ALMADÉN DE LA PLATA: ¿DOS ESTELAS CONTEXTUALIZADAS?
Va para tres años que se descubrieron en Almadén de la Plata, pueblo de la Sierra Norte de Sevilla, dos estelas del Suroeste que causaron revuelo en su momento y así fueron recogidas en Terraeantiqvae y otros medios. Pasado el tiempo, fueron publicadas en la revista "Trabajos de Prehistoria", de donde se han sacado las dos fotos en blanco y negro y los dos dibujos.
No comprendo cómo en Celtiberia.net aún no se le ha dedicado algún espacio a estas estelas. Quizás un pasado rifirafe entre el investigador y una ilustre y admirada celtíbera haya sido el motivo de obviar estas piezas que, bien miradas, no parecen irrelevantes.
Aún no están visitables por el público y así pues no he podido verlas. Voy a referirlas siguiendo a mi manera la exposición del descubridor.
HALLAZGO
En la Dehesa del Viar de Almadén de la Plata (Sevilla), en noviembre de 2004, se halló una losa de piedra con un motivo grabado en forma de círculos concéntricos sobre un majano rodeado de cantos de cuarzo. En marzo de 2005, Leonardo García Sanjuán, encargado de su estudio, inspeccionó la zona e identificó una segunda estela con varios motivos grabados entre ellos dos antropomorfos. Ambas estelas fueron depositadas en el Museo Arqueológico Provincial en mayo de 2005.
El lugar del hallazgo se encuentra en el arranque del valle del río Viar, afluente del Guadalquivir. La zona está constituida por rocas metamórficas, entre las que se intercalan rocas volcánicas. Esta zona ha venido siendo objeto de investigaciones arqueológicas por parte de G. Sanjuán y de otros
DESCRIPCIÓN Y TÉCNICA
La Estela Almadén de la Plata I, de 1,05 ms. por 0,44 ms., presenta graves daños. El único motivo comprensible lo forman tres círculos concéntricos que representan un escudo. Encima se distinguen otros trazos más difíciles de interpretar. En el lado izquierdo hay un trazo alargado horizontal del que se salen cuatro surcos hacia abajo, interpretable como cuadrúpedo. A su derecha se ven dos trazos en una posible parte baja de piernas y pies de un antropomorfo. Más a la derecha hay otro trazo de un motivo indeterminable.
Esta estela responde al tipo en que la escena se centra en un escudo que hace de plataforma de un guerrero acompañado de atributos.
La Estela Almadén de la Plata II, de 0,76 ms por 0,53 ms, más chata y baja que la estela I, es más ancha en la parte superior que en la base, donde se estrecha hasta adquirir una forma apuntada. Muy bien conservada, muestra la superficie de su cara frontal casi intacta y con todas las grafías identificables. La composición está dominada por dos personajes antropomorfos de medidas casi idénticas. La mano derecha de la figura izquierda y la mano izquierda del personaje de la derecha están perdidas por un desconchado viejo. El trazo vertical que representa el cuerpo se bifurca abajo en dos trazos cortos girados a la derecha que simulan los pies.
En la figura de la izquierda, a ambos lados de su cabeza surge un trazo que puede representar un casco con cuernos. A ambos lados de sus piernas hay dos dibujos; a su izquierda, dos círculos concéntricos evocan un escudo, mientras que a su derecha aparece una espada de hoja ancha y largo mango rematado en un pomo de forma circular. La figura de la derecha presenta como atributo único un motivo en forma de creciente que le rodea la cabeza y el cuello hasta la altura de los hombros. Recubre parcialmente el canto superior de la losa; ello sugiere concebir la estela como escultura tridimensional y no como un grabado bidimensional. Representaciones análogas han sido entendidas como diademas de mujeres de estatus elevado, pero también pudieran entenderse con una significación simbólica de carácter sobrenatural; esta segunda inteligencia de la diadema me parece una aportación original del descubridor, que no yo había leído en ningún otro lado. Que sea original no es por sí mismo bueno; de hecho aquí manifiesto mi discrepancia, que apoyo en cuatro razones.:
-esas diademas sólo aparecen en personajes básicamente femeninos, mejor dicho, que pueden calificarse de femeninos en unos casos (porque existan datos inequívocos, como senos) y que no pueden calificarse de masculinos en otros (porque no tengan un sólo dato masculinizante).
-el rasgo material de la diadema, con trazado complejo, más semeja una corona (u otro adorno de la cabeza) o más propiamente una cabellera abundante y arreglada típica de gran dama (preludio de las Damas ibéricas) que un signo sobrenatural, el cual exigiría quizás un trazo simple, circular o radial.
-si la diadema indica connotación sobrenatural, en esta misma estela el tocado del otro personaje debería tener también ese mismo significado pero quizás, al tener diferente representación, con sentido distinto, u opuesto, dentro de la sobrenaturalidad (ejemplo: mujer santa vs. hombre demoníaco); sin embargo, esa posibilidad no sólo no la plantea el descubridor sino que es rechazable de plano por cuanto ya hay datos suficientes para relacionar ese tocado esquemático con un casco guerrero de cuernos.
-con esa antigüedad no se conoce en España una representación de valor semejante aunque sí en Egipto, pero diferente; para ser la primera habría que justificar mejor esa interpretación y no sólo suponerla.
Esta estela es muy rara por representar dos antropomorfos con idéntico tamaño y por presentar personaje guerrero y personaje diademado juntos, lo que, dice el descubridor, por otro lado demuestra que la representación del motivo diademado es contemporánea de la representación de las panoplias guerreras. Aquí me opongo: es un argumento débil el hecho de que se simultaneen lo dos tipos de personajes para concluir que son motivos contemporáneos; otros autores atribuyen mayor antigüedad a la aparición del motivo guerrero y perfectamente puede deberse a la larga etapa de fabricación de estelas el que luego apareciera el motivo diademado, por separado y sin desbancar el anterior, hasta llegar un momento (quizás final) en que los artistas se deciden por juntar ambos motivos en una misma estela.
En cuanto a la técnica, las estelas están realizadas en roca de toba volcánica, fácil de tallar y labrar. La I parece un bloque natural sin preparación pero la II presenta marcas de cantería, como pequeñas cavidades de medio centímetro. El labrado de los motivos en ambas pudo realizarse con punzón de metal y pudo necesitar apenas una o dos jornadas trabajando una sola persona para cada pieza.
CONTEXTO E INTERPRETACIÓN
Al estudiar las estelas de guerrero la descontextualización ha sido muchas veces aceptada como apriorismo y casi nunca han sido investigadas las condiciones arqueológicas del entorno, centrando la discusión en la tipología de las representaciones y en el origen.
En cuanto al contexto funcional, es posible que la alta concentración de nódulos de cuarzo que referimos al principio corresponda a la presencia, bajo el majano, de un monumento prehistórico, quizás megalítico. Así, la aparición justo al lado del majano de dos fragmentos de cerámica a mano y dos utensilios líticos sobre lasca adquiere una dimensión algo distinta. Esta hipótesis sólo podría ser confirmada mediante la excavación sistemática del sitio pero apunta a una conexión entre las estelas de guerrero y un espacio sacralizado ya desde antiguo como son los monumentos megalítico.
Al interpretar este contexto, G. Sanjuán establece tres puntos.
-Según las prospecciones realizadas sobre el terreno las estelas no se encontraban dentro de un hábitat.
-Las estelas pudieron formar parte de un espacio monumentalizado. Las poblaciones del Bronce Final y del Hierro quizás conmemoraran con sus estelas a monumentos funerarios más antiguos. Considero que esta interpretación aparte de original sí es atractiva, pero haría falta probar que hubo continuidad, poblacional o de otro tipo (por ejemplo cultural), entre la época de utilización de los sepulcros megalíticos del lugar y la época de elaboración de las estelas.
-La Estela II lo más seguro es que no estuviera hincada en el suelo de forma exenta, sino que se apoyara o incrustada en un túmulo.
En cuanto al contexto territorial, en primer lugar la zona es la confluencia del valle del Viar, explotado con ganadería y agricultura de secano y regadío, y la dehesa serrana del interior, con explotación ganadera y forestal. En segundo lugar, las estelas se encuentran a 150 metros del Cordel de El Pedroso, vía pecuaria entre el valle del Guadalquivir y la sierra; es un punto estratégico de control del paso en la transhumancia ganadera. En tercer lugar, reasalta la proximidad de varios monumentos prehistóricos a la vía pecuaria citada y a otros caminos tradicionales.
Al interpretar este contexto, sugiere también tres cuestiones.
-Por una parte, es posible que las estelas cumplieran una función delimitadora del territorio de distintas tribus.
-Por otra parte, un papel señalizador de límite o frontera entre territorios correspondientes a distintas comunidades sería compatible con la posición de ambas estelas junto a una vía de paso.
-Por último, es posible que las estelas de guerrero den continuidad a elementos de señalización y monumentalización de determinados puntos en vías de comunicación que ya existirían desde el Neolítico.
SIGNIFICADO IDEOLÓGICO
Sobre su significado ideológico es posible establecer también algunas reflexiones.
-El escaso trabajo necesario para la elaboración de estas estelas sugiere que no constituyen en sí mismas una expresión suntuaria de poder o estatus social, aunque simbólicamente sí puedan expresar ese estatus. La observación de esta sugerencia lleva a comparar el significado de las estelas con el de otros monumentos prehistóricos más antiguos de contenido gráfico como los ídolos-estelas, las estelas-guijarro, las estelas antropomórficas y las estatuas- menhir. En esa comparación se ve que desde la primera mitad del II milenio las estelas decoradas ya no actúan como símbolos colectivos sino que representan a un individuo concreto de estatus especialmente relevante, subrayando su prestigio y su poder, quedando ya lejos las estatuas-menhir megalíticas que representaban seres mitológicos y símbolos del poder tribal y que se concebían por las sociedades neolíticas y calcolíticas como protectoras del lugar.
-La estela II, al presentar una combinación casi excepcional de dos antropomorfos de idéntico rango, uno armado y otro diademado, rompe la dualidad entre estelas de guerrero y estelas diademadas. El entusiasmo del descubridor parece que no le permite recordar que la estela de El Viso III también presenta combinada una figura diademada con no uno sino dos personajes armados; veámosla:
-Una reflexión que provoca la estela II es el género atribuible a los antropomorfos. Se observan al respecto tres cosas.
Primero, prácticamente ningún antropomorfo de las estelas de guerrero aparece sexualmente caracterizado por genitales. Aquí quiero añadirle al investigador que en la estela de Ategua el personaje que va a montar en un carro se representa probablemente con sus genitales en indicación de que va desnudo al Más Allá; veamos, al efecto, un detalle que ya puse en otro poblamiento
Segundo, recurriendo a los enterramientos con ajuar, primero vemos que en los enterramientos en cista del tercer milenio los ajuares armamentísticos de mayor rango son atribuidos a individuos adultos de sexo masculino pero luego en la Edad del Bronce los ajuares de carácter guerrero suelen aparecer asociados a varones de forma sólo predominante y no exclusiva. Matizo que si alguna mujer ha aparecido con ajuar guerrero ha sido fuera de la Península Ibérica y por ello no sirve de apoyo a la interpretación de una representación esquemática de estela.
Tercero, dentro de las estelas diademadas, algunos personajes aparecen caracterizados con senos. Dice el investigador que como se trata de una minoría de casos, la posibilidad de caracterizar sexualmente los antropomorfos de las estelas es muy limitada, pero considero atendible el dato de que ninguna figura diademada es interpretada, por otros datos, como masculina.
En definitiva, a la vista de las piezas de Almadén de la Plata se concluye que las estelas de guerrero de la Edad del Bronce y la Edad del Hierro son multidimensionales y polisémicas. Yo estoy de acuerdo con este corolario pero aviso que es lo que suele decir cuando no se está en condiciones de sacar una conclusión más concreta.
Como addendum quiero señalar que el descubridor, salvo recordar que el fenómeno de las estelas puede arrancar en el II milenio aC., no se refiere en ningún momento a la datación, más o menos concreta, de las piezas, lo que no deja de ser llamativo por cuanto esta cuestión creo recordar que fue lo que desató alguna controversia. Por mi parte, quiero arriesgarme y adelantar que me parece que cada estela corresponde a un momento distinto, siquiera sea por la morfología y la expresión gráfica y a pesar del dato imaginado de que pudieron realizarse en breves jornadas de labor (lo que puede aceptarse por el lector como una fabricación casi en serie). La I debe ser más antigua, no sólo por su simplicidad sino por la forma de representar el escudo y por los motivos mismos. La II acaso pertenezca una última etapa del fenómeno de las estelas, en especial por el dato atrevido de combinar dos personajes dispares, cuya tipología recuerda a la de Magacela y a alguna de El Viso.
Todo esto es ciertamente hablar por hablar, pues ha de estarse a lo que alguna prueba futura pueda aportar a la cronología. En cierta manera, lo expongo para provocar. ¿Quién sabe si estas palabras las lee algún día el descubridor y se decide luego a fijar una datación?
ventero
No hay comentarios:
Publicar un comentario