En la cueva de La Garma (Cantabria) apareció el 20 de noviembre de 2003 una falange de uro grabada, muy bien conservada. Es una de las mas notables incorporaciones de los ultimos años al importante catalogo del arte portatil cantabrico.
Estaba en la zona del vestibulo original de la cueva, una sala alargada de unos 70 m de longitud por una anchura media de unos 7 m, en gran parte de cuya superficie hay millares de restos de fauna e industria. En ambas paredes y en algunos diverticulos laterales hay numerosas manifestaciones de arte parietal, parte de ellas aparentemente coetaneas de los suelos. También hay indicios de compartimentacion del espacio durante el Magdaleniense. El mas evidente es una estructura de piedra de forma subcircular (285 × 254 cm), localizada a unos 40 m de la entrada, junto a la pared izquierda, probablemente el basamento de una cabana de pieles o materia vegetal. Es aqui donde se descubrio, la pieza, que estaba semienterrada junto a uno de los bloques de la estructura de piedra.
La pieza pertenece a la extremidad posterior derecha y es una primera falange interna, con una longitud maxima de 83,19 mm, una anchura de 36,49 mm, y un espesor de 43,79 mm. y en la diafisis se observan tres representaciones grabadas:
— una figura de uro macho. Ocupa la mayor parte del campo. El animal se representa transversalmente al eje del hueso, en disposicion envolvente en torno a la curvatura de la diafisis. La cabeza, en una posicion alta, presenta un perfil fronto-nasal recto. La cornamenta se ha representado de perfil, incurvada hacia abajo. El cuello es bastante largo. Las patas delanteras se representan abiertas, con la izquierda ligeramente adelantada. El vientre se representa por medio de una linea recta. Por último, el tren posterior y el rabo son objeto de una ejecucion mas descuidada. El uro muestra una gran riqueza de convenciones de representacion. La mas llamativa es el desdoblamiento en el tronco y la cabeza de la linea de contorno, lo cual, unido al rebajamiento de la superfi cie del interior del animal y de la parte exterior del trazo, convierte la linea perimetral en un cordon que contribuye a dar sensacion de volumen. Contribuye a reforzar la sensacion de relieve una serie de trazos cortos oblicuos tratando de sugerir el pelo. El uro es un motivo poco frecuente en la iconografía paleolitica, tanto en el arte mueble como en el parietal, la sexta en frecuencia en el arte rupestre, con el 5,7% de las representaciones. La representacion de este tema se reduce notablemente en el Magdaleniense, cuando coincide su rareza en el registro arqueozoologico y en el iconografico. La representación de un animal sobre un hueso de su misma especie en una suerte de sinecdoque simbolica, práctica relativamente frecuente en el Magdaleniense.
— un signo sagitaforme (en forma de flecha). El sagitaforme se situa en la parte trasera del flanco del uro, en el sector donde no se ha representado el pelaje. El signo consta de una linea recta de 11 mm de longitud que va desde el contorno del uro, en la zona inguinal, hasta cerca del centro del flanco. El sagitaforme tiene buenos paralelos en la iconografia magdaleniense, aunque más en el arte rupestre que en el mobiliar. La localizacion de este signo sobre el fl anco de un animal frecuentemente ha sido interpretada como representacion de venablo clavado, si bien otras perspectivas sugieren interpretaciones alternativas. En cualquier caso, no es frecuente que estos signos se asocien a representaciones de uros.
— una representacion más esquematica, que podria interpretarse como un antropomorfo. Se situa en el extremo inferior derecho del campo decorativo, ante el ángulo que forman el tren delantero y el pecho del uro. El motivo grabado, de pequeno tamano, se delimita por un contorno semioval, complementado en la parte inferior por un angulo agudo. En el interior se han grabado dos puntos yuxtapuestos. Parece probable que nos hallemos ante una representacion esquematizada de una cabeza humana de frente, tal vez con barba. La representación situada ante el uro sugiere una cabeza humana. El alargamiento en forma triangular de la parte inferior podria ser una representacion de la barba, un rasgo presente en muchas figuras humanas del arte mueble magdaleniense.
Probablemente la primera representación que se ejecutó fue el uro; es segura su precedencia respecto al sagitaforme, y probable respecto al antropomorfo. Es imposible determinar el orden en el caso de estos dos últimos.
El hueso presenta una perforacion axial, que se realizo por rotacion, desde las dos partes del hueso, con un perforador con una punta despejada que penetro unos 3-4 mm en la estructura osea de la falange hasta llegar a su cavidad medular. Los diámetros externos miden alrededor de 8 mm, mientras que los internos son de 3 mm; ambos casi se encuentran a la misma altura. Su estrechez podrian indicar que se utilizo un cordel muy fino y que la pieza apenas se movia cuando estaba en suspension. Todo apunta a que la falange estuviera cosida o atada a algo, con la cara palmar hacia dentro, de manera que la mayor parte de la representacion del uro y los otros dos motivos eran visibles.
La falange es una obra paradigmática del Magdaleniense. El tipo de grabado multiple utilizado para dibujar el uro es muy frecuente en las obras de arte mueble de este periodo. Si se acepta la interpretacion del motivo antropomorfo, la falange se incluiria en el conjunto, nutrido, de objetos de arte mobiliar en los que se representan dos especies diferentes -asociacion heterogenerica. No obstante, la combinacion uro/hombre es rara. Muy caracteristica del arte mobiliar del Magdaleniense Medio es la disposicion envolvente sobre un soporte curvo de la fi gura principal, perspectiva pericilindrica. La mas original de estas tecnicas es la duplicacion de la linea, de la cual no se encuentran apenas ejemplos en el arte paleolitico. Entre las tecnicas que contribuyen a dotar de profundidad, la mas evidente es la representacion del tren delantero, en el que, al adelantarse ligeramente la pata izquierda, se consigue una gran sensación de profundidad al superponerse tres planos, los de las dos patas separados por el de la badana del animal. Esta tecnica es muy habitual en el arte magdaleniense.
El cuerno gira hacia adelante y hacia abajo. Esta forma, frecuente en la iconografia paleolitica, no existia en la naturaleza. Por ello, la convencion podria ser un intento de resolver un dificil problema de perspectiva. La preocupacion por la perspectiva contrasta con la frontalidad de la representacion del ojo, rasgo muy frecuente en el arte paleolitico. Tampoco se corresponde con la realidad anatomica la situacion de la oreja, dibujada detras de los cuernos, en lugar de debajo. Se ha primado la visibilidad del motivo sobre la correccion de la perspectiva.
En la representacion del pelaje, son frecuentes en el arte paleolitico los trazos oblicuos del contorno y las lineas largas que surcan la cara.
Por ultimo, el grado de precision de los detalles del animal esta en relacion con su visibilidad. La parte mas descuidada (los cuartos traseros y la cola) coincide con la cara palmar de la falange, la cual, segun la utilizacion de la pieza expuesta anterior-mente, no seria visible. El antropomorfo y el sagitaforme estan realizados de una forma mas sumaria.
La pieza forma parte de la concentracion de restos superfi ciales mas amplia del tramo inicial de la cavidad, varios cientos de metros cuadrados, en la cual predominan los huesos de animales cazados. Estamos ante una gran area de habitación. Objetos de arte mueble localizados revelan, con una considerable unidad de estilo, el desarrollo de actividades no directamente ligadas a la subsistencia: varios bastones perforados y tres objetos de arte portatil: la falange, una costilla decorada con motivos geometricos y un propulsor esculpido en forma de pata de artiodactilo. Los materiales observables en superfi cie serian coetaneos, atribuibles al Magdaleniense Medio, aproximadamente entre 15000 y 14500 cal BC. La funcion de la estructura de piedra a la que se asocia la falange es de lugar de hábitat, como basamento de una cabana levantada con materiales perecederos, para area de descanso.
Pablo Arias Cabal y otros
Instituto Internacional de Investigaciones Prehistoricas de Cantabria
Santander
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*Autora: Marta Santafé. Blogs46Consultora especialista en Medio Ambiente,
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