A María Dolores Rguez. Doblas,
que va a los sitios con admiración
y me descubrió a Vyngaerde.
Antes de un incendio
Que en la romana Gades había grandes edificios de espectáculos públicos de los tres tipos (teatro, anfiteatro y circo) es algo que aparece recogido en los textos antiguos.
Los restos del anfiteatro eran visibles al menos hasta el siglo XVI; lo sabemos porque su planta está representada por Antón de las Viñas en un grabado de ese siglo, en el barrio de Santa María, que está entre el barrio del Pópulo y Puertas de Tierra. Ambos barrios ocupan hoy el área de la Neapolis construida por Balbo el Menor en el s. I a.C. para ampliar el reducido perímetro de la ciudad más antigua.
Por su parte, el circo ha sido últimamente situado por algunos en el Campo del Sur, pero su planta está totalmente ocupada por las edificaciones del caserío y de un garaje subterráneo.
Del teatro no se sabía nada fuera de los textos clásicos, entre los cuales algunos indicios señalan que ya en el año 44 a. de C. se habían representado allí obras de teatro como "Iter", una autobiografía de Lucio Cornelio, Balbo el Menor, para conmemorar su elección como magistrado local y en la que narraba su intervención en las guerras civiles; crónicas posteriores relatan que el propio autor lloró al contemplar la representación y recordar a Julio César, que había sido asesinado sólo unos meses antes. También se habla del teatro en las "Cartas a familiares" de Cicerón (43 a.C.) Asinio Polión, en carta a Cicerón afirma que, en los juegos organizados por Balbo en Gades, había en el teatro catorce filas de asientos reservadas a los caballeros.
Sí se sabía que la villa medieval erigida por Alfonso X en el siglo XIII ocupaba lo que hoy es el barrio del Pópulo. Asimismo, en el siglo XVIII empieza a haber referencias escritas sobre que en esta zona había espacios subterráneos y pozos que daban a a una rotonda con asientos de mármol; el Campo del Sur siempre perteneció al Ayuntamiento y en esta centuria donó una parcela junto a la Catedral Vieja para construir un convento de Capuchinos pero luego quedó en solar a disposición diocesana.
A principios del siglo XX, el obispo cedió temporalmente a Rafael Manzano el patio de la Catedral Vieja, que ya sólo era una explanada llena de escombros, para que allí construyera un barco (el vapor "Covadonga"), que luego fue llevado a puerto sobre ruedas, por las calles de Cádiz, en cuyo trámite recibió una multa de tráfico por "circulación peligrosa" (aunque la compensaron con un premio especial "al empresario más emprendedor"). Este Manzano es el único apoyo empresarial que encontró Isaac Peral para probar su submarino. Luego del "Covadonga" decidió comprar el solar prestado y en él montó una fundición. En 1950 la empresa Manzano se une con la empresa Vigorito (de antiguos italianos afincados en Cádiz) y reservan la instalación para almacenar hierro y suministros marítimos; la gente la conocía como "Almacenes Vigorito".
Así estaban las cosas hasta que en 1979 se produjo un pavoroso incendio en los almacenes Vigorito, situados, como el lector ya supone, entre la Catedral Vieja y la Guardería Municipal, dando la entrada al Campo del Sur, con vistas al mar.
Después del incendio
En 1980 Cultura encargó al director del Museo que sondeara y delimitara el terreno a expropiar para descubrir la alcazaba medieval (que se sabía ya que ocupaba el solar de la Guardería Municipal) y al hacerlo halló el monumento romano, desconocido pese a estar situado sobre el barrio del Pópulo, en pleno Campo del Sur. Sus dimensiones plantearon la necesidad de expropiar una serie de fincas (aparte del solar de los almacenes) para realizar excavaciones arqueológicas y recuperar una parte de él.
Después se localizaron las gradas superiores;se excavó un tramo de la galería y del graderío. El hecho de estar bajo construcciones medievales y modernas dificultó y dificulta su excavación. La superficie construida ocupa una zona importante del actual barrio del Pópulo, que se corresponde con el recinto amurallado de la ciudad medieval; gran parte del barrio medieval y sus posteriores construcciones se habían levantado encima de este teatro y aprovechando gran parte de sus materiales y los desniveles propios del edificio. Sobre sus muros se asientan parte de las construcciones eclesiásticas contiguas a la Iglesia de Santa Cruz (Catedral Vieja), Casa de Estopiñán, Posada del Mesón y Guardería Municipal.
En 1999 se hizo un estudio que mostró otra bóveda y concluyó en que el diámetro del teatro era de 120 metros con lo que el teatro gaditano resulta ser uno de los mayores de Hispania. Los datos obtenidos durante las excavaciones muestran que sufrió una fuerte remodelación en época de Augusto.
Tras un laborioso proceso de restauración y acondicionamiento actualmente el edificio está perfectamente acondicionado para visitas, constituyendo un ejemplo significativo de integración de restos arqueológicos en la trama urbana de la ciudad de Cádiz.
Técnica constructiva
La excavación sólo ha dejado al descubierto una porción del edificio (parte media del graderío y la galería que discurre bajo él) pero por ella podemos hacernos una idea aproximada de sus caracteristicas. Se levantó aprovechando parcialmente la pendiente del terreno para apoyar sobre ella el graderio. Las ruinas de la escena y el pórtico que se abriría tras la orchestra permanecen sepultadas bajo el caserío del barrio del Pópulo.
Las técnicas constructivas son características de la etapa republicana; sobre la mampostería y el aparejo isodomo (sillares puestos en hiladas iguales) predomina el hormigón, "opus caementicium", mortero de cal, cascotes y arena, de gran plasticidad, resistencia, y sin el costo ni la complejidad de la cantería tradicional. Con él se modeló todo el graderío, que en la zona intermedia y superior iba cubierto con un leve revoco de cal y cerámica triturada, "opus signinum", mientras que en la más cercana a la "orchestra" llevaba un forro de sillares.
Presenta rasgos muy antiguos, con graderío en forma de semicircunferencia prolongada como una herradura, asientos distribuídos radialmente en varios sectores y perfil parabólico en la sección de las gradas para conseguir la acústica adecuada. Disposición similar tienen algunos teatros helenísticos tardíos, cuyos paraleos más cercanos se localizan en el sur de la península itálica y Sicilia.
Estructuras
Entrando en las ruinas, vemos que la mayor parte de la summa cavea desapareció por la reutilización de las piedras en edificaciones medievales pero se ha conservado un tramo de muro curvo (muy alterado por sucesivas reformas) que corresponde a la fachada; también se ve una parte de un pasillo situado tras la fachada.
Entre esta zona y la primera línea de gradas hay una fila de sillares que pudieron ser de la pared lateral de una galería superior. A la izquierda las gradas se meten bajo la Catedral Vieja y por la derecha se meten bajo la Guardería Municipal.
El graderío, o cavea, aparece dividido en tres sectores. La summa cavea podría estar basada sobre muros anulares y radiales y constituída por un armazón de vigas de madera, quizás cubierta con un toldo o velarium apoyado en postes de madera, cuyos hoyos cuadrados de anclaje aparecen en las gradas. Perdura la mayoría de las filas correspondientes a la media cavea y se han documentado las gradas inferiores y parte de la orchestra; los dos sectores inferiores, apoyados sobre galerías abovedadas, se encuentran en muy buen estado de conservación.
Una zanja abierta en el eje del teatro permite observar una pequeña superficie de la zona inmediata a la "orchestra", que estaba separada del graderío por amplio pasillo y antepecho, del que únicamente se conserva el arranque de una de las lajas de piedra que lo conformaban. También se pueden observar los sillares originales que formaban la galería en esta zona y el arranque de la escalera central.
La Galería
Otro importante sector excavado es un amplio tramo de la galería que canalizaba la circulación de espectadores para acceder desde el exterior a los asientos de la zona media del graderío, el cual en parte descansa sobre ella. Es de amplias dimensiones y se cubre con una bóveda anular de medio punto o de cañón. Al igual que en el exterior el material más utilizado es el hormigón.
Para construirla fue necesario recortar previamente la roca natural y luego, con sillares perfectamente labrados en la misma piedra, se levantó el muro externo, mientras en la parte inmediata al terreno natural se hizo un muro de hormigón de la misma altura. Sobre ambos se dispuso un molde de madera, o encofrado, para formar la bóveda también con hormigón.
En el muro exterior se abren los vanos (o "vomitoria") que comunican con el graderío y lucernarios para iluminar el espacio de la galería.
De los seis accesos al graderío que había se han localizado cuatro.
En los accesos observamos huellas de una reforma que debió realizarse cuando el edifico aún estaba en construcción.
El diseño original disponía una serie de escalones para salvar el desnivel existente entre la galería y el graderío, pero, por causas desconocidas, posiblemente problemas en la evacuación de las aguas pluviales, hubo que elevar el pavimento de la galería y en consecuencia anular parte de los escalones cubriéndolos con una rampa de sillería para salvar el nuevo desnivel.
En las zonas donde se ha destruido la rampa podemos observar que algunos escalones quedaron incluso sin terminar de tallar, labor que debía realizarse una vez colocados. Otros, que sí están acabados, no presentan el desgaste lógico provocado por el uso. Como consecuencia de esas transformaciones fue necesario transformar también la zona superior de los vomitorios.
Esta galería permanecía casi completamente anegada hasta hace poco, ya que en ella desembocaba una antigua cloaca.
Decoración
El que era el mayor teatro romano de Hispania debió tener, pese a ser el más antiguo también, una decoración acorde con sus dimensiones. En el Museo de Cádiz se conserva un trozo de cornisa de mármol con delicados adornos vegetales.
Otro elemento decorativo rescatado es un fragmento de estatua representando una figura masculina.
Es curiosa un decoración a base de dos figuras de conejos en actitud de comer hojas y frutas.
Pero lo verdaderamente curioso es que, como me dijo Alonso de la Sierra a quien debo mucho de lo anterior, durante una de las fases de excavación (y en niveles romanos) se encontraron restos cerámicos de un plato conteniendo conchas de caracoles terrestres y huesos de conejo doméstico; verdaderamente los gaditanos tenían entre sus bocados favoritos el "conejo con caracoles" y le homenajeaban elevándolo a motivo decorativo del propio teatro.
Honores
Tras la excavación ha quedado vacante una multitud de piezas que esperan el día en que puedan ser combinadas como las de un puzzle para ser montadas y reproducir algunos trozos del viejo teatro, en lo que se ha sacado hasta ahora. Para sacar el resto del edificio y ver toda la orchestra, todo el graderío y la scaena del teatro más antiguo y el segundo más grande de Hispania habría que derribar las construcciones decimonónicas que tienen poco valor histórico pero, eso sí, gran valor económico.
Como anécdota, recuerdo que, cuando se terminaron los trabajos de excavación y se decidió abrir las visitas al público, el político de turno encargado de decir unas palabritas no se cortó un pelo ante los chicos de la prensa y exclamó: "Hoy inauguramos el teatro romano de Gades"; cuando más tarde alguien comentó que la inauguración había tenido lugar dos milenios atrás no faltó quien achacó el exceso de triunfalismo a un momento de nervios. A quien tenemos que rendir honores de verdad es a la familia Balbo, que lo mandó construir en el siglo I aC. como parte de la ambiciosa planificación para ampliar la vieja colonia fenicia y, desde luego, como parte de la glorificación de su carrera política, que no en vano el Mayor fue el primer cónsul no itálico (quizás en el 42 y luego en el 33 a.C.); el mismo Cicerón, refiriéndose al mandato político de Balbo en Cádiz, alude a ciertos usos del edificio por este personaje en beneficio propio.
Y gloria, efectivamente, le ha concedido la ciudad al poner, hace tiempo ya, una estatua de uno de los insignes personajes en la entrada de la Neapolis, cerca de donde estuvieron el anfiteatro y el circo, obras suyas asimismo.
Se le canta como se ve en la siguiente foto.
El monumento a Balbo el Menor está junto a Puertas de Tierra, en el lado por donde entraba a la ciudad el acueducto que él mismo mandó construir para traer agua a Gades desde el manantial del Tempul, una ingeniería sólo superada a principios del siglo XX; dejémoslo aquí, porque se trata de una obra que bien merece otra entrada de este blog.
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