Tal día como hoy, 12 de agosto, en 1812, durante la guerra de la Independencia, las tropas francesas abandonaban Madrid para no volver. La ocupación de la capital de España había durado poco más de cuatro años.
El abandono de Madrid fue consecuencia directa de la batalla de Los Arapiles, librada en Salamanca el mes anterior.
El mérito hay que atribuirlo al general inglés Wellington. Éste sabía que Napoleón estaba retirando tropas de España para desplazarlas al frente ruso. Por ello planeó una ambiciosa ofensiva para penetrar en el centro peninsular desde Portugal.
El peso de la operación principal correspondió al ejército anglo-portugués de Wellington, con una escasa presencia española.
Simultáneamente, en una típica maniobra de distracción, las guerrillas y el ejército español tenían que hostigar a los franceses en Andalucía y en la zona cantábrica, con el objetivo de que no pudieran trasladar tropas al escenario central.
La batalla de los Arapiles fue un éxito y Madrid quedó desguarnecido ante el avance inglés. José Bonaparte abandonó la capital, sin olvidarse de llevar robados cuantiosos tesoros nacionales.
Después las cosas se torcieron un tanto. Wellington intentó copar a los franceses en Burgos y se vio derrotado, quedando obligado a retirarse a sus posiciones de partida.
Con todo, la dureza del frente español obligó a Napoleón a enviar más tropas, lo cual, con la ofensiva rusa en marcha, terminó llevando al ejército imperial al colapso.
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*Autora: Marta Santafé. Blogs46Consultora especialista en Medio Ambiente,
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