viernes, 19 de noviembre de 2010

Salvemos a Asia Bibi

Pakistán ha condenado a Asia Bibi a muerte por ser cristiana. No le quedan muchos días de vida. Las autoridades pakistaníes la acusan de blasfemia: cometió el terrible “delito” de defender públicamente su fe.

En junio de 2009 Bibi, trabajadora agrícola, fue mandada a buscar agua mientras trabajaba en un campo. El resto de mujeres, seguidoras del islam, se opusieron a que ella fuera porque, al no ser musulmana, contaminaría el recipiente y lo haría impuro. Por ello, le exigieron que abandonara el cristianismo y que se hiciera musulmana, a lo que ella se opuso.



La fiel cristiana dijo a sus compañeras que "Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad" y preguntó a las mujeres musulmanas qué había hecho Mahoma por ellas. En cuanto oyeron estas palabras acudieron al imán local, esposo de una de ellas, que a su vez presentó una denuncia ante la Policía por el delito de blasfemia. El artículo 295 del Código Penal de Pakistán pena con la muerte blasfemar contra el profeta del islam.

En su pueblo, Ittanwali, viven 1.500 familias. Solo tres son cristianas. La familia de Asia, incluidos sus hijos menores de edad, fue perseguida por sus vecinos, apaleada y torturada. Ella terminó ante la justicia.

Primero la condenaron a una multa equivalente a lo que gana en un año un trabajador en Pakistán. Y luego la condenaron a muerte por decir que la Verdad reside en el Evangelio.



Ningún país se ha movilizado para acabar con la Ley de Blasfemia pakistaní. El anterior presidente, Musharraf, la intentó quitar en 2002. La alianza de partidos musulmanes, del norte del país, le amenazó con sacar un millón de estudiantes a las calles si tocaba esa ley.

En Pakistán demasiados condenados a muerte no llegan vivos a la horca: un gran número de ellos aparecen asesinados en sus celdas, mientras aguardan la ejecución de la sentencia.

El plazo máximo para presentar alegaciones contra la sentencia de muerte expira el próximo lunes, 22 de noviembre. Si no lo impedimos, a Asia le queda poca vida. Actuemos ahora para no tener que ver mañana en los telediarios la noticia de su ejecución. La presión directa sobre el presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, puede salvarla; también la presión sobre la Embajada pakistaní en España.



Se puede envíar una petición de indulto al Presidente de Pakistán y a la Embajada pakistaní en España.

Firma ahora y envía tu mensaje al Presidente de Pakistán. Hay en internet muchos sitios donde firmar; uno puede ser éste:

1 comentario:

borjabrela dijo...

¿Puedes poner un enlace a la petición?

¡Gracias!