricas.

En los muros del patio encontramos nueve escudos nobiliarios, pertenecientes a los Álvarez de Toledo, a los Figueroa y a algunos obispos (estos escudos no pertenecían al castillo sino que fueron traídos a lo largo del tiempo). El escudo de los Álvarez de Toledo campea sobre el arco de salida del patio, dentro de un círculo; tiene adorno de lanzas y encima la corona condal.

La fortaleza tuvo dos recintos amurallados exteriores, estando el segundo de ellos (el interior) defendido por torres de planta circular tanto en las esquinas como en sus muros, como las que defienden la puerta de acceso primitiva (con troneras, almenas y el adarve). Debió contar también con un foso y puente levadizo.


 
Durante la Guerra de la Independencia sufrió graves daños ya que fue saqueado en 1808 por los franceses; el deterioro aumentó con las desamortizaciones. En 1966 fue restaurado y transformado en Parador de Turismo, por lo cual se añadió una nueva ala para permitir más capacidad de alojamientos
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