La estela diademada de Galavís se encontró, de manera casual, sobre el túmulo del dolmen del mismo nombre, en término de Alcántara.
Se trata de un gran guijarro decorado en su parte superior; la parte inferior quedaría hincada en tierra.
La decoración está atravesada por una línea horizontal (posiblemente, la línea de hombros). En la zona de arriba se notan los ojos, la nariz y una diadema radiada con círculos en sus extremos simulando pendientes. En la zona de abajo aparecen un collar y los brazos con las manos abiertas.
La pieza fue descubierta en la finca Galavís sobre un túmulo a modo de «omphalos» u ombligo. Lo inusual de su hallazgo, ligada a una estructura funeraria, aconsejó realizar una excavación en el lugar para establecer su contexto y cronología. La campaña, dirigida por Primitiva Bueno en junio de 2019, sacó a la luz la planta de un pequeño dolmen sin grandes piedras en la cámara y material asociado.
La estela se conserva en el Museo de Cáceres.
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